El gobierno dará por terminadas en junio las negociaciones por las paritarias 2013, haya o no Hugo Moyano cerrado su acuerdo salarial con el sindicato de camioneros. Incluso, en la segunda quincena del mes, el Ejecutivo llamará al Consejo del Salario para fijar el nuevo nivel de Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), que se ubicará en un número cercano a los 3.500 pesos. Llegar a ese número será gradual y en etapas que terminarán en 2014, pero el gobierno presentará que el sueldo piso que se cobrará en el país crecerá cerca del 25 por ciento en sintonía con el nivel que se están cerrando las paritarias para este año y que ronda el 24 por ciento. Este anuncio, más la posible suba del mínimo no imponible para el pago de los aguinaldos, son las dos medidas que desde los laboratorios del viceministro de Economía, Axel Kicillof, se están terminando de elaborar como aportes de junio a la campaña política por las elecciones legislativas de este año.
El problema es Moyano y su negociación. El camionero pidió un 35 por ciento más una gratificación por el nivel actual de Ganancias y amenaza con inaugurar laboralmente el mes con una ronda de bloqueos y movilizaciones por todo el país; y paralizar el transporte todas las jornadas que sean posibles. Así al menos fue el mensaje que Pablo Moyano, secretario del gremio, dejó en claro a los representantes de los transportistas de clearing bancarios, los primeros en sentarse con el camionero a discutir los aumentos salariales del sector para este 2013. El gobierno sabe que la amenaza es concreta y real, y obviamente realizable en cualquier momento. La estrategia ante este panorama es doble. Por un lado se lo dejará hacer a Moyano, intentando dejarlo ante la sociedad como el responsable de bloqueos a plantas industriales y cajeros automáticos, en medio de jornadas donde se estarán definiendo las alianzas políticas donde el camionero desde su CGT rebelde quiere ser referente del peronismo opositor. Según la visión oficial, nada más “piantavotos” que negociar con un bloqueador de rutas y empresas. Pero además se acelerarán las negociaciones del Consejo del Salario para que haya un nuevo sueldo mínimo para todos los argentinos, que se empiece a aplicar a más tardar en agosto.
El primer número que había pensado el gobierno para este SMVM era de 3.500 pesos mensuales. Sin embargo, desde la Casa de Gobierno se le pidió a Economía que haga una reedición del cálculo, para acercar el aumento a los 3.700 pesos mensuales, lo que implicaría un alza cercana a 25 por ciento anual.
El anuncio anual del nuevo SMVM forma parte de la liturgia kirchnerista de los últimos ejercicios, en un clásico acto desde Olivos o la Casa de Gobierno a donde llegan los representantes de los sindicatos para recibir y aplaudir la novedad. El año pasado por primera vez ya no estuvo Moyano y sus aliados de la CGT alternativa entre los invitados. Para 2013 la situación sería aún peor: ni siquiera se esperaría a que termine de discutir su paritaria y se lo consideraría un gremio marginal en la importancia para definir la finalización simbólica de las paritarias. Lejos quedan los días en los que Moyano y sus camioneros eran citados por el propio Néstor Kirchner para que cierren antes que nadie las negociaciones por los aumentos salariales, como efecto disciplinador para el resto de los sindicatos.
El nuevo SMVM implica que de los 2.975 pesos mensuales que debe cobrar un trabajador dentro del país, en blanco, y que cumpla sus 8 horas diarias, debería pasar a los 3.700 pesos.
El incremento podría aplicarse en dos etapas, una en el segundo semestre y otra en febrero. Esa nueva cifra quedaría obviamente lejos de lo que perciben de mínimo operarios de gremios como los bancarios, mineros, petroleros y camioneros; que navegan por encima de los 10.000 pesos mensuales de promedio; pero resulta importante como piso para trabajadores de la construcción, el campo, textiles, empleadas domésticas y de maestranza.
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