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Viejo sistema penal

Sólo el 22 por ciento de los homicidios termino en condena

Así lo analiza un informe de la Cátedra de Criminología de la UNR que investigó 145 hechos ocurridos en dos barrios.


Entre 2008 y 2012, ocurrieron 145 homicidios en dos de los barrios más vulnerables y con altos índices de violencia de la zona sur de Rosario. En el transcurso de estos 7 años, de la totalidad de esos crímenes sólo 32, o sea un 22 por ciento, llegaron a una condena. Este bajo porcentaje de resolución de los casos tiene una línea de descenso desde que la justicia penal comienza a tratar la causa: en la primera etapa de los 145 crímenes hubo un 55 por ciento de personas indagas para luego pasar a 31 por ciento de los imputados procesados. Por su parte, como si no se tratara de víctimas de una muerte violenta, dentro de los 145 asesinatos hay 11 expedientes que no están en los juzgados y sobre los cuales los funcionarios judiciales tampoco poseen conocimiento de dónde quedaron, o sea, están perdidos. Estas cifras fueron el resultado del informe que realizaron los integrantes de la Cátedra de Criminología y Control Social de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. Además, el estudio indica que más del 90 por ciento de las víctimas y victimarios son varones donde la mayoría está en la franja etaria de 18 a 25 años.

El proyecto de investigación “Análisis cualitativo de la dinámica de homicidios en dos barrios de la ciudad de Rosario, desde 2008 a 2012 y propuestas de intervención”  estuvo dirigido por Enrique Andrés Font y por Daniel Erbetta, ambos docentes de la Facultad de Derecho. En esta primera etapa preliminar, los investigadores analizaron los casos por tasa de esclarecimiento (para esta selección se consideraron los imputados indagados, al menos una vez), de procesamiento y de condena. También tuvieron en cuenta sexo y edad de víctima y victimario, patrones de investigación judicial en casos de homicidios y significaciones por parte de agentes del sistema penal acerca de las situaciones de violencia altamente lesiva, es decir, cómo se traducen las dinámicas de los homicidios en los expedientes judiciales.

A su vez, para realizar el relevamiento el equipo tomó en cuenta que los homicidios hubieran sido cometidos en el período comprendido entre el 1º de enero de 2008 y el 31 de diciembre de 2012 en dos barrios de la zona sur donde los índices de muertes violentas son elevados. “Para el criterio espacial, tuvimos en cuenta tres aspectos: el lugar del hecho (que haya ocurrido en algunos de los dos barrios seleccionados por el proyecto), el domicilio de víctima y victimario (que residan en alguno de los barrios seleccionados por el proyecto) y la directa relación del hecho con dinámicas barriales de resolución de conflictos”, describe el escrito.

Una vez que culminó la primera fase del relevamiento, los investigadores advirtieron en esta etapa preliminar que durante estos 7 años hubo inactividad judicial respecto a estos casos. El equipo relevó los casos primero a través de los homicidios que registraron los medios periodísticos, y ante la negativa del Ministerio de Seguridad para brindar la información de la lista de homicidios cometidos en ese período, accedieron a través de la Corte Suprema de la provincia al sistema informático de búsqueda de expedientes a partir de las jurisdicciones policiales. “Realizamos una exhaustiva búsqueda de hechos por comisaría de procedencia, ya que generalmente estas dependencias del barrio son las que realizan las primeras actuaciones. Pudimos identificar varios hechos que no habían sido hallados en el relevamiento periodístico. Llegamos así a identificar 145 homicidios ocurridos dentro de los límites –temporales y geográficos– establecidos”.

Inactividad judicial

De los resultados del informe se desprende que en muchas causas los investigadores se encontraron con una marcada inactividad judicial. Esto surge luego del análisis del total de casos identificados, es decir 145 homicidios donde se relevaron 115 debido a que 12 no pudieron ser identificados en el sistema judicial, 11 expedientes estaban perdidos físicamente en los juzgados y en 7 casos los expedientes habían sido remitidos hacía varios meses a juzgados civiles y laborales sin que fuera solicitada su devolución, y en un caso, un expediente se hallaba en la Brigada de Homicidios de la Policía.

Con respecto a las cifras que surgieron al analizar la tasa de esclarecimiento, de los 145 homicidios, sólo 80 tenían al menos una indagatoria, lo que representa el 55 por ciento del universo.

En la tasa de procesamiento, el informe resalta que de la totalidad de los homicidios, sólo en 45 casos hubo un procesamiento, lo que representa el 31 por ciento del universo. Por su parte, en esos cuatro años de análisis la tasa de condena arrojó que de los 145, sólo 32 tuvieron una condena, lo que representó el 22 por ciento.

En tanto, el estudio resalta que con respecto a las edades y el sexo de las víctimas y victimarios “hubo una fuerte concentración entre los 18 y 25 años”. A su vez, los resultados arrojan que el 96 por ciento de las víctimas fueron varones, al igual que los victimarios, que representaron el 93 por ciento del universo total.

“Al no existir condena, se privatiza la violencia”

“Los crímenes espectaculares que tienen que ver con problemas relacionados al narcotráfico no son los más comunes. En general, el homicidio tendría que llegar al 80 por ciento de resolución sólo por la propia característica del delito, porque en el barrio se sabe quién lo hizo y cómo lo hizo”, describió Eugenia Cozzi, una de las integrantes del grupo de criminólogos que elaboró el informe.

“Lo más importante es que al quedar sin condena se privatiza la violencia. El homicidio se vuelve privado: para el resto de la sociedad es un ajuste de cuentas o lo que se traduce en que se matan entre ellos y, para el interior, si tengo algún problema lo arreglo yo”, continuó la investigadora.

La criminóloga aclaró que al hacer notar la baja tasa de condena el equipo no está a favor de un aumento del poder punitivo sino que están reclamando un funcionamiento como debe ser de las agencias encargadas de regular, de investigar y sancionar esta situación, que son la Policía y la Justicia penal.

“Para pensar la violencia en Rosario se tiene que hacer mucha más compleja la discusión, porque la ausencia del Estado genera que los jóvenes edifiquen su identidad con un despliegue de violencia contra otro joven, que a su vez es construido como matable. Hay que poner en el análisis también cuáles son las características del mercado de trabajo para que estos jóvenes queden seducidos por las características de tener una identidad a través de la violencia letal”, agregó Cozzi.

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