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Ultraje en Pérez

Abuso sexual: confirman pena

Tribunal ratificó fallo que condenó a once años de prisión a un taxista de 62 años por vejar a una niña de 13 en 2011. Fue fundamental para dar con el ahora sentenciado el hallazgo de su billetera en el lugar donde ocurrió el ataque.


La Cámara Penal confirmó la condena impuesta a un taxista de 62 años que en diciembre de 2011 abusó sexualmente de una niña de 13 años que había tomado el servicio de su coche de alquiler. El chofer, lejos de llevarla a destino, la trasladó hasta un descampado, en la vecina localidad de Pérez, donde la ultrajó y abandonó. El hallazgo de una billetera en el lugar del hecho llevó a los investigadores hasta el sospechoso que fue detenido, procesado y luego condenado a 11 años de cárcel por el Juzgado de Sentencia 8ª. La decisión fue apelada y ayer un tribunal pluripersonal de segunda instancia confirmó la sentencia dictada por el juez Edgardo Fertita.

Cerca de las 23 del martes 13 de diciembre de 2011 una niña de 13 años tomó el servicio de un taxi en Provincias Unidas y Viamonte rumbo a zona norte. Lejos de llegar a destino, la niña fue trasladada hasta un descampado en Pérez, cerca de la llamada curva de la muerte (en la ruta 33), donde el chofer abusó de la chica y se retiró dejándola en el lugar. La víctima fue hallada pasadas las 2 de la madrugada vagando con su ropa en la mano por un automovilista al que le hizo señas.

Según pudo reconstruir la pesquisa, el chofer tomó la ruta 33 e ingresó en un camino rural que divide Pérez de Zavalla  y ultrajó a la niña. En el lugar del ataque se encontraron algunas pertenencias de la victima y una billetera que fue la pista decisiva para ubicar al agresor. En su interior había un ticket de taxi donde figuraba la patente y el RA del coche de alquiler y una tarjeta de carga de combustible con la que los investigadores ubicaron a un hombre con las características que había descrito la niña. Al día siguiente, un peón de taxi fue detenido en su vivienda.

La causa penal

Al testimonio en Cámara Gesell que brindó la víctima se sumó un reconocimiento positivo del sospechoso a pesar del cambio de su fisonomía, informes médicos y la información que brindó el GPS del coche, que se mantuvo detenido durante casi una hora en la zona donde la niña contó que había ocurrido el abuso. En su descargo, el taxista, identificado como Mario Alberto G., afirmó que estuvo detenido en ese lugar porque había sido víctima de un robo por parte de dos mujeres que lo amenazaron con un arma blanca, aunque el juez de Sentencia Edgardo Fertita no dio crédito a sus dichos y lo condenó a 11 años de prisión.

El fallo fue apelado y ayer, en audiencia pública, los camaristas Georgina Depetris, Carina Lurati y Otto Crippa García confirmaron la sentencia. Los magistrados hicieron base en el discurso de la niña que, sumado a otras pruebas, dieron lugar a la sentencia condenatoria. Los jueces tomaron en cuenta la conmoción, el miedo y la confusión de la situación al momento de evaluar la versión de la víctima, y destacaron la superioridad física y madurativa del acusado, sumado a la sorpresa e intimidación provocada por la privación de la libertad y las condiciones de nocturnidad e indefensión en la que se produjo el hecho.

Los camaristas, además, tuvieron en cuenta la información que brindó el GPS y la hora y lugar del hallazgo de la niña. Los magistrados entendieron que existe un cúmulo de prueba que avala la versión de la víctima y descartaron, al igual que el juez de primera instancia, el descargo del acusado ­–quien no realizó la denuncia del supuesto robo–, a lo que agregaron el intento de eludir el reconocimiento en rueda de personas y la resistencia inicial a un peritaje psicológico.

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