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Soy rock: la tercera edición del Festival Bandera en Rosario colgó el cartel de “entradas agotadas”

Veinte mil personas se reunieron este sábado en el Hipódromo para degustar una oferta súper variada de música nacional, una pequeña muestra de lo que se constituye como el evento musical del año en Rosario 


Gentileza Allpress Producciones

Vande Guru y Daniela Barreiro. El Ciudadano

Llegando a la medianoche del sábado casi la totalidad de las 20 mil personas que pasaron por el óvalo del Hipódromo rosarino empezaron a saltar, cantando a los gritos. Babasónicos era el plato fuerte del Festival Bandera y demostró que puede poner a bailar a distintas generaciones de la mano de sus temas clásicos y de los más recientes, algo que no suele ser tan común en festivales.

Canciones que forman parte de Trinchera, que se conoció oficialmente en abril de este año, se mezclaron con hits como “La Pregunta” que data de 2018 o “Deléctrico” de 2016, logrando la misma recepción y euforia de los y las presentes.

Foto: Cecilia Córdoba

El inicio con “Bye Bye” (que la banda viene sosteniendo en sus shows en vivo) se encontró con el público ya agolpado frente al escenario Oeste: una gran masa de gente que había estado coreando los bises que la siempre consistente y sólida Las Pelotas interpretó en su último set, pero ya preparados para ver salir a escena a Adrián Dárgelos y su banda.

El Bandera transitó este fin de semana su tercera edición, redoblando la apuesta que su producción local viene haciendo hace varios años, con tres escenarios, treinta artistas y una puesta de sonido y luces que demuestra que llega para quedarse y consolidarse en la ciudad.

Foto: Cecilia Córdoba

Las puertas se abrieron a las 14.30, en un día en el que las nubes fueron dando paso a un sol que calentó un poco la tarde pero que no llegó a evitar el frío de la noche. Si bien, como suele ocurrir en estos festivales, el público fue ingresando de a poco, eligiendo qué bandas ver, a qué hora llegar y a qué hora irse (muchos satisfechos con lo que habían ido a ver, salieron antes de las bandas programadas para el final), el público del Bandera llegó temprano y ninguna banda tocó sin gente.

Para las 15 horas, en el predio ya había cinco mil personas que aprovechaban a poner mantas en el piso, armar rondas de amigos y comenzar a seguir los recitales de los tres escenarios desde las pantallas ubicadas en algunas torres en medio del espacio.

El escenario Oeste comenzó con The Colorated y Saramalacara, una joven oriunda de Mataderos cuya carrera se encuentra en pleno ascenso y que demostró tener un público que la sigue y que no dudó en cantar y bailar sus temas sorprendiendo a otros que la anotaron para agregar a sus playlists habituales.

El escenario Este, que dio el puntapié inicial con Brunella, estaba al lado y entre los dos principales se iban intercalando. Por ese espacio pasó también 1915, Taichu y El Kuelgue que apareció en escena con puntilloso vestuario y dando paso, después de la presentación de Los Espíritus, a la explosión de la tarde, sin duda, Dillom que desbordó de energía al público apenas caía la noche.

Entre los dos escenarios, la gente solo tuvo que moverse algunos metros para seguir el cronograma de bandas que se cumplió sin un minuto de demora. Mientras que el line up del escenario Oeste ofrecía una selección de bandas y solistas que mostraba lo más clásico del rock nacional, el Este proponía novedades y bandas que están a la vanguardia de la experimentación musical. Sin embargo, el ambiente que se respiraba entre ambos escenarios era de fiesta y comunión.  Eso se hizo patente cuando Santiago Motorizado de El mató retomó en el escenario este el estribillo de Guasones que había cerrado el Oeste hacía apenas unos minutos. Un guiño para los colegas y sobre todo para el público.

El tercer escenario, el Cynar, estaba bastante más alejado de los otros dos y para llegar había que caminar y recorrer los puestos de comida y bebida que nunca dejaron de recibir gente. A diferencia de otros años en los que ese espacio se presentaba como más “alternativo” o “temático” esta vez contó con un line up más variado con bandas que tranquilamente podrían haber ocupado un espacio en los principales, como el local Coki Debernardi con The Killer Burritos que movilizó una gran cantidad de gente que se acercaba a escucharlos. En este mismo escenario, se presentó Zoe Gotusso, que está en un gran momento de popularidad ya que fue elegida como telonera de Coldplay en sus presentaciones en Argentina.

Foto: Cecilia Córdoba

Zoe fue una de las representantes femeninas de la música nacional. Si bien en el line up completo se destacaron figuras femeninas en ascenso como las nombradas Brunella, Saramalacara y Taichu así como Mutu y Chulimane (en el espacio que ocupó el canal musical Broda), las chicas no estuvieron en los horarios centrales de los escenarios principales como sí ocurrió ediciones anteriores de este evento que comenzó a rodar en 2018.

El final del evento estaba programado para después de la 1 en el Cynar (espacio en el que también tocaron Bad, Vale Acevedo, Feli Ruiz, Pasado Verde, Los Pérez García y Benjamín Amadeo, entre otros y otras) pero una pequeña demora en los horarios, que no perjudicó el desarrollo de la grilla, hizo que se desdoblara y que Cruzando el Charco y Los Peñaloza hicieran el gran cierre en los escenarios Este y Oeste.

El Festival Bandera surgió en el marco del 50 aniversario de la publicación de “La balsa” en 1967, primer sencillo considerado de rock nacional. De esa primera edición al reencuentro de este sábado con el público rosarino, después de dos años de ausencia obligada por la pandemia, el encuentro volvió a mostrar su enorme capacidad organización, producción y calidad de sonido que lo ponen entre uno de los más prometedores de la oferta musical nacional.

Foto: Cecilia Córdoba

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