A pocos días de conmemorarse San Cayetano, patrono del trabajo, y con las repercusiones aún frescas de la carta del papa Francisco mostrando preocupación por los altos índices de desocupación en el país, el arzobispo de la ciudad, Eduardo Martín, se reunió ayer con los gremios que integran el Movimiento Sindical Rosarino. Allí se planteó una agenda de temas que tuvo como principal eje la situación actual que están atravesando los trabajadores en general con las pérdidas de fuentes de trabajo y los atrasos que vienen sufriendo los salarios en el marco de una economía donde no cesa la inflación y se demoran algunas negociaciones paritarias o los resultados de las mismas terminan siendo escasos.
Durante la reunión que se realizó en la sede de la Asociación Bancaria y a la que asistieron, además de representantes de ese gremio, los de los Trabajadores Judiciales, Empleados de Comercio, Municipales, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Luz y Fuerza, docentes particulares, de los peajes, de la sanidad y de los mecánicos, entre otros, el arzobispo reconoció que “se nota un aumento en los pedidos o necesidad de ayuda social”.
El titular de la diócesis local, tomando como fuente datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), afirmó que la pobreza viene creciendo y que ya se ubica entre el 33 y el 34 por ciento de la población cuando el año pasado rondaba el 29 por ciento. “Estamos viviendo momentos duros y perder un empleo es quedarse sin la posibilidad de sostener una familia y eso trae mucho sufrimiento. Esto no significa solamente cifras, números, sino que significa familias, personas, niños, gente que sufre”, indicó.
Uno de los datos que muestra el crecimiento en la necesidad de ayuda es que la asistencia aumentó en las Cáritas que están presentes en cada parroquia de la ciudad. Si bien Martín se encargó de destacar que no era algo “masivo” sí remarcó que la tendencia era a la suba. “Si bien no es como otras épocas que hemos vivido, como por ejemplo en 2001, es preocupante y es importante que las autoridades pongan empeño para hallar soluciones”, señaló el prelado.
“Queremos manifestar la cercanía de la Iglesia hacia todos aquellos que más sufren, que están padeciendo estas dificultades, también con la enseñanza de la iglesia y su doctrina sobre el trabajo, sobre el reclamo justo y el diálogo. La Iglesia siempre propicia el diálogo social, es muy importante, y es ahí donde se tienen que encontrar los caminos para superar esta situación, porque si nos aislamos no llegamos nunca a un punto de acuerdo”, indicó el sacerdote.
“Situación delicada”
Por su parte, el secretario general de La Bancaria, Matías Layús, explicó que el motivo del encuentro fue “la posibilidad de reflexionar sobre una situación que es por demás de delicada”. “Tiene que ver con el desempleo y los despidos que están habiendo en sectores muy específicos como es el caso de los metalúrgicos, la recesión económica y la falta de consumo”, afirmó.
Desde el Sindicato de Trabajadores Municipales, su principal referente, Antonio Ratner, calificó la visita del arzobispo como “más que importante”. “También fue muy oportuna no solamente por la interpretación que le da el Papa a la situación social con la pérdida de puestos de trabajo, de nuevos pobres, de excluidos del mercado laboral sino en un llamado de unidad de las organizaciones sindicales que con paciencia y organización tenemos que empezar a trabajar para que se puedan generar políticas activas para que haya trabajo decente y registrado. Además, apelar a la sensibilidad de los gobiernos y los empresarios, cosa que adherimos”, subrayó.
Por otra parte, representantes de Sadop plantearon la situación del sector de la educación privada. Desde el gremio indicaron que los despidos también se suceden en ese ámbito y advirtieron sobre la creciente preocupación por los despidos sin causa.
Cabe recordar que el 1º de agosto se conoció el contenido de una carta que el Papa le escribió a monseñor José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, en ocasión de la fiesta de San Cayetano, que se celebra el próximo 7 de agosto, en la cual, al margen de enviar un saludo y bendición a los hombres y mujeres que se congregarán en diversos templos del país para pedir pan y trabajo, denunció que “seguimos viviendo momentos en los cuales los índices de desocupación son significativamente altos”.
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