Ciudad

Termina 2010 y Rosario ya es “casi” una ciudad digital

La Nación entregó 7.693 netbooks a alumnos y docentes. Y la Municipalidad relanzará el wi-fi gratuito.

Por: Guillermo Correa

“Es deber del Estado velar e intervenir para asegurar la igualdad de oportunidades a los ciudadanos”, dice la primera consideración de la ordenanza 8.052. La norma, votada por el Concejo Municipal el 12 de octubre de 2006, creó el programa “Rosario 2010 Ciudad Digital”,  cuyo objetivo textualmente era –y sigue siendo– “desarrollar políticas públicas tendientes a lograr la libre accesibilidad a la banda ancha en toda la ciudad de Rosario hacia el año 2010”. Hoy, cumplidos cuatro años y un mes de que se promulgara la normativa, el 3 de noviembre de 2006, la conectividad libre a internet no sólo no alcanzó a los barrios  como se establecía, sino que, salvando el interior de los centros municipales de distrito, se reduce sólo a un sector del radio céntrico: “peatonal Córdoba desde Sarmiento a Buenos Aires, plaza 25 de Mayo y pasaje Juramento hasta el Monumento Nacional a la Bandera”. Paradojas de la Argentina, contrariamente a lo que previó en aquel entonces un experto en la materia que fue invitado a exponer en el recinto del Concejo –y conjeturó que “la gente de pocos recursos no va a andar con una notebook en la calle”– lo que sí llegó a la periferia de la ciudad son precisamente las computadoras portátiles. De hecho, el pasado 18 de junio se repartieron 323 netbooks a 4 kilómetros del centro: fue la primera tanda en llegar a Rosario del plan “Conectar Igualdad”, y las computadoras se entregaron a alumnos de la Escuela de Educación Técnica 466 “General Savio, la ex Técnica 4 de la zona oeste. Ahora, sólo falta que se las lleven a sus casas.

“Es muy importante que toda la gente tenga acceso a internet, sobre todo en la periferia de la ciudad y las zonas marginales. La gente de menores recursos, con este método, podrá acceder a internet, solamente comprando una placa USB wi-fi y nada más”, había marcado en el recinto del Concejo en 2006 Gary Wallis, un ingeniero nacido en Estados Unidos pero hijo de madre rosarina. Convocado por el edil Jorge Boasso, autor de la iniciativa que se estaba tratando, Wallis desplegó para los demás concejales una “demostración técnica” de cómo funcionaba la conexión inalámbrica a internet. Fue un éxito.

En ese marco, Wallis dijo que era “fundamental” darles “una solución” a los rosarinos que no podían acceder a una computadora portátil, pero contaban con  una “de escritorio” en sus casas.  “La solución es económica: 40 pesos es el costo de una tarjeta USB de wi-fi para usar en una computadora hogareña, y eso se puede acoplar a una pequeña parábola casera, que en definitiva le brindará el acceso gratuito a internet”, explicó.

El experto calculó entonces en unos 800.000 dólares la inversión para conectar a 320.000 personas, es decir, prácticamente la totalidad de hogares rosarinos, a internet en forma abierta y gratuita. La Rosario “digital”.

Cyberordenanza

Convencidos, la mayor parte de los concejales dieron su voto al proyecto de Boasso, que cita en sus consideraciones las experiencias que se llevaron adelante en San Francisco, donde se brindó acceso a internet a precios baratos o gratuitos para una población de 700.000 personas; en Filadelfia, que en 2005 creó una organización sin fines de lucro para dar conectividad de banda ancha inalámbrica y en Nueva York y París, que también avanzaron en el mismo sentido.

Así, la ordenanza 8.052 –www.rosario.gov.ar/normativa/ver/boletin.do?accion=ver2&id=96#– creó en 2006 el programa “Rosario 2010 Ciudad Digital”, estableciendo que éste debía “construir una adecuada infraestructura que permita el acceso masivo y gratuito a internet”. Según la normativa, ello a su vez generaría beneficios como el acceso de las personas a “la cultura, a la educación, al desarrollo personal y profesional y al campo laboral”; la oportunidad para que “tanto el sector público como el privado puedan ofrecer mejores servicios a los ciudadanos”, el fomento turístico de la ciudad “brindando beneficios tecnológicos de avanzada a sus visitantes y hasta “mejorar el proceso ciudadano y productivo a través de las comunicaciones”.

El plan trazado entonces era que se instalara el acceso a internet en los centros municipales de distrito y otros lugares de gran afluencia de público, como la Terminal Mariano Moreno, oficinas públicas, parques y grandes plazas. También se preveía el acceso libre y abierto en los grandes centros comerciales como Echesortu, avenida San Martín, Alberdi, La Florida y Fisherton, aunque se dejaba librado al Departamento Ejecutivo la decisión de cómo implementarlo. De hecho, un “salpicado” de conectividad se contrapone con el tendido de una red de fibra óptica, que se hace por etapas. Y es la herramienta que se está utilizando en otras latitudes para una conexión semejante.

De igual modo, la misma ordenanza establecía la conveniencia de convocar “en carácter consultivo” a distintas entidades que tuvieran conocimiento e incumbencia en la materia. Y sugería también formas de financiar el proyecto, entre ellas las líneas –no reembolsables– del Fomin, el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo; el Fondo Tecnológico Argentino de la entonces Secretaría de Ciencia y Técnica –hoy elevada al rango de Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva– entre otras posibilidades.

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