El proyecto de ley que pretende legalizar la distribución del cannabis en Uruguay se aprobará durante el gobierno de José Mujica, confió ayer la principal senadora oficialista y esposa del mandatario, Lucía Topolansky. Y dijo que de concretarse la norma se le dará un “golpe de fondo” al narcotráfico.
“Pienso que sí, tiene muchas posibilidades de salir, porque tenemos hasta septiembre de 2014”, cuando finaliza la legislatura, señaló Topolansky, la senadora más votada durante las últimas elecciones.
De concretarse, se dará “un golpe de fondo” al narcotráfico, con el que “hemos venido perdiendo como en la guerra. Está perdiendo México, ha perdido Colombia, ha bajado a Perú, es una plaga”, explicó Topolansky.
Mujica anunció en junio de 2012 el primer borrador del proyecto que pretende que el Estado asuma el control de la comercialización de marihuana y en estos momentos el mismo es tratado en una comisión del Congreso.
Si bien el Frente Amplio gobernante tiene las mayorías necesarias a nivel parlamentario para aprobarlo, los resquemores de algunos legisladores oficialistas han dilatado la discusión del proyecto, que llegaría a diputados en junio próximo.
Topolansky confesó que, para entender el problema, tuvo que “dejar la cabeza de la década del 60”, en la que vivió su juventud, y analizarlo “con las claves de hoy y ver lo más preocupante que tiene que ver con la salud y cómo tirarle una mano a los adictos”.
Actualmente el consumo de marihuana no está penado en Uruguay, aunque sí su comercialización, y son los jueces quienes deciden la cantidad de droga que puede tener una persona para consumo personal.
En Uruguay hay unos 20.000 consumidores diarios de marihuana, 75.000 mensuales y alrededor de 120.000 anuales, según los últimos datos obtenidos por la Junta Nacional de Drogas.
Anteayer, el propio presidente Mujica volvió a poner el tema en la agenda al defender el proyecto y expresar que aunque la marihuana es “una plaga”, el narcotráfico es “mucho peor”.
“Nunca fumé marihuana porque soy de otra época y no defiendo ninguna adicción”, afirmó, pero resaltó que el narcotráfico es “más problema” que el consumo del estupefaciente o de otras drogas porque “tiende a multiplicar” el grado de violencia en la sociedad “y es una enfermedad que corroe por abajo”.
“Planteamos la hipótesis de regular el mercado de la marihuana como una tentativa para arrebatarlo”, a los narcotraficantes y “permitirá tratar a los consumidores problemáticos” porque “si se mantienen clandestinos o escondidos” no se puede hacer “nada” por ellos, recalcó.
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