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Fin de una era

Inclusión y más derechos, ejes de los 12 años de kirchnerismo

Durante los tres mandatos presidenciales, el FpV puso el acento en el mercado interno, la producción y el empleo.


En sus doce años y medio repartidos en tres mandatos presidenciales, el kirchnerismo supo leer demandas populares que habían quedado huérfanas tras la crisis de 2001, con práctica y relato nacional y popular.

Desde sus inicios en 2003, el gobierno de Néstor Kirchner  puso el acento en expandir la demanda interna como motor de la producción y el empleo.

Para eso, restauró el mecanismo de paritarias para las negociaciones salariales. Junto a esa medida, la refundación del Consejo del Salario, la eliminación de la ley Banelco de flexibilización laboral, una agresiva política de subsidios a las tarifas de servicios públicos como vía de salario indirecto, y la multiplicación de la inversión social fueron parte del paquete inicial de medidas.

Hubo una reducción de los niveles de pobreza e informalidad laboral. Entre 2003 y 2015, la ampliación del mercado de trabajo (se crearon unos seis millones de puestos nuevos), permitió no solamente (según estadísticas oficiales) reducir la informalidad laboral de 49,5 a 33 por ciento, si no que redujo la tasa de desempleo del 25 por ciento a 5,9. Además generó mejores condiciones para la puja salarial, que a excepción de 2014 nunca estuvo por debajo de la pauta inflacionaria.

La suba de derechos de exportación, favorecidos por la suba del precio internacional de los commodities, le permitieron al gobierno gozar de niveles de recaudación récord, lo cual se conjugó con un saldo comercial positivo y una recomposición leve del tejido industrial. La política de desendeudamiento fue un pilar para la estrategia del gobierno de “vivir con lo nuestro” en materia de soberanía política e independencia económica.

En enero de 2006, la Argentina canceló una deuda millonaria con el FMI, al tiempo que reestructuró su deuda con acreedores (en dos etapas: 2005 y 2010), con una quita del 70 por ciento.

En mayo del 2014, el ministro de Economía, Axel Kicillof, arregló una agenda de pagos de cancelación de deuda con el Club de París. En suma, la Argentina logró reducir al 40 por ciento el peso de su deuda pública sobre el total del PBI (en 2003 era de 140 por ciento).

En tanto, el gobierno construyó una agenda de política exterior con base en la integración regional y promovió el rechazo al tratado de libre comercio que impulsaba Estados Unidos (Alca), en noviembre de 2005.

Desde la recuperación de los fondos jubilatorios con la reestatización de las AFJP en octubre de 2008, la Argentina alcanzó una cobertura previsional del 97 por ciento.

Con la Ansés, el Estado contó con recursos para poder implementar la asignación universal por hijo (para desocupados o trabajadores informales).

Luego se sumaron la asignación universal por embarazo, el plan Progresar (estipendio mensual para estudiantes de bajos recursos), Conectar Igualdad (se entregaron al momento 2 millones de netbooks a alumnos de todo el país), Qunita (plan nutricional para madres embarazadas) y Procrear (crédito para la vivienda).

La nacionalización de empresas públicas fue otra impronta saliente del kirchnerismo. La estatización de Correo Argentino (2003), Aysa (2006), Aerolíneas Argentinas (2008), YPF (2012) y Ferrocarriles Argentinos (2015) fueron enarboladas como banderas de la recuperación del patrimonio y la soberanía nacional.

En el aspecto educativo, un hito importante fue la creación de 16 nuevas universidades nacionales (algunas ya en funcionamiento y otras con proyectos sancionados), la mayoría de ellas ubicadas en el conurbano bonaerense.

En materia de ampliación de derechos civiles, durante el kirchnerismo se alcanzaron logros como el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, la de fertilización asistida, muerte digna, la de registro formal de empleadas de casas particulares, estatuto del peón rural, voto optativo a los 16 años y la ley de reforma política (Paso y espacio publicitario audiovisual en campaña electoral).

En esa nómina aparece la ley de Medios, sancionada en octubre de 2009: recién encontró terreno fértil para avanzar cuando se desató un furibundo enfrentamiento entre el gobierno de CFK y el grupo Clarín, que había sido aliado hasta 2007.

La creación en 2009 de Fútbol para Todos y el lanzamiento en 2010 de la Televisión Digital Abierta, de acceso gratuito, tuvieron aceptación popular.

En el campo de los avances jurídico-institucionales, el kirchnerismo se anota en su haber la renovación en 2003 de la Corte. Y sobre el final de la administración, Cristina Kirchner encomendó al Congreso la sanción de un nuevo Código Civil y de un nuevo Código Penal (que finalmente será tratado el año que viene.

