Ciudad

“No hay dos Rosarios”

Fernando Asegurado, secretario de Gobierno de la Municipalidad, es uno de los principales “cuadros técnicos” del socialismo. Habla de la memoria, de su militancia y de Guillermo Estévez Boero, su “maestro”.  

En el año 2001, tiempos de la Alianza, se anunciaba la lista de concejales que irían como candidatos a renovar las bancas. El entonces intendente Hermes Binner se disponía a la presentación y así los fue enumerando: Mónica Fein. Pablo Javkin, Daniela León, Silvia Augsburger… cuando llegó el turno de Fernando Asegurado, Binner hizo una pausa y se dio cuenta de que siempre lo había llamado por su sobrenombre y ahí nomás disparó: Ojitos Asegurado, ante la risa generalizada que descomprimió aquella mención formal. “Es como me conoce la gente del partido y los más íntimos”, confió el secretario de Gobierno de la Municipalidad. Llegó de Junín en el año 1986 para estudiar ingeniería electrónica. Luego arribaron sus hermanos Gustavo y Santiago para estudiar en Ciencias Económicas; allí se acercó a las reuniones del MNR y se involucró tanto que dejó la carrera. De inmediato abrazó la militancia y las largas reuniones con Guillermo Estévez Boero lo marcaron definitivamente: “Un ejemplo para mi generación, un maestro en todo sentido”, dice con nostalgia. Asegurado se enoja cuando algunos afirman que hay dos Rosarios: la del centro y la de los barrios: “Es mentira. Invito a cualquiera a recorrer el barrio que quiera para mostrar lo que estamos haciendo y lo que vamos a hacer”, desafía. También sostiene –¿anuncia?– que el Puerto de la Música comenzará a levantarse “después de las elecciones” y que el conflicto con los empleados de Promoción Social “tiene solución inminente”.

— ¿Qué recuerda de aquellos días cuando llegó de Junín?

— Yo tenía tíos aquí y ya conocía Rosario, siempre me gustó. En ciudades como Junín o Pergamino, o del centro-norte de la provincia de Buenos Aires, es común que luego del secundario los jóvenes emigren a Capital o La Plata; yo me vine para aquí y luego mis dos hermanos. Tengo una imagen muy fuerte de caminar por las calles del centro en pleno verano y ver que no había árboles, no había sombra. Hoy eso cambió totalmente, muchos que vienen de afuera se sorprenden de la cantidad de árboles que hay. Con el tiempo armamos la Casa de Junín en Rosario para los que venían a estudiar aquí; tuve una mensajería también.

— ¿Cómo llega al socialismo?

— Vine a estudiar ingeniería electrónica que finalmente no terminé. Mis hermanos son contadores y ellos participaban de las reuniones del centro de estudiantes, en el Movimiento Nacional Reformista (MNR), brazo universitario del socialismo. En esas reuniones de largas conversaciones los jóvenes de entonces fuimos quienes aprendimos mucho al lado de Guillermo Estévez Boero, un maestro en todo sentido. Recuerdo haber compartido viajes por la provincia o el país, incluso verlo cómo se despertaba a las 5 de la mañana para hacer una hora de lectura, preparara su agenda, sus discursos, el tiempo que se tomaba para elaborar documentos y siempre tenía una lugar para contar anécdotas y de su relación con grandes del partido como Alicia Morean o Alfredo Palacios. Tuve la suerte, siendo tan joven, de aprender mucho a su lado. Teníamos encuentros con la juventud socialista de todo el país y así la conocí a quien es hoy mi mujer, Mariana Bartolomé, hermana de una gran militante como Susana, quien hoy ocupa la Subsecretaría de Economía Solidaria. Después de pasar por distintas áreas de la gestión, ver este nuevo desafío con Hermes como candidato a presidente, implica redoblar los esfuerzos para que aquellos sueños que tenía Estévez Boero sean posibles.

— En el 2001 le toca asumir en el Concejo. ¿Cómo vivió la crisis?

— Fue de un aprendizaje total. Recuerdo aquellas reuniones de gabinete, porque a los diez días que asumimos estalló el país. La decisión política fue de salir a enfrentar el problema y decirle a la gente qué teníamos y qué prioridades se iba a atender. Creo que hubo un momento histórico en el patio de Villa Hortensia, con los vecinos allí, eran los días de las asambleas populares, de los clubes del trueque. Allí Binner se paró ante la gente y habló muy firme sobre lo que se haría. Así nació el Presupuesto Participativo, en aquellas circunstancias difíciles para la ciudad. Donde Miguel Zamarini había realizado un trabajo de contención desde Promoción Social muy comprometido. Sin dudas hubo un antes y un después en la gestión luego de aquellos días.

