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Cáncer: el cordón industrial está debajo del promedio provincial

Un estudio del Ministerio de Salud desmitifica que en el Gran Rosario hay más enfermos por la concentración de industrias; el de mama es el que aparece con más asiduidad: se detectaron 70 cada 100 mil habitantes, en Santa Fe, entre 2007 y 2012.


La provincia acaba de presentar un informe que desmitifica aquello de que en el cordón industrial del Gran Rosario hay más casos de cáncer que en el resto de la provincia. Contra lo que se ha pregonado históricamente, los números demuestran que en las localidades ubicadas hacia el norte de Rosario, a la vera de la ruta nacional 11, donde se asienta una importante cantidad de industrias, el promedio de enfermos de cáncer es menor que en el resto de Santa Fe.

El relevamiento es reciente: está fechado en el mes que acaba de terminar y está elaborado por el programa provincial de Oncología y la Dirección Provincial de Promoción y Prevención de la Salud. Cruza tres fuentes: para conocer la cantidad de muertos acudió al sistema de estadísticas vitales de la dirección general de estadísticas durante el período 2001 a 2015; para conocer la presencia de la enfermedad en la población se hizo del Registro de Cáncer (Recasfe) tomando de 2007 a 2012; y para tomar medida poblacional usó del Indec y el Ipec los censos nacionales de 2001 y 2010 más las estimaciones censales.

El objetivo fue hacer una comparación entre las ciudades que conforman el cordón industrial del Gran Rosario (Capitán Bermúdez, Fray Luis Beltrán, Granadero Baigorria, Ibarlucea, Timbúes, Ricardone, Puerto General San Martín y San Lorenzo) con el resto de la provincia. Se tomaron seis tipos de cáncer: colon recto, oncohematológico (linfomas, leucemias, y mieloma múltiple), próstata, pulmón, mama y cerviz.

Según la estadística, el cáncer más diagnosticado en todo el territorio santafesino es el de mama. En ese sentido, entre 2007 y 2012 el promedio de enfermos con este tipo de cáncer por cada 100 mil habitantes del cordón industrial fue de 67, mientras que en el resto de la provincia fue de 70; le siguió el de próstata con 31 en el cordón y 42 en el resto de Santa Fe; pulmón (25 en cordón industrial y 30 en el resto del territorio); colon recto (22 en cordón y 34 en el resto de las localidades); cervix (10 en el cordón y 16 en el resto de la provincia) y oncohematológico (9 en cordón y 13 en el resto de la provincia).

Los más fatales

Según la estadística oficial, el cáncer con mayor mortalidad es el de mama, con un promedio entre 2007 y 2012 de 25 por cada 100 mil habitantes en el cordón industrial, y de 32 en el resto de la provincia. Le siguen pulmón (25 en cordón y 29 en el resto de la provincia), próstata (21 en el cordón y 24 en el resto del territorio), y colon recto (18 en el cordón y 22 en la provincia).

Alimentos y muerte

Para los que dirigen los campamentos sanitarios, hablar de salud también significa hablar de economía y agricultura. “Es impensado que las formas de generar alimentos no repercutan en cómo la gente se enferma y muere”, indicó Gastón Palacios, quien insistió en la necesidad de contar con estudios intensivos (más de 10 años) para ver la relación en el uso de agrotóxicos. Según los detractores del modelo sojero, hay que respetar la legislación diseñada desde el principio de precautorio: si hay sospecha de que las fumigaciones son perjudiciales, hay que frenarlas.

Cifras bajo la lupa

Gastón Palacios relativizó las estadísticas provinciales. No por ser menos o más precisas, sino por cuestiones metodológicas. “Existen problemas para registrar las enfermedades y las muertes por la desprolijidad entre los sistemas de salud (nacional, provincial y local). Santa Fe, como gran parte de Argentina, sufre de una falta de una política de vigilancia epidemiológica y malos registros”, señaló.

Uno de los principales problemas de conocer la realidad de las muertes son las migraciones internas de personas en busca de atención médica porque no la tienen en su lugar de origen. “No significa que todos los pueblos deban tener todas las especialidades sino que la red, más cerca o lejos, los debe contener y entrecruzar los datos”, agregó el médico.

“No es posible que a 70 kilómetros de Rosario falten médicos, enfermeros y fonoaudiólogos. Todavía hay personas que no gozan de un sistema de salud digno y además conviven con contaminantes de las fumigaciones o los desechos industriales en el medio del pueblo”, continuó.

Otro factor es cuando los médicos, al no tener datos del paciente, firman el acta de defunción. “En las estadísticas suman muerte por paro cardiorrespiratorio, del cual morimos todos, generalmente se desconocen las causas”, concluyó.

“Las personas se enferman de una manera diferente”

Desde 2010 la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) relevó 28 localidades de Santa Fe y algunas de Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires para conocer las patologías que aquejaban a las poblaciones.

Llamados campamentos sanitarios, más de 200 médicos y estudiantes que buscan completar los estudios en la carrera desembarcan en un territorio determinado durante cinco días y hacen un análisis de situación. Entrevistan y encuestan casa por casa, hacen lo mismo en los colegios y al final ofrecen un informe preliminar que con el tiempo se completa. Del mismo surgen datos sobre enfermedades y padecimientos que pueden ayudar a los mandatarios a rediseñar políticas sanitarias.

En diálogo con El Ciudadano, Gastón Palacios, secretario de Extensión de la facultad, médico e integrante del grupo que dirige los campamentos, ofreció su perspectiva sobre los números del gobierno y destacó la necesidad de que continúen emitiendo estadísticas sobre cáncer, entre otras enfermedades antes no presentes en Santa Fe.

“El crecimiento del cáncer es significativo. Lo acompañan malformaciones congénitas, pérdidas de embarazo, patologías ligadas a las glándulas tiroides, entre otros padecimientos. Estos indicadores deberían alertar a los responsables de políticas de salud para salir a investigar la relación entre el aumento y el actual modelo productivo”, opinó el profesional.

En las casi 30 localidades encontraron que “las personas se están enfermando de una manera diferente por una manera de vivir distinta”.

“Hay más casos de patologías que pueden prevenirse: hipertensión, diabetes, hipotiroidismo. Además del crecimiento del cáncer, hay una alta tasa de personas con atención psiquiátrica y jóvenes con alto consumo de psicofármacos”, apuntó.

Sobre la encuesta, Palacios indicó que no contiene ninguna pregunta que hable sobre agrotóxicos. “Todo lo relativo a los tóxicos surge de los propios encuestados. Cualquiera puede ver las preguntas”, contestó sobre quienes los acusan de orientar las mediciones para golpear al modelo agropecuario.

El final de cada campamento incluye un informe preliminar y una planificación conjunta con las autoridades. “No es nuestra función reclamar medicamentos pero sí ponemos a disposición a las facultades para ayudar con lo que se pueda. Es muy beneficioso para las personas. El informe final se hace en dos años y luego es entregado”, explicó Palacios. A fines de noviembre la iniciativa llegará a Timbúes.

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