El Super Bowl que se disputó el último domingo en el estadio Allegiant de Las Vegas arrasó con todos los registros y se transformó en el programa más visto en la historia de la televisión estadounidense, según reportan varios medios norteamericanos.
La finalísima entre Kansas City Chiefs y los 49ers de San Francisco atrajo a 123,4 millones de televidentes durante su emisión, superando el récord anterior de 115 millones. Y de acuerdo a las cifras que trascendieron, en algunos momentos la cifra de espectadores superó la barrera de los 200 millones, estableciendo de paso otro hito para un evento televisivo en Estados Unidos.
Una de las claves para entender semejante fenómeno sin duda fue la presencia de Taylor Swift en la tribuna: la cantante, actualmente en pareja con el jugador de los Chiefs Travis Kelce, es una máquina de romper récords y su sola mención genera un sinfín de atención.
Además, el famoso “medio tiempo” a cargo de Usher y las apariciones de figuras de la talla de nuestro Lionel Messi o Beyoncé en las publicidades ayudaron a incrementar el número de espectadores, muchos de los cuales se engancharon sobre el final del partido, el cual regaló muchas emociones en su desenlace.
De momento, los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo de fútbol continúan siendo los eventos deportivos más vistos del mundo, aunque no hay duda que el Super Bowl dejó de ser hace rato un fenómeno estrictamente dentro de las fronteras de Estados Unidos y su trascendencia aumenta año tras año.
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