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Crisis y nuevos profesionales

Investigador del Conicet afirma que el desempleo debilita tanto la integración social de los jóvenes que dan sus primeros pasos en el mercado laboral como la conformación de una identidad como adulto.

Por: Liliana Fuentes

Decidirse a cursar una carrera, querer llegar a proyectarse como profesional, es una de las metas que tiene todo joven cuando termina su instrucción básica, pero la realidad pone límites a los sueños y los jóvenes tropiezan con la problemática que una vez recibidos no encuentran la posibilidad de insertarse y desarrollar su profesión y terminan haciendo labores que muy lejos están de la profesión y vocación.

Por cierto, no son pocas las veces que deben realizar trabajos eventuales, pasantías para lograr experiencia o encontrar un lugar para el desarrollo de la profesión elegida. Ubicarse dentro del sistema les lleva un precioso tiempo.

En un trabajo realizado por Agustín Salvia, investigador del Conicet titulado “Los jóvenes y el mundo del trabajo en la Argentina actual”, se expresa: “El acceso a un empleo constituye para la mayor parte de los jóvenes un símbolo de mayoría de edad. Por lo tanto, la imposibilidad de conseguir un empleo tiene un efecto negativo sobre la formación de su personalidad. En tal sentido, los estudios muestran que la situación de desempleo debilita tanto la integración social de los jóvenes como la conformación de una identidad como adulto. Asimismo, las investigaciones informan de una asociación significativa entre el desempleo juvenil y el bienestar psicológico medido en términos de depresión, ansiedad y autoestima”.

Más adelante dice que: “Al respecto, se argumenta, por ejemplo, que las altas tasas de precariedad y desocupación juvenil estarían expresando problemas asociados al choque entre las expectativas desmedidas de los jóvenes y las expectativas más realistas y dependientes de las condiciones macroeconómicas de las empresas; a lo cual se agrega la existencia de una legislación poco flexible y favorable para dar lugar al ingreso de jóvenes sin experiencia laboral”.

Ciertamente, lo mismo ocurre en todo el espectro laboral, incluyendo desde luego al ámbito profesional. Un joven abogado, un médico recién recibido o un ingeniero, por citar sólo a algunas profesiones, encuentran las mismas dificultades para poder trabajar en aquello para lo que se preparó por varios años.

Como dice Salvia: “El problema del desempleo juvenil se explica por la existencia de «barreras» externas que entorpecen o limitan la entrada al mercado laboral de los jóvenes”.

El autor del interesante ensayo, no obstante, encuentra en este problema un aspecto positivo, cual es el que “con diferentes matices, estos diagnósticos sirvieron como principal argumento para las reformas educativas y laborales emprendidas en numerosos países de América latina”.

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