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Central: volvió a defraudar

El Canalla sigue sin aparecer. San Martín de Tucumán aprovechó todas las facilidades y ganó de manera justa.

Era el momento de demostrar. De empezar a sumar de a tres. Con el regreso del Kily González al Gigante. La gente se ilusionó una vez más y los de adentro volvieron a defraudar.

En la primera aproximación de San Martín de Tucumán se notó lo mal que marca la defensa canalla. Y que volver a la línea de tres fue una mala idea. Porque si la idea era generar más peligro en el área rival: fracasó rotundamente.

Un equipo, que de local, apenas intenta un tiro al arco, fue de Rivero, no puede dignarse de ser candidato.

Broun termino siendo el mejor defensor de la primera parte, con penal atajado incluido.  Valentini sigue con sus indecisiones. Y sus faltas infantiles. Braghieri no da confianza para nada. Y la espalda de Shaffer fue perforada por Oreja las veces que se lo propuso. El Kily, evidentemente no está en su plenitud y con la jerarquía no alcanza.

Lavado profundo de cabeza mediante, el Central de la segunda parte fue otro. En cinco minutos creó tres chances de gol. Una la devolvió el palo y las otras dos fueron atajadas de Gutiérrez. Pero fue apenas una ráfaga. Una esperanza que se fue desinflando de a poco.

Con el ingreso de Gómez x Rodríguez, Merlo apostó a la línea de cuatro y en cierto modo mejoró su funcionamiento colectivo, pero ya era muy tarde. San Martín, con la ventaja a su favor, manejaba las acciones. Más por defectos ajenos que por virtudes propias.

El equipo que la gente quiere no aparece. Ya pasaron tres partidos y en ninguno Central mereció ganar. Merlo deberá trabajar mucho, no solo en lo futbolístico, sino también en lo anímico. Porque dio la sensación de ser un conjunto sin hambre, sin deseo, sin ganas y con muchas complicaciones.

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