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Santa Fe: juzgan a narcos

Desde el jueves cuatro argentinos y un colombiano enfrentan un juicio oral por comercializar cocaína. Todos fueron detenidos tras el secuestro de 89 kilos de droga en el departamento San Javier, en 2009.

Un colombiano y cuatro argentinos son juzgados en la ciudad de Santa Fe, acusados de comercializar cocaína y conformar una asociación ilícita. Uno de los imputados acusó a la organización criminal italiana La Cosa Nostra de estar detrás del financiamiento del negocio ilegal. El hecho que dio origen a la causa fue un allanamiento en una finca ubicada en las afueras de la ciudad de San Javier en mayo de 2009, donde se secuestraron 89 kilos de cocaína dentro de árboles de la especie palo borracho. El jefe de la banda está preso en Italia.

Los acusados son Fabián Antonio Marín Hernández (oriundo de Colombia), Sergio Rafael Velarde, Santos Eriberto Bamba, David Gustavo Sagardoy y Roberto Carlos Rodríguez Luna, todos imputados por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por haber intervenido más de tres personas organizadas para cometerlo.

El Tribunal que juzga desde el jueves la conducta de los imputados está presidido por María Ivón Vella y está integrado además por José María Escobar Cello y Otmar Paulucci (juez del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de Rosario). El Ministerio Público Fiscal es representado por el fiscal general Martín Suárez Faisal, conjuntamente con el fiscal federal de la ciudad de Reconquista, Roberto Salum, quien intervino en la instrucción de la causa.

La defensa del colombiano Marín Hernández estará a cargo de Gustavo González. Por su parte Velarde, Sagardoy y Bamba serán asistidos por los defensores públicos Oficiales Germán Artola y Fernando Sánchez. Mientras que el imputado Rodríguez Luna será defendido por Ricardo Degoumois y Gabriel Micheloud.

Arrepentido en Italia

El allanamiento en Colonia Francesa permitió confirmar lo que el jefe narco de la banda, Arturo Luglietto, había confesado ante los agentes de Finanzas en la ciudad italiana de Nápoles unos días antes.

Allí, el líder quebrado y acogido a una figura similar a la del “arrepentido” señaló el lugar exacto donde se encontraban varios kilos de cocaína que iban a salir casi con seguridad sin problemas desde la Aduana de Buenos Aires algunos días después.

Los agentes italianos pidieron colaboración a efectivos federales de Reconquista y a la división antinarcóticos de la policía santafesina que confirmó la presencia del grupo en San Javier, mediante una visita que hicieron al lugar simulando ser agentes sanitarios que llevaban información para combatir el dengue.

La Operación Ambassador pegó fuerte primero en Nápoles, donde capturó a Luglietto y un embarque de 250 kilos de cocaína dentro de troncos de la especie vegetal palo borracho. En italia fueron detenidos 7 individuos, pero aún restaba el capítulo santafesino.

Cuando los agentes italianos llegaron a Colonia Francesa encontraron lo que Luglietto había marcado en una casa donde residían un colombiano y dos salteños, supuestamente contratados para la realización de trabajos rurales.

Se trata de Fabián Antonio Marín Hernández, colombiano, de 46 años, Sergio Rafael Velarde, de 36, y Santos Eriberto Bamba, de 39, provenientes de Salta. En su poder, la Policía secuestró 89 kilos y 200 gramos de cocaína que estaban en una carretilla, a punto de ser trasladados.

Esa misma madrugada fue apresado David Gustavo Sagardoy (43), cuando intentó eludir el cerco policial y escapar a bordo de una camioneta Isuzu Trooper. Fue arrestado a metros de una estación de servicio YPF que es usada como parada por transportistas, camioneros y viajantes, sobre la ruta provincial 1, en el ingreso a la ciudad de San Javier. El rodado tenía un doble fondo que se presume era usado para transportar la droga.

El quinto imputado es Roberto Carlos Rodríguez Luna (34), apodado Cabrito, atrapado en junio de 2009 en Gerli, partido de Avellaneda, provincia de Buenos Aires.

Según los investigadores, Cabrito recorría el país trasladando en camiones la droga escondida en palo borracho. Hacía escala en San Javier y seguía para Buenos Aires, donde embarcaba las especies vegetales rumbo a Italia. En tanto, el colombiano Marín Hernández oficiaba de nexo con financistas bolivianos y con Luglietto, quien además producía espectáculos musicales en Paraguay.

Un jefe preso en Italia

Arturo Luglietto está preso en Italia, junto a un ciudadano paraguayo apodado Nani, de apellido Solís Ortiz.

Luglietto fue detenido en el puerto italiano de Nápoles una semana antes del operativo realizado en Colonia Francesa, acusado de traficar 250 kilos de cocaína, valuada en el mercado europeo en 170 millones de euros, que estaba oculta en troncos de palo borracho (específicamente la especie samuhú, nativa de los bosques cálidos y húmedos de las regiones subtropicales de Paraguay, Brasil y norte de la Argentina) que habían ingresado a Europa como “importación de plantas tropicales”.

El fiscal federal de Reconquista, Roberto Salum, pidió la extradición de ambos para ser indagados por esta causa bajo la figura de organizador y financista de actividades de narcotráfico, pero el trámite no prosperó.

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