Ciudad

Recuperación

Martín sorteó con éxito la operación

Al arzobispo de Rosario le colocaron un stend tras un episodio cardíaco.


El arzobispo de Rosario, Eduardo Eliseo Martín, fue sometido ayer a una intervención coronaria mediante la cual le colocaron un stend ante el cuadro de insuficiencia cardíaca que presentó en la madrugada del último domingo, cuando debió ser internado de urgencia en el Instituto Cardiovascular Rosario (ICR). Hasta el cierre de esta edición el clérigo se recuperaba satisfactoriamente de la operación.

“Gracias a Dios salió todo bien”, confirmó Javier Bilbao, vocero de la arquidiócesis local al referirse al resultado de la práctica a la que debió ser sometido Martín, de 62 años.

Ahora deberá permanecer unos días más internado a la espera de una recuperación absoluta antes de recibir el alta médica. De todas maneras, en ese sentido, Bilbao anticipó que el próximo paso será “alejarlo de su agenda y de su teléfono, porque tiene una actividad diaria muy cargada”.

Inesperado

El vocero reconoció que este episodio que vivió Martín “fue una sorpresa porque no tenía antecedentes coronarios, incluso hace poco se hizo una serie de estudios y le habían dado todos bien”. Y añadió: “Gracias a Dios se anticipó al cuadro que podía pasar; se anticipó a un infarto o a un preinfarto”.

Martín se hizo cargo de la arquidiócesis local a fines de agosto del año pasado, después de que Francisco lo eligiera entre una terna sacerdotal. Cuando recibió la noticia, confesó que fue para él una verdadera sorpresa y en esa ocasión le dijo al nuncio: “¿A mí me nombra el Papa?”.

Perfil activo

Antes de asumir como obispo de Rosario estuvo a cargo de la arquidiócesis de Río Cuarto en donde pasaba muy poco tiempo en el obispado, ya que visitaba las parroquias y se quedaba una semana en cada una. De hecho, trascendió que en un encuentro privado Jorge Bergoglio le pidió que mantuviera “el mismo perfil” que tenía en Córdoba, debido a las problemáticas sociales que atraviesan a Rosario.

En menos de dos meses en la ciudad, el arzobispo ya había recorrido más de 20 parroquias y esas “visitas”, si bien no duraban una semana como en las iglesias rurales de Río Cuarto, le demandaban un día o dos para interiorizarse de su trabajo y de sus demandas.

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