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Vuelve a oírse SOS Titanic

El más famoso de los naufragios ocasiona una creciente contaminación de basura arrojada por quienes visitan el sitio arqueológico en costosos cruceros y emocionantes inmersiones que deterioran el entorno.

Un casco aún sólido que yace a unos 4.000 metros de profundidad en el Atlántico Norte, rodeado de flores de plástico y basura errante de alta mar: así luce hoy el lujoso Titanic, el “insumergible” transatlántico que se hundió hace cien años y sigue generando leyenda.

Desde la semana pasada y hasta el 8 de julio, una exposición en Washington conmemora el naufragio más famoso del mundo, destacando las expediciones dirigidas por Robert Ballard, quien halló los restos del barco, y el cineasta James Cameron, director de la “oscarizada” película Titanic.

El modelo totalmente a escala de la mitad delantera del buque es uno de los aspectos más sobresalientes de “Titanic: una obsesión de cien años”, la muestra en la sede de la National Geographic Society que indica cómo se partió en dos la nave y ofrece claves sobre una tragedia que aún apasiona a muchos.

El Titanic naufragó tras chocar contra un iceberg durante su viaje inaugural desde Southampton York, en Gran Bretaña, a Nueva York, y se fue a pique en la madrugada del 15 abril de 1912 frente a Terranova, Canadá, provocando la muerte de unos 1.500 de sus 2.200 pasajeros.

“Se dice que el barco se está oxidando y que no existirá más en veinte o treinta años”, dijo Jamie Shreeve, editor científico de la revista National Geographic. “Pero los expertos con los que hablé dicen que eso no pasa tan rápido. Eso es algo que lleva tiempo”, añadió.

Los restos del naufragio, separados en dos partes a unos 600 metros de distancia una de la otra, se encuentran a 3.780 metros debajo de las aguas del océano Atlántico.

“El casco básico sigue siendo muy fuerte y muy sólido”, dijo James Delgado, director del programa de patrimonio marino de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa) de Estados Unidos.

“Todavía conserva madera y tela en su interior”, dijo Delgado, quien vio personalmente el Titanic de cerca desde el interior de un vehículo ruso Mir durante una expedición en agosto de 2010.

Pero el agua está ahora contaminada por residuos de los buques que pasan por los alrededores.

“Hay latas de cerveza, vasos de plástico, ese tipo de cosas”, dijo Delgado. “Incluso encontramos un bidón de detergente en el lugar del naufragio… La basura permanecerá allí por mucho tiempo”, dijo.

Los cruceros organizados para visitar el lugar –a un costo de unos 60.000 dólares por persona– también han dejado su huella, dijo Shreeve.

“Todos los que se sumergen allí dejan flores de plástico o una placa o algo así”, dijo. “En cierto modo se parece a uno de esos lugares donde ha habido un accidente en la carretera. Básicamente, es un sitio arqueológico que ya no está intacto”, se lamentó.

Los submarinos también dejan su impacto en la zona, dijo Delgado, que busca crear un grupo para salvaguardar el lugar del naufragio, ubicado en aguas internacionales, para hacer un memorial marítimo.

Este año, la Organización Marítima Internacional pidió a los barcos que surcan esas aguas que no tiren residuos en un área de 35 kilómetros cuadrados por encima de los restos del naufragio.

“El Titanic está en mayor peligro que nunca”, dijo Ballard, el oceanógrafo que dirigió la expedición de 1985 que halló sus restos, en un documental de National Geographic TV que se estrenará el 9 de abril.

Entre las muchas conmemoraciones de la catástrofe, el 11 de abril se subastarán en Nueva York 5.500 objetos encontrados, desde un pedazo del casco de diecisiete toneladas hasta porcelana para servir a los pasajeros de primera clase y un megáfono.

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