Edición Impresa

El gobierno sirio dijo que puso fin a focos rebeldes

El régimen de Al Assad proclamó su victoria y advirtió que no retirará tropas para garantizar seguridad.

“La batalla para derrocar al Estado en Siria está terminada de una vez por todas y empieza otra batalla, la de la consolidación, la estabilidad y la construcción de una nueva Siria”, dijo Jihad Makdessi, portavoz de la diplomacia siria. El gobierno de Bashar al Assad advirtió que sólo retirará sus tropas de las zonas urbanas cuando se restablezca la normalidad y terminen los enfrentamientos. Mientras tanto, los opositores piden para el alto el fuego que se retiren los soladados de los lugares más conflictivos.

El anuncio del régimen sirio fue hecho a últimas horas de viernes pasado, pero sus tropas seguían bombardeando ayer focos de resistencia, empujando a la oposición a pedir de nuevo a la comunidad internacional que facilite armas a los insurgentes.

En vísperas de la reunión de hoy de los llamados Amigos de Siria en Estambul, donde más de 70 países intentan “aumentar la presión” sobre el régimen, Burhan Ghalioun, jefe del Consejo Nacional Sirio (CNS), que agrupa a buena parte de la oposición siria, instó ayer a los participantes en esa conferencia a armar a los rebeldes.

Esta idea, descartada por Estados Unidos y numerosos países árabes y occidentales, es defendida por catar y Arabia Saudita, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Saud al Faizal, declaró en Riad, al lado de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que “armar a la oposición es un deber”.

Anteayer el régimen bombardeó los bastiones rebeldes de Homs y Deraa, con lo que incumplió así las condiciones fijadas por el emisario de la ONU, Kofi Annan, quien estipuló que primero le correspondía al ejército retirarse de las ciudades y poner fin a la violencia.

Un año después del inicio de la rebelión y con más de 9.000 muertos, la mayoría civiles, según la ONU, la fragmentación de la oposición siria es llamativa comparada, por ejemplo, con la unidad que lograron, en poco tiempo, los militares y civiles que se sublevaron en Libia contra Muamar Gaddafi. Libia es un país más homogéneo y tenía pocos exiliados. Acaso esa variedad de tendencias políticas sea debido a la complejidad de Siria, un mosaico de religiones y etnias en la que, sin embargo, la minoría alauí, a la que pertenece Al Assad, controla las unidades de élite del ejército y el aparato de seguridad.

Fundado en octubre pasado y dirigido por académicos laicos sirios afincados en París desde hace décadas, el CNS agrupa a la mayoría de la oposición. Desde la anterior reunión de los Amigos de Siria, celebrada en Túnez en febrero, es el interlocutor privilegiado de la comunidad internacional.

El régimen del presidente Al Assad acusa a la oposición y la rebelión de “terrorismo” y “complot” financiado y apoyado por el extranjero.

Las tropas sirias, de lejos mejor equipadas y con más hombres que los rebeldes, están desplegadas masivamente en todo el país, donde bombardean sin descanso los reductos de resistencia con decenas de víctimas diarias.

Por su parte, el autodenominado Ejército Libre Sirio, principal organización insurgente sublevada contra el gobierno del presidente Al Assad, ofreció un alto el fuego si Siria retira sus vehículos de combate, unidades de artillería y armas pesadas de las zonas con presencia de la oposición. “No podemos aceptar la presencia de tanques y tropas en vehículos acorazados entre la gente. No tenemos problema con el alto el fuego. En cuanto retiren sus blindados, el Ejército Libre Sirio no disparará ni un solo tiro”, señaló el oficial rebelde, Qasim Saad al Din, a la prensa desde Homs, consignó Europa Press.

Otro oficial rebelde confirmó esta postura en declaraciones desde Damasco. “Cuando las bandas de Al Assad detengan el bombardeo y los asesinatos de civiles, nuestros líderes podrán emitir una orden de paralizar las operaciones y la cumpliremos para demostrar nuestra buena voluntad”, dijo.

Comentarios