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Kirchnerismo conversa con nuevo “enemigo”

En la Cámara de Diputados, el efecto de la primaria del 14 de agosto está cambiando las costumbres a la hora de negociar.

El impacto de los resultados electorales llega rápido al Congreso, mucho antes (incluso) de que se produzcan. En Diputados el efecto de la primaria del 14 de agosto ya está cambiando las costumbres a la hora de negociar. Hasta ese día el radicalismo ocupó un puesto de privilegio dentro de la oposición. Con sus 40 diputados el partido se mantuvo como segunda fuerza y, obviamente, primer negociador con el oficialismo. Ese privilegio electoral no cambió durante el gobierno de Carlos Menem, el de Eduardo Duhalde o la era Kirchner.

Pero la debacle electoral todo lo cambia y más cuando la primaria presagia problemas serios parala UCRa la hora de mantener ese lugar. El kirchnerismo ya mira a otro lado. De alguna forma busca otro sparring para el juego parlamentario. Y en ese tren el radicalismo podría perder la estratégica vicepresidencia de la comisión de Presupuesto y Hacienda, que mantuvo durante todos los gobiernos peronistas, sin contar el resto de los cargos que le corresponden, dentro y fuera del Congreso al primer partido de la oposición. Por lo menos los radicales tendrán un consuelo: Elisa Carrió ya no podrá acusarlos de negociar con el gobierno por detrás de las cortinas.

El oponente perfecto del kirchnerismo, ahora, parece estar en otro lado. “Somos los únicos que quedamos”, se le escuchó decir a Cristina de Kirchner tras acumularse su triunfo el 14 de agosto al de Mauricio Macri en la jefatura porteña.

Como indicio solo no sirve, pero fue también sospechoso que Agustín Rossi insistiera tantas veces en su buena relación con Federico Pinedo y, ahora también, con el regresado Felipe Solá.

El macrismo se prepara, entonces, para pelear el lugar que tenía hasta ahora el radicalismo le dé o no la suma en las bancas que logrará el 23 de octubre.

Es que para alimentar esta nueva relación de enemigos dilectos (como la que siempre une y desune al oficialismo con el primer opositor a la hora de negociar gobernabilidad) existen hoy otros elementos, algunos meramente coyunturales.

El jefe porteño quiere votar el presupuesto dela Ciudadantes de la renovación de bancas enla Legislatura, igual que Cristina de Kirchner lo quiere hacer en el Congreso. Para su Presupuesto 2012 Macri no tendría problemas, pero necesita negociar la suba de impuestos, incluido el impuestazo en el ABL. El voto de los kirchneristas viene como anillo al dedo.

Enla Cámarade Diputados ya nadie esconde que hay puentes tendidos con el macrismo. Solá, en este juego, podría lograr su rol perfecto. Aunque Cristina de Kirchner haya ordenado que todo el que vuelva al PJ oficial debe integrar la bancada K. El ex gobernador y diputado aún sueña con ser el garante del quórum y enlace dilecto con sus ex socios del macrismo.

Todo el kirchnerismo ya trabaja en esa hipótesis que podría, de alguna forma, cambiarle la cara ala Cámarade Diputados.

Nada mejor que un esquema alternativo de negociaciones cuando las tormentas que pueden llegarle al gobierno desde 2012 no vendrán precisamente desde la oposición, sino de adentro del propio peronismo.

La idea se resume en roles más o menos claro: mientras Solá actúa de lleva y trae al oficialismo, Rossi maneja el oficialismo más duro desde adentro. Su continuidad en la conducción de la bancada no es un hecho consumado, pero el santafesino se entusiasma por ahora en que le hayan renovado la confianza para el operativo de votación del presupuesto.

Con eso hasta diciembre le alcanza, a pesar de que Cristina de Kirchner no llame y que sólo lleguen órdenes desdela Casa Rosadaa través de terceros. A lo sumo el teléfono presidencial sonó para emitir alguna queja, algo que por otra parte no está fuera de la normalidad de esas relaciones.

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