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Clásico rosarino

Newell’s: una base y buenas individualidades

La Lepra pudo haber sacado ventaja antes por un mejor juego colectivo.


1x1nobSi hubiera sido una pelea de boxeo, probablemente Newell’s hubiera ganado el Clásico por puntos. Es que en el detalle fino, la Lepra mostró por momentos algo de juego asociado y un mejor trato de la pelota, situación que le permitió disponer de las chances más claras del partido. Y en buena parte, eso se debió a buenas actuaciones individuales de jugadores que ya están en primera o que vienen pidiendo pista y a que el equipo mantiene una base de aquel que logró el título el pasado semestre.

Ezequiel Unsain garantizó el cero en el arco y respondió con sobriedad ante las exigencias canallas, que en general fueron con remates desde lejos: a los tres minutos del complemento se confió en la trayectoria del balón tras un disparo de Malcon Pilone que casi se mete, después contuvo sin problemas un zurdazo débil de Agustín Coscia, enseguida mandó al córner un despeje de Matías Mansilla para no correr riesgos innecesarios y en su única atajada voló a su izquierda para sacar un tiro libre de Pilone.

La línea defensiva cumplió en la marca, aunque pasó grandes sobresaltos con la pelota detenida. Mientras Lionel Monzón y Maximiliano Pollacchi fueron mucho más “prácticos” para despejar el peligro y arriesgaron poco en la salida, Lisandro Martínez y Milton Valenzuela mostraron todo el tiempo otra intención y condiciones a la hora de poner la pelota al piso.

El trabajo de Braian Rivero se vio empañado por la roja del final, pero sin dudas durante el tiempo que estuvo en cancha fue de lo mejor de Newell’s. Cumplió con creces con la doble tarea de ayudar en la contención y buscar los espacios para ser opción de pase. Estuvo preciso para la entrega y hasta pisó el área, aunque en el arranque del partido se apuró a definir tras un contragolpe que armó con Milton Treppo.

Por su parte, Jalil Elías hizo una buena tarea y mostró porque ya juega en primera. Ordenado y combativo, la tuvo difícil en la lucha en el mediocampo, pero mostró destellos de sus condiciones.

El que no estuvo tan cómodo otra vez fue Emiliano Franco. En el primer tiempo mostró, con intermitencia, lo mejor de su juego con cierta movilidad. En el complemento se apagó por completo y fue reemplazado a los 13 minutos.

Tampoco funcionó el trío de ataque. Es cierto que Milton Treppo y Carlos Rotondi hicieron un gran desgaste para ocupar posiciones defensivas, pero les faltó claridad para ganar cuando tuvieron que imponerse a los defensores canallas. Treppo tampoco mejoró cuando ingresó Mauricio Tevez por Matías Tissera, de flojísimo primer tiempo (lo anticiparon siempre). Y Rotondi tuvo más espacios en el segundo tiempo, pero se fue quedando sin fuerzas y sin visión para resolver mejor.

Los cambios ayudaron a que Newell’s recupere agresividad. Tanto Tevez como Héctor Fertoli, quien se ubicó como una especie de enganche detrás de Treppo cuando Vojvoda cambió el dibujo a un 4-2-3-1, le dieron otro vértigo y profundidad. Aunque las chances más claras llegaron por las trepadas de Valenzuela, a quien Jeremías Ledesma le negó el gol en tres oportunidades.

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