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Obama firmó ley que dará ayuda millonaria a los rescatistas del 11-S

El presidente estadounidense avaló un proyecto que prevé la cobertura médica de los bomberos que ayudaron en las Torres Gemelas. La medida tiene un costo de u$s 4.3 millones. Las principales afecciones que sufren son respiratorias.

El presidente estadounidense, Barack Obama, convirtió en ley un proyecto que da cobertura médica a los bomberos y otros socorristas que brindaron ayuda durante los ataques del 11 de septiembre del 2001.

La medida, que es a cinco años y tiene un costo de u$s 4.300 millones, dará tratamiento médico a los trabajadores de emergencia que sufrieron secuelas por aspirar polvo tóxico en el World Trade Center en los días posteriores a que dos aviones impactaran las Torres Gemelas en Nueva York.

Además, incluye un programa sanitario para los socorristas afectados por el carácter tóxico de los escombros y establece un fondo de compensación para las víctimas, quienes tienen cinco años para presentar sus solicitudes.

Miles de bomberos, policías y otros rescatistas, así como trabajadores de limpieza, contrajeron problemas respiratorios y otras enfermedades por trabajar en el sitio de las Torres Gemelas tras los atentados.

La senadora de Nueva York Kirsten Gillibrand apoyó la decisión de Obama. “Nuestro país se unió para hacer lo correcto y para suministrar cuidado médico para los valientes hombres y mujeres que actuaron con tanto heroísmo en los días y semanas posteriores al 11 de septiembre”, afirmó la senadora en un comunicado.

Esta medida había sido reclamada durante largo tiempo por políticos neoyorquinos, que aseguraban que el gobierno federal debía asumir su responsabilidad en las consecuencias sobre la salud de las personas que trabajaron ese fatídico día.

Esto fue rechazado durante largo tiempo por los republicanos, porque consideraban que los costos eran demasiado elevados. Luego de masivas protestas, llegaron a un acuerdo con los demócratas.

Los atentados terroristas perpetrados en septiembre de 2001 se cobraron la vida más de 2.700 personas en Nueva York, Washington y Pennsylvania.

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