Además, el kirchnerismo –casi como rasgo de identidad– implementó una potente agenda de derechos humanos e impulsó procesos judiciales contra represores de la última dictadura: alrededor de 400 genocidas con condena efectiva,  mil procesados en diferentes causas y 300 casos en trámite.

Otro de los puntos positivos de la gestión del FpV son los avances en materia científica.

El Conicet, principal organismo de promoción científica, pasó de 3 mil a 10 mil investigadores, con un presupuesto de 6 mil millones en 2015 y unos 1.200 científicos argentinos repatriados.

En este recorrido, se creó el Ministerio de Ciencia y se concretó el lanzamiento al espacio de los satélites Arsat 1 y Arsat 2.

Polémicas y denuncias de corrupción

Los doce años de la era kirchnerista dejaron escándalos políticos y sospechas de corrupción. Acá, un resumen de los casos más resonantes:

Caso Skanska: en 2006 se denunció un delito penal por el cual la empresa sueca Skanska pagaba sobreprecios a empresas fantasmas para la construcción de gasoductos. En 2011 la Justicia señaló que no hubo ni coimas ni sobreprecios.

Intervención del Indec: en 2007 Néstor Kirchner, a través de su secretario de Comercio, Guillermo Moreno, reemplazó a técnicos del organismo por hombres de su confianza. La intervención derivó en un descreimiento de las estadísticas oficiales.

La valija de Antonini: en diciembre de 2007, el empresario ligado al gobierno venezolano Guido Antonini Wilson intentó ingresar al país una valija con casi 800 mil dólares, presuntamente destinados a la campaña electoral del kirchnerismo. La causa prescribió.

Mafia de la efedrina: la aparición en 2008 de los cuerpos acribillados de Forza, Bina y Ferrón en General Rodríguez terminó salpicando al kirchnerismo. Según una investigación judicial, parte del financiamiento de la campaña de Cristina Kirchner de 2007 surgió de laboratorios ligados al triple crimen.

Boudou: la figura del vicepresidente cayó en desgracia apenas asumió. En 2011 fue involucrado en el salvataje plagado de irregularidades de la calcográfica Ciccone y quedó procesado. Además sumó otro procesamiento por poseer un auto con documentación apócrifa, entre otras causas que pesan en su contra.

Tragedia de Once: el choque del tren Sarmiento en la estación porteña de Once en febrero de 2012, con 51 muertos, dejó al desnudo el precario sistema ferroviario y también un entramado de irregularidades. Entre otros ex funcionarios y empresarios acusados, el entonces secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi quedó imputado.

Hotesur: Margarita Stolbizer denunció a la presidenta por supuestas irregularidades en Hotesur SA, que maneja el hotel Alto Calafate, de la cual Cristina es accionista. El juez Claudio Bonadio además investiga un presunto lavado de dinero entre los hoteles de los Kirchner y empresas de Lázaro Báez.

Muerte de Nisman: el 18 de enero de este año el fiscal que semanas antes había denunciado a la presidenta por presunto encubrimiento del  atentado a la Amia apareció muerto en el baño de su departamento. El episodio generó un cimbronazo político e institucional. A casi un año, aún no hubo avances significativos en la investigación judicial para determinar si se trató de un suicidio o un asesinato.

Frases salientes de Néstor y Cristina en la última década

Frases como “¿Qué te pasa, Clarín, estás nervioso” o “si me pasa algo, que nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte” fueron de las que más se destacaron a lo largo de los doce años de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner. Hubo otras más polémicas. A continuación, algunas de ellas:

“No he venido a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada”, Néstor Kirchner, 25 de mayo de 2003 al asumir como presidente.

“El año que viene vamos a tener un candidato que será pingüino o pingüina”, Néstor Kirchner, 2 de junio de 2006.

“Hoy lo pueden llamar Mauricio, pero siempre va a ser Macri”, Néstor Kirchner, 4 de julio de 2007, luego de que el líder del PRO fuera elegido como jefe de Gobierno porteño.

“¿Qué te pasa, Clarín, estás nervioso?” Néstor Kirchner, 9 de marzo de 2009 en un acto en Tres de Febrero.

“No tenga miedo gobernador Scioli, diga quién le ata las manos”, Néstor Kirchner, 9 de septiembre de 2010, en medio de la polémica por la inseguridad en la provincia de Buenos Aires.

“Chicos, por favor, estamos en Harvard, esas cosas son para La Matanza”, Cristina Kirchner, 28 septiembre de 2012.

“Si me pasa algo, que nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte”, Cristina Kirchner, 30 de septiembre de 2014 en un discurso desde Casa Rosada.

“Les pido a los compañeros del Frente para la Victoria un baño de humildad para defender el proyecto”, Cristina Kirchner, 7 de mayo de 2015 solicitando que algunos bajen sus candidaturas.

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