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Los riesgos que jaquean a Europa

El presidente de Grecia, Lucas Papademos, hizo saber que su país deberá dejar la Eurozona si no recibe un rescate financiero.

Los inversores transitaron las últimas semanas de 2011 con relativa calma, tras los resultados de la cumbre europea. Pero ahora los analistas advierten algunos riesgos que podrían detonar el resurgimiento de la crisis de la deuda europea a lo largo del trimestre.

Muchos parecen haberse olvidado de Grecia, ya que en los últimos meses el foco de atención se centró en Francia, Italia y España. Pero es el país heleno el que lidera el ranking de riesgos. Ocurre que Grecia finalizará este mes su programa de canje voluntario de deuda para reducir el endeudamiento de un 160 por ciento del PBI al 120 por ciento. Para mover el avispero, el vocero del gobierno de Lucas Papademos, Pantelis Kapsis, sostuvo que Grecia tendrá que dejar la eurozona si no logra cerrar un acuerdo para el segundo paquete de rescate de 130.000 millones de euros con la troika FMI-BCE-UE.

El otro tema que inquieta a los analistas y que monitorearán férreamente son los recortes a las calificaciones de algunos de los principales países de la eurozona. Hace semanas se especula con la pérdida de la triple A de Francia por parte de Standard & Poors, que además, puso en revisión a 16 países europeos. Sin embargo, algunos apuestan a que el mayor riesgo no sería Francia, sino que le bajen la calificación a Italia a niveles de triple B.

En el radar de los estrategas de inversiones también consideran otro riesgo para la calma de los mercados a los mecanismos de rescate de la eurozona, en particular el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por sus siglas en inglés), que no pudo aumentar su poder de fuego a través del apalancamiento y se enfrenta a una disminución en la demanda de los inversores, lo que lo obligará a emitir nuevos bonos para ayudar a Portugal. Las estimaciones privadas indican que en la revisión de marzo sobre el límite del Fondo, de 500.000 millones de euros, el gobierno italiano de Mario Monti presionará para aumentarlo, lo que potenciará las tensiones intergubernamentales del área.

Vinculado a este riesgo, otro que preocupa es la regla de unanimidad que se impone a cualquier decisión de la eurozona, porque constituye una espada de Damocles, ya que siempre da lugar al surgimiento de posiciones inesperadas de algunos países, como ocurrió con Finlandia. En este marco, el agitado clima político en Francia por la cercanía de las elecciones presidenciales y la posibilidad de un cambio de gobierno podría ser una excusa para nuevos retrasos y negociaciones.

Por último, entre los riesgos potenciales que monitorean los analistas, y que no es menor, se destaca la situación de los países de Europa del Este, sobre todo por la exposición de la banca europea. A esto se suman nuevas tensiones políticas generadas por movidas, como la aprobación del Parlamento húngaro de una nueva legislación del banco central, que dará al gobierno un mayor control sobre las designaciones y que produce, a pesar de las advertencias del BCE y del FMI, un límite a la autonomía del ente monetario y un mayor riesgo para acceder a los mercados.

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