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Pocos aciertos

Newell’s apuesta a reforzarse mejor en el receso

Si bien Américo Gallego aún no dio indicios sobre los puestos a cubrir, la prioridad sería un volante por derecha. En los últimos dos años las incorporaciones no dieron resultados y en algunos casos fueron errores de contratación.


Restan cuatro fechas para el receso por la Copa América y en el cuerpo técnico ya se está analizando si van a pedir o no los dos refuerzos que AFA autoriza. Y si bien el Tolo aún no dio indicios, es probable que pretenda utilizar los dos cupos disponibles, aunque concretar o no la llegada de algún futbolista no será tan sencilla.

“Necesito reforzar y ya le pedí al presidente que me traiga varios jugadores”, disparó el Tolo apenas asumió en el mes de diciembre. En ese momento parecía que el entrenador se iba a poner firme a la hora de sumar jugadores, pero las negociaciones no fueron sencillas y terminó conformándose con planes alternativos que a la luz de los resultados fueron un error.

Tras analizar los partidos del torneo pasado, el Tolo enseguida entendió que necesitaba dos zagueros, ya que no confiaba en la dupla Fernández-López. La lista la encabezaban Sebastián Domínguez y Nicolás Spolli (dos imposibles), al final llegaron Nehuén Paz, un joven con proyección, y Sebastián Martínez, un veterano que está en la parte descendente de su carrera. Resultado: la dupla sigue siendo Fernández-López y los refuerzos se sientan en el banco.

El DT también pretendía un volante por derecha y pensó en Fernando Belluschi. Pero el volante que milita en Europa dijo que “no”, y al Tolo se le quemaron los papeles. Al final llegaron Juan Neira, que venía de fracaso en fracaso, y Federico Fattori, otro buen proyecto que llegó de Chicago. Resultado: Neira apenas sumó 65 minutos y juega en reserva, y Fattori está sintiendo el cambio de categoría y jugó poco. El único refuerzo que al menos es titular es Hernán Bernardello, que aún está sintiendo el regreso y se lesionó mucho.

Esta vez el Tolo podría apuntar a un volante por derecha y corregir el error de su elección de verano. ¿Delantero? Están Scocco, Ponce y Maxi, además del pibe Tevez, y el Tolo nunca utiliza más de dos. ¿Zaguero? Si bien los que trajo no juegan, pedir otro defensor sería reconocer el error. Y esta vez sería bueno no fallar.

Una búsqueda que tuvo más errores que aciertos

Sumar refuerzos no es una tarea sencilla para ningún club, mucho menos para Newell’s que está judicializado y debe pedir permiso para todo. Pero tras la salida de Gerardo Martino, en el Parque hubo más errores que aciertos y cada apertura de libro de pases es un verdadero calvario para la dirigencia.

Contabilizar los errores es simple. Basta con mencionar los nombres y quedará expuesta la mala elección. Y si bien con el diario del lunes todo es más fácil, en muchos casos era difícil imaginar que los jugadores que llegaron fueran tapa en el ‘diario del lunes’. ¿O alguien podía pensar que Franco Lazzaroni, Claudio Corvalán, Juan Neira o Sebastián Martínez podía ser refuerzos confiables? Distinto puede ser el caso de Damián Manso, que al menos tenía una historia en el club para pedir un lugar, aunque estaba casi retirado.

Así, en cada libro de pases fueron más los aciertos que los errores, y eso repercutió en el rendimiento del equipo, ya que los refuerzos llegaron para cubrir vacantes importantes como la salida de Pablo Pérez, Nahuel Guzmán, Santiago Vergini, Ignacio Scocco, y más adelante Gabriel Heinze y Lucas Bernardi.

En el Inicial 2013 llegaron cuatro futbolistas y en todo un año (38 partidos del local y 6 de la Copa), sólo uno fue titular 10 veces: David Trezeguet. Alfredo Berti eligió o aceptó a Adrián Gabbarini como arquero suplente y no jugó ni un minuto. Algo similar sucedió con Franco Lazzaroni, que recién sumó minutos cuando asumió Ricardo Lunari como interino. Y Manso jugó sólo 57 minutos.

En el caso de Trezeguet, la apuesta era interesante. Si bien el delantero no venía en plenitud física, aportó 8 goles y cumplió, aunque a Berti nunca lo convenció y por eso fue al banco más de 20 partidos.

En el receso, antes de la Copa Libertadores 2014, llegaron Ever Banega y Alexis Castro. El actual jugador de Sevilla hizo lo imposible para jugar en el Parque y lo logró, pero quedó en deuda desde lo futbolístico. Y Castro, que llegó sin hacer ruido, ya jugó casi 30 partidos, uno de los pocos aciertos.

Luego llegó Gustavo Raggio y una apuesta fuerte de la dirigencia: Ignacio Scocco. Newell’s hizo un esfuerzo legal y económico y le compró al Sunderland a Nacho en casi 5 millones de dólares. Como gestión, impecable. Pero el delantero aún está buscando su mejor nivel y entre lesiones y bajos rendimientos por ahora es una mala inversión.

En tanto Oscar Ustari y Leandro Fernández cumplieron. Desde que llegaron jugaron todos los partidos con buenas y malas, pero al menos justificaron su llegada, algo que no sucedió con Corvalán, que hoy ni siquiera juega en reserva.

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