Casi una práctica, el partido tuvo esa característica. Nacional nunca fue una fuerza pareja para un Newell’s muy sólido en sus convicciones. Y lo resolvió con altura. El trabajo descomunal de Mateo, el talento de Bernardi, el aporte de siempre de Maxi Rodríguez, fueron la base de la victoria.
Newell’s sacó una rápida ventaja y eso lo tranquilizó. Está claro que el juego empezó como le gusta al equipo de Alfredo Berti, con la pelota en su poder. Un Nacional pasivo lo esperaba en su campo, apenas intentaba alguna presión sobre Banega y Bernardi, para tratar que no estén activos.
Pero eso duró nada más que trece minutos, cuando se busca la interrupción como norma, es fundamental no dsitraerse. Lo soltaron a Bernardi, y Lucas metió un pase mágico que Maxi Rodríguez mandó a la red.
Con el marcador abierto parecía que el segundo era cuestión de tiempo, o bien de acertar otra combinación en ataque. En el medio Nacional tuvo dos aproximaciones, pero demasiado confusas para definirlas. Otra vez Bernardi en acción, centro de Cáceres y Curbelo la mete en contra. Ahora sí, dos a cero, y a manejar la bocha como les gusta. Lento pero seguro, todo era cuestión de ver caminar el reloj.
Hasta Bernardi se dio el gusto de hacer un gol de cabeza, ubicado como centrodelantero. Después de semejante osadía el partido estaba resuelto. Y todavía faltaba el gol de Orzán.
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