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Reflexiones

Lobby europeo por el negocio del gas

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La lucha contra el calentamiento climático tiene que pasar por el uso del gas: éste es el mensaje de los actores del sector, que se reúnen a partir de hoy en París en un congreso mundial de cinco días.

A unos meses de la COP21, la conferencia mundial sobre el clima que se organizará también en París, el Congreso Mundial del Gas que se celebra cada tres años es una “formidable oportunidad” para destacar la importancia de este fuente de energía, según Jérôme Ferrier, presidente de la Asociación Francesa del Gas (AFG) y de la Unión Internacional del Gas (UIG).

“Nos dimos cuenta hace algunos años de que el gas era una energía que adolecía de falta de comunicación, afectada por una imagen negativa que no nos merecíamos”, explicó a la AFP, asumiendo su papel de grupo de presión.

“El gas es la energía fósil que emite menos dióxido de carbono (CO2), es la única energía fósil cuya parte en el mix energético mundial debería progresar de aquí a 2040”, según las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía.   Según la AIE, el gas debería representar el 24 por ciento de la demanda mundial de energía primaria en 2040, contra el 21 por ciento de 2012. Así igualaría al carbón, cuya demanda bajaría hasta el 24 por ciento frente al 29, y le pisaría los talones al petróleo, que debería pasar del 31 al 26 por ciento.

La energía nuclear y las renovables también deberían progresar, hasta el 7 y el 19 por ciento respectivamente, pero seguirían siendo minoritarias respecto a las energías fósiles.

El gas, según sus defensores, es un complemento ideal de las energías renovables (eólica y solar), cuya producción puede fluctuar fuertemente en función del viento y de la insolación.  “Una central (de gas) de ciclo combinado puede cargarse en treinta minutos frente a las 8 horas que le lleva a una central de carbón y los varios días que necesita una central nuclear”, afirmó el jueves el director de Engie (antigua GDF Suez), Gerard Mestrallet.

El gas también se puede almacenar, al contrario de la electricidad, y sus reservas están más repartidas que las del petróleo, gracias al desarrollo del gas de esquisto y de las terminales de licuefacción y de regasificación, lo que evita la dependencia de las redes de gasoductos.  Sin embargo, existe en Europa una “paradoja extravagante”, según Mestrallet, donde las centrales de carbón vuelven a ganar peso por la caída del precio de ese combustible, las cuotas de emisión de CO2 y el abandono de la energía nuclear en Alemania.

Los gigantes de la energía piden un aumento de los precios del CO2 y una reforma del sistema europeo de intercambio de cuotas de emisiones para que el gas sea de nuevo competitivo frente al carbón.

Al congreso acudirán hoy 4.000 delegados de más de 100 países, incluidos los referentes de los grandes grupos anglosajones Chevron, Exxon Mobil, Shell y BP, el qatarí Qatargas y el coreano Kogas.

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