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Evo ante el embate sindical

Culminaron ayer tres días de protestas callejeras en Bolivia por reclamos salariales que amenazan con continuar en la próxima semana. El gobierno de Morales dice estar abierto al diálogo y descarta crisis.


Mineros de la Central Obrera Boliviana (COB), médicos y estudiantes organizaron ayer un acto frente al Ministerio de Salud en el último día de paro de 72 horas y analizan la posibilidad de extenderlo en forma indefinida desde el lunes próximo, mientras el ministro de gobierno del presidente Evo Morales, Carlos Romero, aseguró que los conflictos sociales no pueden generar una crisis de gobernabilidad.

En el tercer día de paro de la COB trabajadores y médicos que reclaman por un mayor aumento salarial que el ofrecido por el gobierno y rechazan el aumento a ocho horas de la jornada de trabajo de los sanitaristas, realizaron un acto frente al Ministerio de Salud, informó el diario paceño La Razón. Simultáneamente, estudiantes de medicina, sanitaristas y empleados de la banca privada se apostaron frente a la sede de la vicepresidencia y arrojaron bolsas de pintura a su frente.

Al menos 300 efectivos, que denunciaron agresiones de los movilizados, impedían junto a un vehículo lanzaagua su ingreso a la plaza Murillo, sede del Ejecutivo y el Legislativo.

Por su parte, el ministro Romero dijo, citado por la agencia estatal ABI: “Hay demandas sociales y actores políticos que quieren aprovecharse de esa situación; no diría que es desestabilizador porque no tienen posibilidades de conducir a una crisis de gobernabilidad y menos a una crisis de Estado”. Destacó que el gobierno, para facilitar el diálogo, suspendió el decreto que estableció las ocho de trabajo en el sector de la salud, definió un incremento salarial del 8 por ciento y del 23 por ciento en los sueldos mínimos, y aprobó una norma de consulta a los indígenas de la reserva natural del Tipnis, para que se pronuncien sobre la construcción o no de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.

Para Romero lo que ocurre en el país es una “sincronización de demandas en el tiempo”, pero a su juicio “se puede advertir que cuantitativamente los movilizados están disminuidos, no hay intereses estratégicos compatibles y las huelgas de hambre se fueron suspendiendo”. Sin embargo, aclaró: “No menospreciamos sus demandas, por el contrario estamos abiertos a dialogar”.

Por su parte, el secretario ejecutivo de la COB, el izquierdista Juan Carlos Trujillo, afirmó que “el paro de 72 horas fue contundente” y que “el gobierno no debe minimizar la protesta” y no descartó la posibilidad de iniciar una huelga indefinida.

También el polémico dirigente minero de Oruro, Jaime Solares, ex secretario ejecutivo de la COB y acusado de paramilitar bajo la dictadura de Hugo Banzer, señaló, citado por el diario local La Jornada, que se analizará ampliar el paro porque, a su juicio, “no recibieron ninguna respuesta del gobierno”.

Por otra parte, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, opositor al gobierno del presidente Evo Morales, inició una ronda de negociaciones con los dirigentes del transporte público para evitar futuros paros y lograr la vigencia de la Ley Municipal de Transporte y Tránsito Urbano. El encuentro se produjo con la mediación de la Defensoría del Pueblo y duró dos horas, y luego se concertó pasar aun cuarto intermedio, informó el diario cochabambino Los Tiempos.

El dirigente René Vargas de la Federación Departamental de Choferes informó que la reunión se inició alrededor de las 7.30 (8.30 de la Argentina) y tras dos horas de diálogo se estableció un cuarto intermedio para reiniciarlo en las próximas horas en el Palacio Consistorial de La Paz.

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