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Señales encriptadas por futuro del BCRA

Por: Pablo Wende

La presencia de Cristina de Kirchner el jueves en las Jornadas Monetarias y Bancarias del BCRA dejó la sensación de un fuerte respaldo a la actual titular del Central, Mercedes Marcó del Pont, cuando se acerca la fecha en la que vencen su mandato y el de otros cinco directores.

Aunque en las últimas semanas se vivió una verdadera guerra de rumores en relación con la sucesión del Central, los acontecimientos van en dirección a una transición que podría resultar mucho más suave.

En su discurso, Cristina ponderó la decisión del Central de modificar el programa monetario “para sostener el crecimiento” y aprovechó para disparar munición gruesa sobre el antecesor en el cargo, Martín Redrado. “La Justicia debería tener otro tratamiento para un funcionario que se negaba a usar las reservas que rinden el 0,5 por ciento anual y proponía, en cambio, endeudar al país a altas tasas de interés”, aseguró.

Marcó del Pont utilizó buena parte de su discurso para defender la política de acumulación de reservas, la intervención en el mercado para evitar la baja del tipo de cambio y de paso destacar “las bondades del modelo productivo”. Recibió como premio un largo aplauso de la presidenta.

Ninguna habló, sin embargo, del tema que más debería ocupar por estas horas cuando se habla de política monetaria: la inflación. No hubo una sola mención del tema en sus discursos y la presidenta optó por retirarse rápidamente. Las apuestas ahora en relación con los cambios del directorio indican que podrían renovarse sólo dos cargos de los seis que vencen. Son los necesarios para que el gobierno consiga quórum en las discusiones de directorio. Marcó del Pont y su actual vice, Miguel Pesce, serían hoy por hoy los “bendecidos”. Ambos ya mostraron muestras de lealtad a la Casa Rosada. Se trata, de lejos, de la cualidad más valorada por el matrimonio.

Perspectivas

Son remotas las chances de que se aprueben los pliegos de ambos en el Senado, porque se trataría de una confirmación por los próximos seis años, que abarcaría tres gobiernos. En cambio, quedarían “en comisión” hasta esperar el resultado de las elecciones de octubre de 2011.

“Lo de Cristina es importante, pero esto se define en Olivos”, señalaba un banquero que conoce de cerca el funcionamiento del gobierno. Se refería, obviamente, a la postura de Néstor Kirchner. “Es un mito que Néstor no la quiere a Mercedes. Si hubiera sido así, no habría llegado ni a presidir el Banco Nación”, razonan desde el Central.

Una de las mencionadas a suceder a Marcó del Pont, Gabriela Ciganotto, no estuvo el jueves en el hotel Four Seasons. La vicepresidenta segunda no tiene buena relación con la titular del BCRA y mantiene buena sintonía con el Ministerio de Economía.

Juan Carlos Fábrega, presidente del Nación, sí estuvo en primera fila y repite que él está “cómodo” en la entidad oficial. Amigo personal de la adolescencia de Néstor Kirchner en Santa Cruz, hará lo que le pida el matrimonio presidencial.

Los otros cuatro directores a los que se les vence el mandato y tienen chances mínimas de continuar son Arnaldo Bocco, Zenón Biagosch, Carlos Sánchez y Waldo Farías.

Los banqueros optaron por mantenerse en un segundo plano el jueves. Concurrieron los representantes de las principales cámaras bancarias. Estuvieron Mario Vicens por ABA, Norberto Peruzzotti por Adeba y Ricardo Maitsch, director ejecutivo de ABE. Pero la presencia de banqueros fue escasa: Eduardo Escasany por el Galicia y Tullio Lanari del BNP Paribas fueron algunos. Y no faltaron aquellos con más relación con el gobierno, como los casos de Carlos Heller, en su doble rol de banquero y diputado, y Mauro Alem, del Bice.

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