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“El trabajo científico es invisible y desconocido”

Pablo Armas fue premiado como uno de los 10 jóvenes sobresalientes del país; estudia la genética del cáncer; como gran parte de los investigadores, el biotecnólogo reparte el tiempo entre la docencia y analizar cómo pelear contra enfermedades.


La Cámara Junior Internacional (JCI) de la Argentina, junto a la Cámara Argentina de Comercio, entregó a Pablo Armas –investigador adjunto del Conicet– el premio Toyp, en reconocimiento como uno de los diez jóvenes sobresalientes de la Argentina.

Armas trabaja en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR). Además, cumple funciones docentes en el Área de Biología General de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Fue reconocido como uno de los jóvenes sobresalientes de Argentina no sólo por su trayectoria científico-académica, sino también por su compromiso social. Su investigación más importante está ligada a la genética y cómo curar el cáncer.

Hijo del milenio

Armas se graduó en 2000 como licenciado en biotecnología. En 2005 obtuvo el doctorado en ciencias biológicas y dos años después finalizó sus estudios posdoctorales en el Conicet. Desde 2004 forma recursos humanos: está a cargo de la dirección y codirección de tesinas de grado de la licenciatura en biotecnología, y de tesis del doctorado en ciencias biológicas. También participó en numerosas publicaciones de revistas científicas internacionales.

Motivo de elogio

El investigador del Conicet trabaja en la regulación de la expresión de genes a través de estructuras no canónicas del ADN. “El ADN tiene forma de hélice o de escalera caracol. Sin embargo, hay muchos momentos de la vida de las células en que cada hebra de la hélice del ADN puede adoptar, transitoriamente, otras formas y eso puede influir en cómo se usan los genes, si se usan más o menos, si se apagan o se encienden”, explicó y agregó: “De esas formas alternativas del ADN estudiamos unas llamadas «cuadruplex de guanina». Son parecidas a unos nudos u obstáculos que pueden encontrar las proteínas, que deciden qué genes se usan y qué genes no”. Si bien suena complicado, el objetivo del trabajo es avanzar en uno de los enfoques que, a la larga, podrían habilitar nuevos campos de curación de enfermedades como el cáncer. “Esas formas del ADN, cuadruplex de guanina, que son muy estudiadas porque regulan los genes del cáncer, también participan en la regulación de genes del desarrollo embrionario”, explicó Armas y agregó: “Se encienden y se apagan durante la especificación o diferenciación de las células durante el desarrollo”, sintetizó. La investigación genética salió en “Nucleic Acids Research”, una reconocida revista académica bimestral dedicada a la bioquímica y la biología molecular y editada por la Universidad de Oxford, Inglaterra. La publicación contribuyó a la distinción de Armas en septiembre.

El investigador y el medio

“El trabajo del investigador científico y de los que hacemos ciencia básica es bastante anónimo, invisible, socialmente desconocido. Por eso, esta premiación no sólo es una motivación a nivel personal, sino que también ayuda a compartir un poco más lo que hacemos dentro del laboratorio con la sociedad. Muchas personas desconocen que en nuestro país hay centros de investigación de excelencia, que desarrollan ciencia competitiva a nivel internacional”, resaltó el ganador del premio. “Cuando nos quedamos atados al ambiente científico no tenemos real dimensión del aporte que está haciendo. Tiene trascendencia a nivel local, nacional e internacional”, opinó Armas y concluyó: “Este premio sirve para hacerse conocer y para saber que estoy yendo por el buen camino”.

¿Qué son los premios Toyp?

En la Argentina se distingue desde 1983 a jóvenes que por su labor en distintos campos se destacan generando cambios positivos dentro de diez categorías, entre las que se encuentran: logros culturales, liderazgo moral o ambiental, servicio humanitario y voluntario, desarrollo científico y tecnológico, superación y logros personales, entre otras. Este galardón se elige entre los ganadores de los Toyp provinciales –se trata de la sigla en inglés de “Ten Outstanding Young Persons” (literalmente diez jóvenes sobresalientes)– y lo conceden los capítulos nacionales, provinciales y locales de la Cámara Junior Internacional, una de las mayores organizaciones juveniles del planeta.

La red JCI está conformada por ciudadanos de entre 18 y 40 años que se involucran con el propósito de crear un cambio positivo en el mundo. Tiene presencia en unas cinco mil ciudades de 110 países y el año pasado cumplió un siglo de existencia. Se fundó en 1915 como Asociación Cívica Progresista de Hombres Jóvenes en Saint Louis, Estados Unidos.

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