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“Este reconocimiento me tranquiliza un poco el alma”

Claudio Fernández, el científico que le agradeció a la presidenta que sus hijos puedan crecer en la Argentina.

Irina tiene 10 años e Iván 5. Y ayer sus fotos recorrieron el país por cadena nacional cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner reprodujo el diálogo con el padre de esos niños, el científico Claudio Fernández, quien le agradeció su vuelta al país y la posibilidad de que sus hijos crezcan en la Argentina. Vivió de 2002 hasta fines de 2005 en Alemania, en Goettingen, una ciudad que tiene un premio Nobel cada mil habitantes. Y volvió ala Argentina, convencido de que acá se podía, de que era posible desarrollarse como científico, con la necesidad de devolverle al país todo lo que la educación pública le había dado. Pero además, dejó en claro a través de esas fotos, que la presidenta le pidió para conservarlas, y que ella consideró como un homenaje, que los científicos son seres humanos con emociones y sentimientos. “Estoy convencido que acá se puede hacer ciencia de alto impacto y quería que mis hijos, cuando crecieran no pensaran que por mi actitud, por la ciencia, había dejado un poco de lado las raíces de ellos. Así que yo quería que ellos crecieran en esa ciudad tan linda donde yo me formé”, cuenta Fernández.

Lejos de la polémica que existe entre Nación y provincia, Fernández agradece a ambos, y destaca también el apoyo que reciben los científicos por parte del gobierno de Binner.

El científico argentino, que estudia las enfermedades de Parkinson y Alzheimer, contó a El Ciudadano que fue jefe de grupo en Alemania, donde tenía a su cargo un porcentaje muy grande de estudiantes argentinos “porque siempre supe que la diferencia entre una científico latinoamericano y uno de un país desarrollado no era genética. Nuestros genes no nos dicen que ellos son más capaces que nosotros, la diferencia es ambiental”, destaca.

“Por eso es muy importante generar un ambiente donde uno pueda explotar todo ese potencial, toda esa capacidad. Por eso es importante este instituto y contar con infraestructura, porque somos 200 investigadores que nos vamos a poder ver la cara todos los días, en el ambiente que necesitamos para exacerbar nuestro potencia, esa es la única diferencia que tenemos con el exterior”, analiza.

Y considera que “hay recursos humanos brillantes y podemos darnos el lujo de hacer investigaciones con mucho menos financiamiento, porque la calidad de los recursos humanos que tiene en particular Rosario no es común. Si a eso se le inyecta un ambiente adecuado y financiamiento tenemos un tema de ciencia y tecnología cubierto por décadas y décadas”.

Quizás, lo que conmueve de Fernández es su agradecimiento a la educación que le brindó el Estado, ya que estudió primero enla Universidadde Buenos Aires, hizo su doctorado enla Universidadde Rosario, en el Instituto de Biología Molecular. “Cuando uno se capacita en la educación pública y se sustenta con los impuestos que paga toda la sociedad y llega a ser lo que es gracias al financiamiento del Estado argentino, lo mínimo que uno tiene que hacer es ciencia acá, porque es un poco devolver a la gente que confió un poquito de aquello de todo lo que nos dio”, sostiene.

Sobre las fotos de sus hijos que quedaron ahora en manos de la presidenta, Fernández destaca que fueron “un homenaje” a la política de Estado en Ciencia y Tecnología. “A esta gestión, a la gestión de Néstor Kirchner, a todo el esfuerzo que está haciendo la provincia de Santa Fe apoyándonos, pero es un homenaje también a mis hijos, a mi mujer, a las horas que no he estado con ellos, a las semanas que paso sin verlos. Es un reconocimiento que me tranquiliza un poco el alma. Y es también un reconocimiento a todas las personas que creen que se pueden hacer cosas de alcance internacional”, asegura.

“Hoy somos un grupo de referencia desde la Argentina, los laboratorios siguen nuestros conocimientos, están atrás de nuestras investigaciones. Y eso en un país como el nuestro, que está cambiando pero que es bastante naciente todo esto, es a base de un esfuerzo personal muy grande donde a veces uno pierde el objetivo de si está bien todo lo que está haciendo”, agrega.

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