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El proyecto a paso lento

Sin proyección

Berti y Lunari, dos DT de inferiores, no llevaron a la cancha la idea de Theiler y la dirigencia de apostar a la cantera.


El proyecto. Esa es la palabra que se usa insistentemente en boca de los directivos leprosos a la hora de hablar de la política deportiva. Y ese ‘proyecto’ tiene que ver con poner a las divisiones inferiores como prioridad, uno de los puntos que se ponen en la mesa a la hora de hablar con un entrenador, aunque paradójicamente cuando la apuesta fue con un entrenador surgido de inferiores como Alfredo Berti, la participación de juveniles fue menor a lo esperado.

El paso de Gerardo Martino en el Parque fue exitoso y acomodó absolutamente todo. Consiguió un título, peleó hasta el final en la Copa Libertadores, puso a la Lepra en la zona alta de los promedios, y le dio una identidad a Newell’s que a esta altura resulta irrenunciable.

El Tata dejó la “vara alta” y malacostumbró al hincha y a los propios jugadores a pelear arriba siempre y eso pudo ser un factor para que su sucesor, Alfredo Berti, priorizara el resultado sobre cualquier apuesta a promover juveniles y no le diera impulso a los jugadores de inferiores o lo hiciera en escasas oportunidades.

No hay dudas que Jorge Theiler, coordinador de las divisiones inferiores, cuando dio el visto bueno para que Berti sucediera a Martino, seguramente imaginó mayor presencia de juveniles durante la temporada, inclusive en el pasado trimestre donde la Lepra debió afrontar 25 partidos en 98 días, oportunidad ideal para rotar el plantel y foguear a los pibes, algo que no sucedió.

Sólo hubo dos excepciones a la regla en todo el proceso que encabezó Berti, más el interinato de Lunari (otro DT de inferiores): Guillermo Ortiz y Ezequiel Ponce.

Ortiz, de 21 años, ya había tenido algo de rodaje con Martino y también tuvo sus chances en el ciclo Berti, aunque tampoco fue siempre la primera opción de recambio, ya que Berti puso a Víctor López de “dos” a pesar de ser zurdo y también experimentó este año con Mateo como zaguero. Pero con tantas lesiones o suspensiones de Heinze, López y Mateo, al menos Ortiz puso jugar varios partidos.

Ortiz acumuló en la temporada 2013/14 un total de 18 partidos, de los cuales fue titular en 15, y además tuvo la ventaja de compartir zaga con un jugador de la jerarquía del Gringo Heinze, una enseñanza difícil de igualar.

El caso de Ponce es distinto. El pibe fue a su primera pretemporada con el plantel de primera en enero con sólo 16 años y la idea era llevarlo de a poco. Pero a Berti le costó encontrar el “nueve” y mandó al pibe a la cancha mucho antes de lo pensado, haciéndolo jugar partidos de Copa y torneo local.

Así, con tan solo 17 años, el juvenil delantero ya tiene 21 partidos en el lomo, con 4 goles y un roce internacional que no siempre es fácil de conseguir, algo que también le permitió ser citado al seleccionado argentino Sub 20.

Lo único extraño fue que Berti lo dejara afuera de los dos partidos más importantes del trimestre: el clásico, donde ni siquiera fue al banco, y el choque definitorio por la Copa donde fue suplente.

Sacando estas dos excepciones, Berti primero y Lunari después estuvieron muy lejos de cumplir con la premisa de impulsar juveniles, una situación difícil de entender que incluso generó enojo en Theiler en más de una ocasión.

Así, jugadores con proyección como Juan Vieyra, Eugenio Isnaldo, Carlos Torres, Maxi Pollacchi o Enzo Beloso jugaron poco y nada. Y otros, que pintaban para sumar minutos, lo hicieron mínimamente o lo vieron desde afuera (ver tabla adjunta).

Como ejemplo, Vieyra, una de las “joyitas” de inferiores, apenas jugó 3 partidos ingresando desde el banco en todo el ciclo Berti. Es cierto que se lesionó en el inicio de este año, pero en el torneo Inicial 2013 estaba bien y casi ni jugó, y además su lesión este año fue en un partido de reserva.

En tanto Carlos Torres, de 19 años, sólo ingresó dos veces y sumó 22 minutos, cuando en la pretemporada había sido alternativa constante de Berti para ingresar en el mediocampo. El Chinito estuvo 10 veces en el banco y en 8 ocasiones no ingresó.

Tampoco es muy entendible que jugara tres partidos Franco Lazzaroni (con Lunari como DT) y no lo hiciera Leonel González, el lateral izquierdo de la reserva. Ni que Maxi Pollacchi, elogiado por los responsables de inferiores, estuviera 11 partidos en el banco y aún no haya debutado, cuando se experimentó con Mateo de dos, se jugó con Heinze desgarrado, con Ortiz infiltrado y hasta un rato con Atlético Nacional Berti ubicó a Villalba de zaguero.

Tampoco tuvo la chance de debutar José Agüero, el cinco titular de la reserva cuando Berti era el DT.

El “proyecto” es la prioridad. Newell’s sabe que sólo un buen trabajo de inferiores puede permitirle equilibrar las finanzas. Pero a la hora de plasmar la idea en la cancha, ni siquiera dos entrenadores surgidos de Bella Vista lo hicieron. O no confiaron, o priorizaron el resultado, o entendieron que no hay juveniles confiables. Y eso llevó a que los hinchas comiencen a cuestionar el trabajo de Theiler al no ver juveniles proyectados a primera. ¿Cuál será la verdad?

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