David Ferrara
El rojo corazón, esas raíces que lo recorren, esa pelota que late. Cuando Provincial eligió reencontrarse con su historia en el básquet tenía las cosas claras y en poco tiempo se regaló emociones fuertes, de esas que mueven el piso, pero que retroalimentan para seguir, incluso aunque el sueño de ascenso se trunque en Pico.
Las buenas intenciones de la gente que actúa por amor merecen un destino de felicidad, merecen un retorno multiplicador de afecto. Y fue Pablo Fernández el primero, Guido Mariani el segundo y este lunes el mismísimo Adrián Boccia se vestirá otra vez con la musculosa rojiblanca en un torneo oficial, por los puntos, con el deseo de ganarle a Defensores de Villa Ramallo en el debut en el Pre Federal.
Con su experiencia y jerarquía deberá intentar abstraerse de un contexto a todas luces emotivo, repleto de sentimientos inevitables a flor de piel, con gente que ama a un lado del rectángulo y alguno dentro también, en la que fue, es y será su casa.
El Rojo comenzará, entonces, con la mirada del país el camino en busca de revalidar la plaza nacional y lo hará con Boccia (léase Bossia en rosarino) al menos por un partido.
Será desde las 21 en el Bonilla con el partido como ingrediente secundario y contexto para que otro sueño se haga realidad.
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