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Los números no mienten

Las dos caras de la Lepra

El Newell’s de Osella es un equipo ambicioso y vistoso cuando juega en el Coloso y uno horroroso cuando sale del Parque.


El Newell’s de Diego Osella tiene claramente dos caras. Es un equipo cuando juega en el Coloso y otro muy distinto cada vez que sale del Parque. En el Marcelo Bielsa impone presencia, plantea un juego ofensivo y muchas veces vistoso, mientras que fuera de casa se transforma en un conjunto mezquino, sumiso, que juega mal y se conforma muchas veces con el punto casi como una prueba de vida.

Esta situación es fácil de visualizar, sin importar cuál es el rival que enfrente la Lepra. De local busca imponerse y muchas veces lo logra; de visitante se cuida en demasía y en general tiene rendimientos para el espanto.

Y los números son claros. Diego Osella dirigió a la Lepra 18 veces, 9 en el Coloso y una cantidad similar fuera de Rosario. Como local la efectividad es muy interesante, 59 por ciento; como visitante preocupa, apenas un 29 por ciento.

En el torneo anterior el DT podía tener algunas excusas. No era ‘su equipo’, físicamente el plantel estaba muy bajo y anímicamente arrastraba más malas que buenas. Así y todo, en el Coloso jugó 7 partidos, con dos victorias, cuatros empates y apenas un traspié ante Defensa y Justicia (0-1).

Y en esa serie de partidos, más allá de obtener la primera victoria con Osella en el banco en el 1-0 ante Huracán (gol de Fertoli), el DT tuvo un partido que le permitió posicionarse en el hincha y sin dudas fue clave apara que Eduardo Bermúdez apunte por su continuidad: el Clásico.

Afuera, en el torneo anterior, no pudo ganar, ya que acumuló tres empates y dos derrotas.

Y en este certamen, ya con los refuerzos que pidió y una pretemporada de tres meses, el equipo muestra mejorías en todo sentido, pero no cambia este aspecto preocupante. En el Coloso tuvo dos triunfos (Tigre y Atlético) y jugó el mejor partido del ciclo Osella ante los tucumanos; y como visitante, si bien no perdió, jugó tres partidos muy pobres, donde sumó una victoria y dos empates sólo por haber enfrentado a rivales flojos como Quilmes, Sarmiento y Temperley.

Y a estos tres partidos hay que sumarle la dolorosa derrota por Copa Argentina ante Deportivo Morón.

¿Hay alguna razón para que suceda esto? Definitivamente sí. Y no hay dudas que el entrenador tiene cierta o mucha implicancia en este cambio tan drástico del equipo cuando sale del Parque.

Es cierto que sucedió algo similar con el Tolo Gallego en el banco, y en ese momento se argumentaba que los jugadores tenían una energía distinta cuando jugaban frente a sus hinchas. Y algo de eso puede suceder, aunque esta vez hay una responsabilidad del entrenador en los planteos cada vez que juega como visitante.

“Jugamos muy mal, pero seguimos invictos y eso es positivo”, aseveró Osella tras el empate con Temperley. Y en esas palabras, similares a las que tuvo en el vestuario de Sarmiento, está implícito un sinceramiento que debería replantearse. Newell’s es un equipo muy superior a estos tibios rivales que se debaten por permanecer en Primera.

A simple vista hoy no es un tema de actitud, ni de juego, ni de falta de jugadores y mucho menos de estado físico, donde la Lepra está muy bien preparada. El tema pasa por la ambición. Si Osella logra corregir eso, si se da cuenta que está dirigiendo a un equipo que no debe pensar sólo en engrosar el promedio, tal vez estar arriba no sea algo circunstancial.

El dato: 44,44 es el porcentaje de efectividad de Osella en el banco de Newell’s. Dirigió 18 partidos, con 5 triunfos, 9 empates y 4 derrotas. Y un detalle: aún no enfrentó a ninguno de los equipos denominados ‘grandes’.

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