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Sindicalistas respondieron a las críticas de Cristina

Gremialistas afines a la CGT y la CTA opositora contestaron a la presidenta y volvieron con reclamos.


Sindicalistas identificados con el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, salieron ayer a contestar con dureza las críticas que la presidenta Cristina Fernández planteó contra la dirigencia gremial y subieron el tono de sus reclamos al gobierno en materia de mejoras salariales.

El dirigente de los trabajadores judiciales Julio Piumato, el textil Jorge Lobais, el ruralista Gerónimo Venegas y Facundo Moyano, diputado e hijo del secretario de la CGT, fueron los encargados de responder a la primera mandataria, quien anteanoche habló de la riqueza de los sindicalistas y les exigió “sensatez” en las negociaciones paritarias.

Sin embargo, el que tuvo el tono más duro fue Lobais, quien consideró que Cristina Fernández podría estar “un poco nerviosa” frente a la situación económica que atraviesa la Argentina, mientras que Piumato y Facundo Moyano apuntaron a señalar los datos económicos negativos que se registran en el país. Las voces –a las que se sumó también la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) opositora que conduce Pablo Micheli– contrastaron con el silencio que mantuvieron tanto la primera línea de la dirigencia política kirchnerista como otros sindicalistas que se identifican con el oficialismo nacional.

“Si uno hace un análisis general, es un momento difícil para nuestra señora presidenta, en el cual la situación del mundo no es fácil y creemos que por ahí anda un poco nerviosa y hace esas acotaciones”, advirtió Lobais, uno de los más duros críticos de las declaraciones de Cristina Fernández. El sindicalista subrayó que “todos los presidentes no viven como (José) «Pepe» Mujica tampoco”, en referencia a la austeridad del mandatario uruguayo, luego de que anteayer la jefa del Estado manifestara que tiene rabia por las cosas que escucha: “No por mí, por lo que les puede pasar a los demás si no hay sensatez. Porque los dirigentes sindicales se van a sus casas y nunca son pobres. Los trabajadores quedan en la calle”.

Otro que cargó sobre la situación patrimonial de Cristina Fernández fue el ruralista Momo Venegas, quien resaltó: “Las mansiones, los hoteles y todo lo que tiene la presidenta, en caso de que se vaya, le van a servir para vivir cómodamente. Mucho más cómodamente que muchos de nosotros”.

“Rabia da que se olviden de los que no pueden tener un techo propio a pesar de tener un trabajo, de los que no llegan al salario mínimo vital y móvil, de los que están precarizados, no sólo en la actividad privada sino (en los sectores) que tendrían que dar el ejemplo que son el Estado nacional, el provincial y muchos Estados municipales”, fue la réplica que ensayó Piumato.

El judicial no tardó en responder a la jefa del Estado: “Respecto de si los dirigentes se borran o se van, no es así, los que se van a en general son los políticos”, alertó, y acusó a la Casa Rosada de “falta de gratitud” con la CGT de Moyano por la defensa que en los últimos años hizo del modelo.

Por último, y en una serie de mensajes difundidos en su cuenta de la red social Twitter, Facundo Moyano se sumó a los gremialistas cercanos al titular de la central obrera que salieron a replicar los ataques de la primera mandataria.

“En los 90 Moyano también fue corporativo, sectario y poco solidario. Los maestros, aeronáuticos, camioneros, petroleros, metalúrgicos y trabajadores del subte no son sectarios ni quieren hacerle mal a los argentinos”, indicó.

“Los camioneros fueron sectarios y corporativos yendo a buscar ganado a Azul (arriesgando sus vidas) por pedido de NK (Néstor Kirchner) cuando se desabastecía. Este sindicalismo, tuvo una actitud corporativa en la (iniciativa de ley) 125, en la 9 de Julio, con 300 mil trabajadores bancando al proyecto que medía un 34 por ciento”, concluyó.

Por último, la CTA opositora emitió un comunicado en el que advirtió: “No aceptamos que nos metan a todos en la misma bolsa: en la década del 90 nos fuimos de la CGT porque no tenemos nada que ver con el sindicalismo empresarial. Y tenemos el orgullo de vivir en las mismas condiciones que nuestros representados”.

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