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Padres anónimos: el acto altruista de donar esperma

Por Laura Hintze.- Donar semen es la práctica más antigua que existe para esto y de las más altruistas. “Es como donar sangre”, explicó el doctor Julio Colabianchi, especialista en fertilidad.


En técnicas de reproducción, la donación de semen es lo más antiguo. Data de la década del 60 y su demanda continúa vigente. El doctor Julio Coliabianchi, especialista en fertilidad, afirma esta teoría y agrega que, con el paso de los años, la conducta del hombre ha cambiado, y el papel masculino se vuelve más participativo: cada vez le cuesta menos donar o que su pareja reciba esperma de un banco. En Argentina no existen bancos de esperma públicos, pero, sin embargo, los que existen en lo privado son suficientes para los pacientes que lo requieren. La cantidad de “padres anónimos” es un misterio aunque sí se puede saber, de acuerdo con lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en Rosario se permiten nueve embarazos por cada donante.

Los conceptos acerca de “la familia” entraron en debate ya hace tiempo. Sin que la sociedad haya sacado algún tipo de conclusión, existen diferentes espacios donde se debate constantemente qué está bien, qué está mal y cómo resolver la situación de cada uno de aquellos que no pueden concebir biológicamente su propia familia. Ya sea por la orientación sexual de la familia o por diversas enfermedades, muchas parejas no pueden concebir sus hijos y entonces deben recurrir a las alternativas que la ciencia y la tecnología ofrecen.

Donar semen es la práctica más antigua que existe para esto y de las más altruistas. “Es como donar sangre”, explicó Colabianchi. “Una forma de colaborar con las familias”, añadió. Y es que este acto permite que muchas parejas con problemas de fertilidad, en este caso, infertilidad masculina, consigan realizar su sueño de tener hijos. Según el relato del médico Julio Colabianchi, la mayoría de los donantes son jóvenes, estudiantes universitarios, y, lejos de lo que suele pensarse, la donación no se realiza por plata: “El pago es simbólico: no hay comercio en los bancos de semen. Se paga poco, o suele pasar que se intercambia la donación por estudios médicos que no pueden afrontarse”.

La donación de semen es un acto relativamente sencillo, ya que simplemente consiste en donar el semen eyaculado.

Los pacientes pasan por un estricto control que verifica la ausencia de enfermedades hereditarias, de patologías infecciosas, enfermedades hepáticas, entre otras.

El destino del semen en los tratamientos de reproducción asistida puede ser para casos de infertilidad masculina grave, mujer sola, parejas de lesbianas o en casos de que el hombre de la pareja tenga una enfermedad genética.

Como en Argentina no existe ley que contemple este tema, sino que actualmente se rige por las normas de la OMS, existe una suerte de “ejército” de padres anónimos, que continuarán bajo ese rótulo siempre y cuando no exista una ley que dé el derecho al nacido de conocer el origen de su gameta y en consecuencia su padre biológico.

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