Lo que sabían era que iba a llamarse Érase…, que iba a contar historias e iba a contener personajes que relatarían sus vivencias en primera persona. El nuevo disco de la ascendente banda uruguaya La Vela Puerca, el séptimo en su haber, se gestó como un disco-libro, con capítulos y separadores, canciones cortas de rítmicas que van desde el hardcore al pop y salió a la venta a través de su propio sello, Mi Semilla.
Emulando los comienzos de los cuentos de hadas, esos que arrancan con el mítico “Érase una vez…”, el nuevo disco de esta agrupación oriunda de Montevideo se encuentra en plena gira de presentación, un recorrido que pasará mañana por Rosario cuando los músicos Sebastián Teysera, Sebastián Cebreiro, Nicolás Lieutier, Santiago Butler, Rafael Di Bello, PP Canedo, Carlos Quijano y Alejandro Piccone suban, a partir de las 21, al escenario del Anfiteatro Municipal Humberto de Nito, en el corazón del Parque Urquiza.
“Primero teníamos el nombre del disco, algo que no nos había pasado nunca en estos 20 años de trabajo”, dijo Cebreiro, vocalista y compositor de la banda junto a Teysera. “La Vela siempre tuvo ese fetiche de los personajes, de las canciones que contaban historias desde los mismos personajes y este disco partió de ahí”, completó el cantante.
Fue así que, partiendo del concepto que introducía el título, La Vela Puerca comenzó a diagramar “un libro-disco o disco-libro que tuviera un hilo conductor, con capítulos e intervalos musicales”, según puntualizó el músico a El Ciudadano mientras puso en perspectiva el proceso de trabajo: “Además, teníamos otra premisa que era que los temas sean cortos, a diferencia de lo que fue Piel y hueso (2011), que era un disco dividido en dos, con canciones largas y conceptualmente parecidas entre sí. Esta vez decidimos hacer un disco corto, que tenga el concepto de un libro musical”.
Fue así que las páginas de Érase… se fueron llenando de historias, esas mismas historias en las que los compositores y vocalistas decidieron tomar el rol principal: “En los demás discos enfrentábamos la historia en tercera persona; en este, decidimos hacernos cargo de los personajes, entonces las canciones están hablado desde el yo”.
“Somos capaces de explicar la ciencia/ Somos audaces, astutos podemos pensar/ Somos coherentes, un poco anormales/ Y somos clones que aprenden y vuelven a errar”, reza “Buenas mascotas”, uno de los 16 tracks que componen el material (incluidos los tres separadores) que integran el disco que nutrió sus historias de lo vivido en el camino, los libros leídos y la música escuchada.
“Decía Borges que uno es quien es, no por lo que escribe, sino por lo que lee”, replicó Cebreiro. “Es un poco así; las historias las vas sacando de los viajes, de la calle, de lo que te cuentan; toda esa información va generando personajes en tu cabeza o llevando tu personaje de la realidad a una historia que vas a armar”, completó el músico.
Más allá de las técnicas utilizadas, la finalidad de La Vela Puerca siempre es la misma: decir cosas. “Sabemos que tenemos la posibilidad de decir algunas cosas importantes o estupideces. Nosotros tenemos la valentía de enfrentarnos al papel intentando decir algo que importe, por ahí no lo lográs como querías pero es una responsabilidad que la gente logre identificarse con una historia que vos escribiste en el altillo de tu casa”, aseguró.
Si bien la utilización de la primera persona da al disco un tono más autorreferencial e introspectivo, Cebreiro aseguró que ese es un rasgo que en la banda siempre estuvo presente y en este disco se ve claramente en “La Madeja”, un tema que habla de “cuán libre sos o qué es lo que creés que sos”, explicó su autor, asegurando que uno de los grandes “mojones de la historia de La Vela Puerca” fue la edición del DVD Normalmente anormal, un material que fue proyectado en cines en Uruguay. “Fue un pararse y revisar la propia historia. A veces, uno va caminando por la vida sin mirar lo que ha dejado atrás. Está bueno contar el cuento de tu futuro, mirando el pasado y conciente de esas cosas que fuiste dejando en el camino”, reflexionó, mientras que, aseguró, el secreto de La Vela Puerca para mantener los pies sobre la tierra después de dos décadas y mucho éxito “fue salir de un lugar como Uruguay y una ciudad como Montevideo, donde todos nos conocemos y la gente no te permite creerte cosas que no corresponden. Eso es importante en una banda como La Vela, que en 20 años tocó en muchísimas partes del mundo y fue carne de cañón, porque no tuvimos experiencias previas de otras bandas que lograran hacer lo que nosotros logramos, así que tenemos ese privilegio y esa responsabilidad”.
Sucede que La Vela pertenece a la primera camada de bandas de rock uruguayo que cruzó las fronteras de su país y logró consolidarse en otros mercados. “En un momento, sentimos que Uruguay, por una cuestión de población, tenía un techo muy inmediato y sabíamos que teníamos cerca un lugar como Buenos Aires que es una meca del rock en toda Sudamérica. Además, sabíamos que por ser uruguayos y montevideanos teníamos, a través de la lírica, una forma diferente de ver las cosas; eso creo que también fue lo que sedujo al público argentino, que estaba acostumbrado a otro tipo de rock”, recordó el músico finalmente.

Algunos retratos de una “hermosa movida”

“Tuvimos la posibilidad de invitar a tres grandes de la música uruguaya”, dijo Cebreiro y nombra a Gabriel Peluffo, “cantante de Los Estómagos en los 80 y de Los Buitres ahora, una banda de 25 años. También está Juan Casanova, un gran compositor y cantante de Los Traidores, una de las bandas más importantes de los 80 en la Montevideo post dictadura, y Jaime Roos, que es un ícono de la música popular uruguaya”, detalló.
“Además, tenemos de invitado a uno de los compositores de la nueva camada del rock uruguayo que es Ernesto Tabárez”, enumeró, y confesó: “Esos invitados le dieron un nivel al disco que hacía tiempo que estábamos buscando. Logramos juntar a cuatro personajes importantes de lo que es el pasado y el presente de la música uruguaya”.
“Está hermosa la movida en Uruguay”, lanzó el vocalista consultado por la actualidad de la escena del rock. “Hace 5 años hubo un auge del rock, después desapareció y hoy hay una escena muchísimo más creíble, con bandas que quieren tocar, que intentan vivir de esto y decir cosas. Hay una escena muy linda, con las bandas que hace años venimos tocando y bandas nuevas que hoy en día ya saben que eso es posible. Todo eso hace que tengamos un futuro bastante sólido”, completó.

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