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El salario argentino, entre los más altos

El salario mínimo, vital y móvil en la Argentina es el más elevado en la región y, a nivel mundial, ocupa el puesto 19º.

El salario mínimo, vital y móvil en la Argentina es el más elevado de la región y, a nivel mundial, ocupa el puesto 19°. Así surge de un relevamiento privado que toma el nivel de las remuneraciones mínimas en los países donde existe este tipo de norma que fija el nivel más bajo permitido por ley.

En la Argentina, el salario mínimo subió desde el 1° de enero de 2011 a 1.840 pesos. Este monto es más que el doble del nivel en el que se ubicaba hace cinco años: en agosto de 2006 se lo situó en 760 pesos. Entre estas dos fechas se registraron doce alzas.

Claro que durante ese período la inflación se aceleró y fue de alrededor de un 15 por ciento por año, en promedio. Sin embargo, para realizar el estudio, se quitó el efecto del alza de los precios y, al comparar los distintos salarios mínimos, se midió el poder de compra real de cada uno de ellos.

En ese sentido, se utilizó el poder adquisitivo (PPA) que elabora el FMI. Éste es un indicador que sirve para evaluar el nivel de vida en cada país, teniendo en cuenta el PBI per cápita medido en relación con el costo de vida en cada Estado en particular. “No se utilizaron los datos del Indec”, resaltó Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía, de la Universidad de Belgrano, que hizo este estudio.

Medido en PPA, los 1.840 pesos locales poseen la misma capacidad adquisitiva que 819 dólares en Estados Unidos, según surge del estudio. “Es decir que el sueldo mínimo de la Argentina permite comprar una canasta de bienes equivalente a la que se puede acceder con 819 dólares en aquel país”, explica el informe de la Universidad de Belgrano.

En la Argentina, el salario mínimo se aplica sólo a los empleos registrados, conocidos como “en blanco”. La última suba, de enero de este año, alcanzó a 300.000 trabajadores que no estaban comprendidos en ningún convenio salarial. Sin embargo, existe una importante fracción de la fuerza laboral que, por estar empleada en el sector informal de la economía, no está protegida por el mínimo legal y recibe salarios inferiores.

Incluso, algunos economistas señalan como el culpable del elevado porcentaje de trabajadores “en negro” (de alrededor de un 40 por ciento) a que el salario mínimo es muy alto. “La bibliografía se divide en dos: por un lado están quienes dicen que si se lo disminuye, aumentaría el empleo registrado”, reconoció Beker. Sin embargo, recordó que las veces que la remuneración mínima cayó en la Argentina, no se incrementó el trabajo en blanco.

Los 819 dólares que recibe como mínimo un trabajador en la Argentina es similar a lo que cobraría en España (816 dólares) y está por encima, por ejemplo, de Portugal, donde el nivel más bajo de las remuneraciones es de 693 dólares. Además, supera a todos los países de la región, incluso de Chile, donde es de 428 dólares, y a Brasil, que tiene un salario mínimo de 343 dólares.

Para Beker, lo que generó la mejora en la Argentina fue “el proceso de recomposición del salario, que se dio por la capacidad de negociación de los sindicatos”.

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