El presidente electo, Mauricio Macri, mantuvo ayer una reunión protocolar en la Quinta de Olivos con la mandataria saliente, Cristina Kirchner, para poner en marcha el proceso de transición, y adelantó que hablaron sobre “la ceremonia de traspaso” del próximo 10 de diciembre.
“Hablamos de la ceremonia de traspaso. Nos volvemos a encontrar el 10 de diciembre. Esperemos que sea una linda ceremonia”, sostuvo el líder del PRO, quien así sugirió que no habría más encuentros entre él y la mandataria en el marco de la transición.
El futuro jefe del Estado se pronunció así tras la reunión, de la cual no hubo foto oficial, en un breve contacto con la prensa en la vereda de la residencia presidencial.
Macri pensaba tener un contacto más extenso con la prensa para informar sobre los temas abordados en la reunión con Cristina Kirchner, pero al observar la “estampida” de periodistas, movileros y camarógrafos que buscaban captar sus palabras, debió dar media vuelta y regresar a la residencia por motivos de seguridad.
El encuentro entre ambos dirigentes duró 50 minutos. Macri asistió acompañado de Federico Suárez, uno de sus asesores, y su vocero, Iván Pavlosky, pero el encuentro fue a solas, tal como le había pedido previamente la presidenta.
Ante la enorme concentración de vecinos en el ingreso principal de la Quinta de Olivos, quienes se acercaron a saludar y dar su respaldo a Macri, y de la presencia de periodistas que cubrían la reunión, el futuro mandatario debió retirarse por una salida alternativa.
“Fue una reunión cordial y la presidenta lo felicitó por su triunfo” en el balotaje del domingo pasado, indicaron fuentes consultadas por la agencia Noticias Argentinas.
Los dirigentes macristas, a su vez, dejaron trascender que pidieron una sala de la Quinta para hacer una conferencia de prensa, pero el pedido fue negado alegando que tendría que haberse hecho con anterioridad.
Se espera que el proceso de transición continúe con dirigentes de ambas gestiones en los próximos días, quienes deberán coordinar desde temas específicos de gestión en las distintas áreas hasta cuestiones relacionadas con la ceremonia del 10 de diciembre.
El encuentro entre Cristina Kirchner y Macri fue coordinado por ambos el pasado domingo, cuando la jefa del Estado lo llamó para felicitarlo por su triunfo en el balotaje y lo convocó a la Quinta de Olivos para empezar a tratar detalles de la transición.
Entre los temas que más preocupan a Macri sobre la “herencia” que recibe del kirchnerismo figuran la cantidad de reservas del Banco Central y la posible permanencia de Alejandra Gils Carbó en la Procuración General y de Alejandro Vanoli al frente de la entidad monetaria.
Uno de los detalles salientes de la reunión fue la gran presencia de vecinos en las puertas de la Quinta que aguardaron el ingreso de Macri, a quien recibieron con el cántico “Sí se puede, sí se puede”.
Algunos de ellos exhibieron carteles con pedidos para que el fiscal José María Campagnoli sea designado al frente de la Procuración General, cargo que actualmente ocupa Alejandra Gils Carbó, mientras que otro hombre mostró un cartel con el reclamo “cárcel para los corruptos”.
Rogelio Frigerio se calza el traje de ministro del Interior
El presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires, Rogelio Frigerio, se prepara para asumir el cargo del ministro del Interior del gobierno del mandatario electo, Mauricio Macri, a partir del próximo 10 de diciembre. Así lo confirmaron anoche a NA fuentes cercanas al economista, las que indicaron que el líder del PRO lo quiere en ese puesto para “fortalecer la relación con los gobernadores”, pero pidieron esperar a que se oficialice el gabinete mañana.
Macri está abocado por estas horas al armado de su gabinete pero con el objetivo de encontrar un equilibrio para no restarle fortaleza al staff de ministros de los otros dos distritos que gobernará su espacio político: el de María Eugenia Vidal en Buenos Aires y el de Horacio Rodríguez Larreta en Capital Federal. Ellos tres, junto con el futuro jefe de Gabinete, Marcos Peña, son quienes trabajan por estas horas en el armado de esa estructura de gobierno, buscando que ninguna de las tres administraciones se vea perjudicada.
La necesidad de llegar a un equilibrio –sumada al origen y el estilo de Macri– llevaría a la incorporación de varios funcionarios provenientes del sector privado, como es el caso de Gustavo Lopetegui, CEO de LAN Argentina, a quien se lo menciona como posible titular de Aerolíneas Argentinas o funcionario de la Jefatura de Gabinete.
Otro empresario que tendría un lugar en esa área es Mario Quintana, quien suena como eventual “número dos” de Peña y es señalado como uno de los socios en el negocio inmobiliario de Nicolás Caputo, amigo y asesor de máxima confianza de Macri.
Otra persona con posibilidades de sumarse al gabinete de Macri es Isela Costantini, una brasileña hija de padres argentinos que desde 1998 ocupa cargos gerenciales en la automotriz General Motors. Estos nombres se suman a los de Susana Malcorra para la Cancillería y Hernán Lombardi para el área de Medios Públicos, ambos confirmados ayer.
En tanto, comenzó a sonar Facundo Manes para el Ministerio de Ciencia y Tecnología; Carolina Stanley iría a Desarrollo Social; Guillermo Dietrich a Transporte y Pablo Avelluto a Cultura, en tanto que Fernando de Andreis podría recalar en la secretaría general de la Presidencia. Para el Ministerio de Economía –cartera que se desdoblará en seis– sigue siendo mencionado Alfonso Prat Gay. En Agricultura suenan Ricardo “Ricky” Negri y el diputado de la UCR Ricardo Buryaile. En este caso, sería un gesto hacia la UCR en momentos en que su integración al gobierno de Macri empezó a ponerse en duda luego de que Ernesto Sanz rechazara el Ministerio de Justicia –que ocuparía un radical de la ciudad de Santa Fe, alineado con Mario Barletta–. Además, Macri aún tiene en carpeta a José Cano como ministro de Salud y al diputado por La Rioja Julio Martínez o a Oscar Aguad para Defensa.
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