Ciudad

Una vivienda en la isla

El abrazo: una casa integrada al paisaje y 100% sustentable en El Charigüe

Es un proyecto familiar finalizado en 2022. Mateo Gagliardo, futuro arquitecto de 25 años, estuvo a cargo de la obra. Explicó los detalles y el proceso que hizo realidad un sitio pensado para el descanso y el disfrute de la vida en el río


Fotografías: Ramiro Sosa

En El Charigüe hay varias viviendas. Es un lugar tranquilo para disfrutar de la vida de río e islas frente a la ciudad de Rosario. Es un brazo finito y más calmo que el Paraná Viejo, donde hay más movimientos de lanchas y vehículos náuticos. Allí existe una casa, proyecto del futuro arquitecto Mateo Gagliardo, que es 100% sustentable. Una casa con un diseño único, una vivienda incorporada al paisaje y de uso familiar.

Fotografías: Ramiro Sosa

 

La idea comenzó en 2020, cuando el mundo se vio azotado por la pandemia de coronavirus. La obra comenzó un año después y finalizó en 2022. Mateo explicó que su padre fue su cliente, y con sus 25 años y ya próximo a recibirse de arquitecto concretó el proyecto.

El terreno, que ya tenían, se ve afectado por las crecidas y bajantes del río Paraná. Y eso fue todo un desafío. Por eso, como la mayoría en la zona, fue construida en altura. “El objetivo siempre fue que fuera una casa integrada al paisaje”, explicó Mateo. Contó que toda su familia vivió y vive de cara al río, disfruta de las islas y realiza actividades náuticas llevada por el disfrute del paisaje enfrente de las orillas rosarinas.

“La idea fue crear una casa bastante equipada y que interactúe con el entorno”. Las imágenes inducen a pensar que el objetivo se consiguió. Se nota la calidez, la interacción con la vida de río y la tranquilidad del paisaje. Todo, sin agredir al entorno. “No es una caja cerrada, sino que tiene una conexión con la isla”, resumió la idea Mateo.

El Abrazo

A la casa la bautizaron El Abrazo. Es por un árbol cercano que evoca el nombre, con troncos que se entrelazan y se funden en uno. Está en el fondo del terreno y la construcción fue pensada en armonía con ese árbol.

100% autosuficiente

En las islas no hay tendido de energía eléctrica, ni gas de red, ni provisión de agua potable. El proyecto entonces incluyó la autosuficiencia.

Fotografías: Ramiro Sosa

 

La electricidad, se colocaron paneles fotovoltaicos, una fuente sostenible e independiente.

El agua es tomada de río y sometida a un proceso de filtración para clarificarla. Se puede usar para lavar y bañarse, aunque no para beber.

Los desagües cloacales y pluviales tienen un sistema estático con cámara séptica y lecho nitrificante, un proceso químico que hace que la materia fecal se transforme en lodo y así no afectar el medio ambiente,  repasó Mateo.

Fotografías: Ramiro Sosa

 

Detalles de la casa

La casa fue diseñada con grandes espacios de circulación y amplios ventanales para que desde su interior se pueda observar el paisaje natural que la rodea. Tiene dos dormitorios, un living, cocina, baño y hasta un depósito. Como está construida en altura, la accesibilidad se garantiza con escalera y un terraplén elevado.

Bajo la vivienda, entre las columnas que la sostienen, hay una mesita con sillas de madera que, según Mateo, es el área más fresca y un espacio especial de disfrute de la vida en la cabaña isleña.

Fotografías: Ramiro Sosa

 

El proyecto se armó en base a una estructura de acero con un revestimiento exterior de chapa Minionda Cincalum (acanalada con una composición de aluminio y cinc). El interior está recubierto por placas fenólicas de virola. Las zonas “privadas” (baño, dormitorios, depósitos y sala de máquinas) fueron construidas con Steel Frame (perfiles de acero galvanizado).

Fotografías: Ramiro Sosa

 

Construcción con un río de por medio

En el proyecto se contempló y se estudiaron las crecidas y bajantes del río Paraná, ya que “la dinámica del río es variante y linda a la vez, está constantemente cambiando”, explicó Mateo. El estudio del entorno contempló el análisis de la cota del terreno, teniendo en cuenta el informe de la última inundación según el cual la zona quedó bajo un metro de agua.

Para llevar los materiales se tuvo en cuenta la dinámica del río, porque fue en época de bajante. En una primera instancia, se pensó llevarlos en barco, pero la escasa profundidad del río en el lugar lo hacía imposible. Hubo que esperar las breves crecientes para cruzarlos desde Rosario, de a poco en barco cuando se pudo y en lancha también.

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