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Reflexiones

La apreciación del dólar y Latinoamérica, según FMI

Desde mediados de 2014 el dólar se apreció en términos reales un 18 por ciento, lo que significa la suba más rápida en más de 40 años: se trata de un dato clave para América Latina, que vale la pena tener en cuenta y que fue analizado con detalle en el último informe del FMI para el hemisferio.


Desde mediados de 2014 el dólar se apreció en términos reales un 18 por ciento, lo que significa la suba más rápida en más de 40 años: se trata de un dato clave para América Latina, que vale la pena tener en cuenta y que fue analizado con detalle en el último informe del FMI para el hemisferio.

En un apartado del informe regional, los economistas Pablo Druck y Nicolás Magud se ocuparon de destacar la correlación entre la apreciación del dólar y el crecimiento en los países al sur del Río Bravo.

Así, explicaron que en los últimos 45 años, los mercados emergentes en todo el mundo han tendido a crecer a “menor ritmo, en promedio, durante los períodos de apreciación del dólar”.

“En América latina, este patrón es todavía más fuerte que en otras regiones de mercados emergentes, particularmente para los exportadores de materias primas en Sudamérica”, advirtieron.

El impacto de la apreciación de la moneda norteamericana se da por varias vías: por un lado el “canal financiero”, que hace que el financiamiento externo se vuelva más “costoso y restrictivo”, lo que impacta negativamente en “la inversión y el consumo”.

Claro que eso se ve potenciado cuando tanto el sector público como el privado llegan al cambio de ciclo muy endeudados en moneda extranjera.

Por otra parte, “un dólar más fuerte implica monedas locales más débiles y más bajos precios de commodities, lo que reduce el poder de compra del dólar a nivel local”.

Los “términos de intercambio” se ven así afectados, “amplificando la debilidad de la demanda agregada”, sostuvieron los economistas en un momento en el que se prevé que la apreciación del dólar continúe y se profundice.

“Este argumento es particularmente relevante para los exportadores de commodities sudamericanos y lo es menos para América Central y México”, puntualizaron.

Aún así, esta situación puede impulsar la “sustitución de importaciones” en Sudamérica, que puede verse disparada por el encarecimiento de adquirir bienes en el exterior.

“El prospecto de un persistente fortalecimiento de la moneda norteamericana, con un aumento de la tasa de interés en Estados Unidos, puede generar riesgos para el crecimiento en América Latina, particularmente para los exportadores de commodities expuestos a desbalances monetarios”, señaló el FMI.

Según el Fondo, los países que tienen regímenes monetarios fuertes y que permiten la flexibilidad cambiaria, al tiempo que tienen reducida exposición a los activos en dólares pueden estar en mejores condiciones para capear el temporal.

Hay que recordar que para el período 2014-2015, el organismo internacional dividió a los países en tres categorías.

Por un lado, están aquellos que muestran en el período una “marcada caída” en el crecimiento (igual o más que 1 por ciento del producto).

En ese lugar, el FMI colocó a Brasil, Bolivia, Venezuela, Colombia y Ecuador.

Luego, están aquellos en los que prevé una caída “moderada” (menor al 1 %): Argentina, Uruguay y Paraguay.

Y a la vez están los que plantea que lograrán crecer en este período: Chile, Perú, México y algunos países centroamericanos y caribeños.

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