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La oposición trata de fortalecerse con miras a 2011

Por: Daniel Casal / NA

Justo en la semana de cumplirse un año de la victoria opositora de 2009, y cuando arreciaban las críticas por la falta de acuerdos mínimos que esmerilen al oficialismo, los bloques opositores en el Congreso pudieron avanzar en proyectos de importancia.

La reforma en el Consejo de la Magistratura, el organismo que designa los jueces, el proyecto para modificar el Indec y la iniciativa de llevar las jubilaciones al 82 por ciento móvil de un salario mínimo, le dieron nuevos bríos a una oposición ya cuestionada.

Es que esa inacción permitió al kirchnerismo tomar el aire suficiente para pensar en su continuidad a partir de 2011 y, hasta el propio ex presidente Néstor Kirchner se animó a hablar de un proyecto hasta 2020.

Durante los últimos días aparecieron también las propuestas de financiamiento para la medida destinada al sector pasivo, siempre postergado.

El incremento significaría una erogación de 22.000 millones de pesos anuales para que la jubilación mínima pueda ser aumentada de 895 a 1.500 pesos.

El diputado Claudio Lozano dice que el incremento de remuneraciones permitirá un ingreso tributario a los 6.400 millones, por un mayor consumo, ya que el sector pasivo gasta la totalidad de su ingreso.

También se puede avanzar en un aumento en los aportes patronales de las grandes empresas para la seguridad social, que permitirá ingresos por 16.000 millones.

Otra propuesta en danza es la de fijar un tope al Fondo de Garantía de Sustentabilidad (GFS) que administra la Ansés que reúne 150.000 millones. La idea es que la mitad de esos ingresos vayan a solventar el incremento.

Esta cuestión dio también para otras discusiones, en especial la airada reacción del oficialismo en bloque para criticar la avanzada opositora.

Puede ser cierto que, en principio, se actuó con cierta irresponsabilidad sobre el tema, porque sólo se pensó en dañar al gobierno y no se proponían fuentes de financiamiento para avanzar en esta propuesta.

Pero, también lo es que el gobierno ve cómo se le escapa una bandera electoral clave para 2011, como es el aumento para todos los jubilados.

La causa le dio también la oportunidad al vicepresidente Julio Cobos de volver a mostrarse, tras acusar recibo de un par de derrotas internas.

Al salir a apoyar el 82 por ciento móvil y recibir la andanda feroz del gobierno pudo volver a moverse en el campo que más negocios le ha dado: el de oponerse al gobierno de Cristina Kirchner.

No obstante, el vicepresidente parece haber perdido buena parte del crédito dentro de la UCR que había empezado a ganar hace dos años con su apoyo a la lucha agraria.

Sucede que, acompañado por los principales referentes del partido, su máximo competidor en la actualidad, Ricardo Alfonsín presentó su “Movimiento de Renovación Nacional”.

La idea es, precisamente, un espacio creado para enfrentarlo a Cobos en la interna radical e impulsar su candidatura presidencial en 2011.

Allí estuvo, con el titular del radicalismo, Ernesto Sanz, quien hasta ahora se había mostrado neutral en la disputa interna.

Este acto se convirtió en una virtual presentación de la precandidatura presidencial de Alfonsín.

Durante el acto, Alfonsín ya trazó el camino a seguir con la conformación de una comisión para conformar una alianza con la Coalición Cívica de Elisa Carrió; el socialismo y el GEN, de Margarita Stolbizer.

Todo movimiento, claro está, diferenciador de la neblina por la se acostumbró a transitar Cobos, en su doble función de vicepresidente y líder opositor.

No obstante, Sanz no pretende dejar afuera para siempre al cobismo y los convocará al denominado “Congreso Programático” para octubre próximo, con el objetivo de armar una plataforma política común.

Mientras tanto, el gobierno debe digerir algunas derrotas por errores u omisiones.

El 82 por ciento móvil para los jubilados es una vieja bandera suya que pensaba sacarla a relucir en el marco de la campaña electoral, pero sin percibir, con claridad, que para este tema la oposición podía juntar voluntades sin mayor esfuerzo.

Con el Indec también paga un alto precio, porque la intervención de Guillermo Moreno sólo le trajo dolores de cabeza al gobierno.

La ausencia de credibilidad de las cifras oficiales permite que cualquier entidad privada mencione cifra desopilantes de inflación que, al final, terminan siendo más creíbles.

Por otra parte, en el plano internacional nadie habla de mejoras en las calificaciones del país, a pesar de los grandes esfuerzo de todos, precisamente, por la ausencia de confiabilidad de los números.

Y hasta, el Consejo de Rectores está por sacar un informe critico por las inconsistencias detectadas en el funcionamiento del Indec. Demasiado precios por tan poca causa, como la mantener a un funcionario o un vulnerable esquema de estadísticas.

Para colmo, la inflación es el gran talón de Aquiles para el gobierno, a pesar del afiebrado nivel de consumo que se observa en capas medias y altas.

En este marco, las paradojas no faltan, ya que buena parte de los estratos sociales urbanos denostan la gestión actual por la forma centralista de hace política y también por el claro deterioro que el aumento de precios provoca en el poder adquisitivo de la gente.

Pero el desconcierto entre muchos no es menor y eso lo demuestra una encuesta de la Ibarómetro, la cual señala al propio ex presidente como el más adecuado para frenar la inflación.

Los guarismos indican que el 24,3 por ciento de los entrevistados cree que Néstor Kirchner es el candidato a presidente que mejor puede combatir la inflación, seguido por Mauricio Macri (13,2 por ciento), y Julio Cobos (11,2 por ciento).

Después viene Eduardo Duhalde (8,5 por ciento), Pino Solanas (5,8 por ciento) y Ricardo Alfonsín (5,4 por ciento).

Mientras que el 20 por ciento afirma que ninguno de los candidatos podría contener el aumento de precios. Es decir que el escepticismo sigue jugando un rol demasiado importante en el país.

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