Lisandro Olearo
Optimismo en el campamento Puma en la previa del partido más importante de los últimos cuatro años. En el deporte se gana y se pierde. Y del partido ante Japón en Nantes por la quinta y última fecha de la fase de grupos de Francia 2023, se podrían generar dos caminos para Argentina: uno significaría volver a ser protagonista de un Mundial y escribir un nuevo capítulo en la historia del rugby nacional, y el otro sería cerrar un ciclo que nunca logró despegar en cuanto al juego, alternando buenas y malas.
Agustín Creevy, referente de este plantel y guerrero de 104 batallas, ante la posibilidad de un resultado adverso frente a Japón, expresó: “No se piensa en eso. Estamos preparando el partido para ganarlo. Después son consecuencias, lamentablemente. Vemos los puntos importantes donde mejorar, donde seguir trabajando. Creyendo en nosotros, en lo que estamos haciendo. Siempre se piensa en cómo se gana y no en el caso que se pueda perder”.
El equipo recibió un duro golpe en el debut y tuvo que reconstruir la confianza ante Samoa y Chile. “La confianza nunca se perdió. Obviamente, tuvimos que hacer el duelo después del partido que se perdió (con Inglaterra) y tuvimos doce días por delante. Tuvimos la suerte de procesarlo bien y entender qué había pasado. Siempre confiamos en nosotros. El equipo sabe muy bien donde vamos y obviamente vamos a morir en la nuestra, en lo que venimos haciendo y proponiendo porque creemos en eso”, dijo el hooker platense y cerró: “Si el equipo está convencido, estoy seguro que vamos a seguir adelante. En esta posición vamos a tener un gran partido y conseguir lo que vinimos a buscar”.
Días atrás al que se lo consultó sobre la posibilidad de ser su último partido al frente de Los Pumas fue a Michael Cheika y el australiano no dudó en responder: “No está en mi cabeza”. Hizo una pausa y continuó con su respuesta: “Recién ahora y es culpa tuya (riéndose frente al periodista). Soy parte de un equipo que amo mucho”.
Y sobre el partido ante los nipones, el head coach de Los Pumas afirmó: “Para nosotros, (es clave) tener claridad es la pequeña diferencia para estar listos y sabemos que este partido, como dijimos, es una final. Es la tercera semana en este sistema, esta situación en la que estamos muy cómodos. Sabemos que se puede definir en el minuto 80 y hay que estar preparados para eso. Después, en la cancha, es el momento de disfrutar. Estas situaciones son las mejores para el jugador de rugby”.
Cheika tiene contrato que culmina con la participación argentina en el Mundial. Para el ex entrenador de los Wallabies no será el domingo.
Para Creevy y otros jugadores, podría ser el último partido con el seleccionado, no sólo en Mundiales. La generación del 80 ya no tendrá presencia, y otra camada que podría despedirse sería la 91, que le aportó mucho a la albiceleste.
Lo importante es que este equipo todavía no tocó su techo, que depende de sí mismo y que si puede superar sus propias adversidades, logrará vencer a cualquier rival. En el deporte se puede ganar o perder, pero saber que uno es dueño de su propio destino no tiene precio.
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