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Por la huelga europea hubo fuertes choques en Grecia

En Francia, Bélgica, Luxemburgo y España la protesta fue menor. En Praga manifestaron los policías.

Miles de manifestantes contra las medidas de ajuste en Grecia chocaron ayer con policías antimotines en el centro de Atenas, en una violenta jornada de huelga general que paralizó escuelas, hospitales, oficinas públicas y el tráfico aéreo, marítimo y ferroviario en el endeudado país.

Los sindicatos convocaron a la huelga por 24 horas para repudiar un nuevo paquete de reformas laborales y recortes salariales en un país con alto desempleo que intenta reestructurar su economía, según las condiciones fijadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para darle un préstamo de 146.000 millones de dólares.

Los enfrentamientos comenzaron cuando unas 20.000 personas marchaban hacia el Parlamento para protestar contra las medidas de austeridad en concidencia con la huelga general, la séptima del año convocada por los sindicatos en medio de la peor crisis financiera del país desde la Segunda Guerra Mundial.

La movilización griega coincidió con una convocatoria de la Confederación Europea de Sindicatos a la “Jornada de Acción”, contra las políticas de austeridad y ajuste presupuestario impulsadas por las instituciones comunitarias que derivó en varias protestas –aunque menores que la griega– en Francia, Bélgica, Luxemburgo y España.

El objetivo de la convocatoria es exigir “a los gobiernos europeos no desmantelar más la Europa social”, señaló el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), John Monks, que pidió a los gobiernos “que dejen de atacar los salarios y el bienestar”.

En Atenas, la situación degeneró en violencia en la plaza Sintagma, frente al Parlamento, donde grupos de activistas desprendidos de la marcha comenzaron a arrojar bombas incendiarias a la Policía y a destruir automóviles estacionados.

La Policía respondió con gases lacrimógenos y con repetidas cargas sobre las columnas de manifestantes, que retrocedían y volvían a avanzar, en medio de corridas, explosiones de bombas y un denso humo producto de los estallidos y los gases.

En un punto de los disturbios, un grupo de agentes fue acorralado en una galería y sometido a un auténtico vendaval de bombas incendiarias y piedras.

Las autoridades no informaron ni de víctimas ni detenidos.

La jornada comenzó con Grecia paralizada por la huelga.

El Aeropuerto Internacional de Atenas informó que todos los vuelos desde y hacia Grecia fueron cancelados, luego de que los controladores aéreos iniciaran el paro a la medianoche.

Los barcos permanecieron en los puertos y todos los trenes dejaron de circular, mientras que los hospitales sólo atendieron casos de urgencia.

Por su parte, la unión de empleados de la banca ya había iniciado el martes una huelga de 48 horas.

Las huelgas afectaron sobre todo a Atenas y a la norteña ciudad portuaria de Tesalónica contra las nuevas medidas de ajuste aprobadas por el gobierno socialista.

Las movilización se gatilló luego que el Parlamento aprobara el martes por la noche una legislación de emergencia, con 156 votos a favor y 130 en contra, que establece más recortes salariales, traslados obligatorios de empleados de compañías estatales y una flexibilización de las leyes laborales.

Los taxistas adhirieron a las huelgas con sólo cuatro horas de cese de actividades, después de que el gobierno decidiera eliminar una recarga de un euro a las tarifas. Por su parte, los periodistas griegos realizaron un “apagón informativo” y prevén un paro de 48 horas el viernes y sábado.

Una nueva medida de fuerza de 24 horas en el transporte público está prevista para la jornada de hoy.

Toneladas de residuos sin recoger se apilan en la zona metropolitana de Atenas como consecuencia de una huelga de una semana de los trabajadores del principal vertedero, que causó retrasos en la recolección de basura en la región.

El gobierno griego comenzó a implementar una serie de reformas económicas para cumplir su compromiso de recortar el gasto público a cambio del plan de rescate por 110.000 millones de euros (146.000 millones de dólares) ofrecido por la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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