— Hoy, desde la cartera de Gobierno, cómo evalúa los cortes, piquetes o el mismo reclamo que empleados de Promoción Social realizan para ser incorporados a planta…

— Mire, estoy totalmente de acuerdo con el reclamo de la gente, que se movilice, que se organice, que haya un lugar público donde manifestarse; pero estoy totalmente en contra del corte de calle o quema de gomas. En el caso puntual del reclamo de los empleados de Promoción Social, se va a solucionar. Ya hay un nuevo funcionario en la cartera –Pablo Seghezzo– y está trabajando para buscar una solución. Hay reuniones permanentes y debe primar el diálogo, soy optimista. Lo mismo ocurre con el Puerto de la Música: después de las elecciones se va a construir.

— Si un amigo de Junín viene a visitarlo, ¿a qué lugares lo lleva?

— La ciudad toda está hermosa, pero sin dudas la costa es lo que más llama la atención, lo imponente del río; también un recorrido por su casco histórico: el Monumento, la Plaza Juramento, con la Catedral, sus edificios, sus cúpulas. A los visitantes le llama mucho la atención la construcción de sus edificios. Rosario es una ciudad de cambio permanente, muy viva. Soy un amante de la pesca, me gusta mucho y, obviamente, un día de río es recomendable a cualquier visitante. Me molesta cuando dicen que hay dos Rosarios, la del centro y la de los barrios. No es así. Invito a cualquiera a recorrerla, en cada zona se está haciendo obra o se va a hacer. Si uno va a Echesortu, o Alberdi, o San Martín en la zona sur, o bulevar Rondeau, o Empalme Graneros, hay un montón de centros comerciales a cielo abierto, que el vecino lo vive como su propio centro y eso está bueno.

— Rosario está posicionada como uno de los lugares elegidos para invertir en grandes emprendimientos. ¿Hay alguno en carpeta?

— Por lo que más nos vienen a ver los potenciales inversores es por cocheras subterráneas, por barrios privados y por invertir en un lugar que sirva para recitales o eventos internacionales como Copa Davis, por ejemplo. En un lugar del Parque Independencia, en la ex Rural, se va a concretar en ese espacio un predio musical-deportivo para 10 mil personas, ese es “el” proyecto, el lugar y Rosario lo necesita. También el Museo al Che en la vieja estación Central Córdoba está en carpeta y seguramente haremos algo similar con Messi porque hoy es la figura mundial del fútbol.

— El parate en el Puerto de la Música, ¿influye de manera negativa para esos posibles inversores?

— Después de las elecciones comenzarán las obras. Los trabajadores no van a tener inconvenientes. Mire: cuando Hermes plantó la topadora en lo que hoy es el tramo desde los Silos Davis hasta avenida Francia, también venían del sindicato portuario a plantear sus quejas y nadie se quedó sin trabajo. Hoy esa salida hacia el norte y los emprendimientos inmobiliarios que se están levantando jerarquizan la zona. El puerto se fue trasladando hacia San Lorenzo, Timbúes o pasando 27 de Febrero; hay que valorar que camiones de gran porte ya no ingresan a la ciudad, la cosecha gruesa mueve dos millones de camiones, ¿se imagina ese movimiento dentro de Rosario? Hay cosas que no se ven, positivas y que no se valoran.

— Cuando no trabaja, ¿qué cosas lo movilizan además de la pesca?

— Me gusta mucho caminar, de hecho, vivo en la zona de la Plaza Sarmiento y me vengo caminando a la Municipalidad. Mi hijo Mateo tiene 16 años y le gusta mucho el deporte, ahora juega rugby en Provincial y disfruto acompañarlo, además soy consumidor de todos los deportes en tele. Si bien soy hincha de River, mi hijo salió fanático como la madre de Independiente, pero además me interesa mucho el fútbol de ascenso, lo sigo a Central Córdoba, vamos a la cancha y ahora estamos haciendo fuerza para que el Charrúa ascienda.

— ¿Por qué Rosario no pudo ser sede de la Copa América; es sólo un problema de los clubes o de la Municipalidad?

—Desde AFA (Julio) Grondona quería darle a Rosario partidos de eliminatorias, como fue el que se jugó ante Brasil y la verdad que no fue buena la organización, el problema que hubo con las entradas, además el equipo perdió mal y también perdimos el partido con Perú. El presidente de Colón, (Germán) Lerche, tiene buena relación con Grondona y éste se volcó por Santa Fe. Igual pensamos que el desarrollo de grandes eventos deportivos se da por región y no por ciudades. Para ser sede de algún Mundial de cualquier deporte se necesita trabajar como región. Salta se mueve como región con el NOA, Cuyo lo mismo, la Patagonia ya es una marca y nosotros tenemos que potenciar el Litoral, con Rosario, Santa Fe y Paraná, así ganamos, presentándonos juntos, el Mundial Juvenil de Rugby, y lo de la Copa América en Santa Fe lo tenemos que tomar como un triunfo de la región y no de la ciudad de Santa Fe; Rosario no puede llevarse todo: tuvimos a las Leonas, vamos a tener el básquet en agosto, vamos a tener el Autódromo.

 

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