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Rejas blandas

Procesan a tres policías por fuga

Son un ex comisario y dos de sus subalternos de la Alcaidía acusados de facilitar el escape de Carlos Fiordellino, quien a mediados de 2011 salió caminando de la penitenciaría en un resonante hecho registrado por las cámaras de seguridad.


A mediados de 2011, un hombre que llevaba tres meses detenido en la Alcaidía de Policía de Rosario por un delito de narcotráfico protagonizó una escandalosa fuga, cuando cerca de la medianoche de un día domingo salió caminando del penal, junto a un alto jefe policial por entonces a cargo del establecimiento, quien lo acompañó desde su celda hasta la calle, donde montó un auto particular y se perdió en la oscuridad de la noche. Esta semana, la Justicia procesó a tres uniformados como coautores de los delitos de cohecho y facilitamiento doloso de evasión e incumplimiento de los deberes de funcionario público. El comisario Fabio Antonio V., de 46 años, y los agentes Nelson Mariano A., de 29, y Pablo Jorge L., de 36, fueron procesados por el juzgado de Instrucción de la 1ª nominación de Rosario a raíz de la increíble fuga que la medianoche del 5 de junio de 2011 protagonizó un recluso de la Alcaidía, entonces dependiente de la Unidad Regional II antes de que, en octubre pasado, quedara bajo la órbita del Servicio Penitenciario provincial.

Esa noche, Carlos Manuel Fiordellino, entonces de 38 años, salió de su celda junto al comisario V., que estaba a cargo de la institución penitenciaria y le abrió paso a cada una de las rejas y puertas hasta que tomó la calle, subió a un auto y escapó. La evasión quedó registrada en las cámaras de seguridad.

Fiordellino

El fugitivo había sido detenido en la vecina Funes el 25 de marzo de 2011 por agentes de la ex Drogas Peligrosas, que hallaron en su auto 55 kilos de marihuana. Veinte días antes, su esposa lo había denunciado por maltratos ante la Policía de Junín, donde residían desde mediados de 2010. Cuando los efectivos llegaron a la vivienda, el acusado ya se había marchado, pero la mujer señaló dónde su marido acumulaba 227 kilos de cannabis.

La Policía bonaerense pidió colaboración a sus pares rosarinos para dar con Fiordellino.

Aquí, los agentes antinarcóticos llegaron hasta una casa de Mosconi al 1900, en Funes, desde donde fueron tras un Renault Megane con dos hombres que habían cargado varios bultos. La persecución se extendió hasta la ruta 9 y Elorza, donde uno de los ocupantes del auto fue apresado. Era Fiordellino, hijo de un comisario retirado de la URII.

La versión del comisario

Fiordellino estaba alojado en el pabellón 3 de la alcaidía, con ingreso sobre avenida Francia al 5200. Según la declaración del comisario V., a última hora del domingo 5 de junio de 2011 el agente de guardia L. le informa que el interno había solicitado hablar con él, por lo que solicitó a su subalterno que lo sacara de su celda y que una vez frente al preso, éste le dijo que se sentía mal y necesitaba tomar aire, a lo que accedió sacándolo por un pasillo. Allí, dijo, el reo le comunicó: “Yo estoy jugado, tengo a tu familia chupada”, para luego sacar un papel con el nombre de su mujer, dos hijos de ella y una dirección.

Fabio Antonio V. agregó que creyó en la veracidad de la amenaza, lo tomó del brazo, caminó hasta la calle y le ordenó a los dos guardiacárceles que abrieran el portón con la excusa de que “iba a comprar cigarrillos”.

Inverosímil

Las explicaciones del comisario no convencieron a la Justicia, que encontró contradicciones entre sus dichos y los de sus subalternos. Entre los argumentos de la sentencia se destaca que todo parece indicar la existencia de “una cadena de colaboración efectuada porque de otra manera este suceso no hubiera tenido éxito”.

Otro dato relevante del fallo es la declaración ampliatoria en la que el comisario dijo haber sido amenazado con una “chuza” por el interno, elemento que no había mencionado en dichos anteriores. Por último, y uno de los puntos más comprometedores, fue el secuestro, dentro del vehículo del comisario, de más de 5.000 pesos escondidos en una bolsa de nylon, “cifra que no condice con el dinero percibido como sueldo” por el uniformado, que apenas superaba los dos mil pesos.

Con esos argumentos, el juzgado de Instrucción resolvió procesar a Fabio Antonio V. por cohecho y facilitamiento doloso de evasión en calidad de coautor e incumplimiento de los deberes de funcionario público. En el mismo fallo confirmó su estado de sustitución de prisión otorgado con anterioridad y trabó un embargo sobre sus bienes por 35 mil pesos.

La misma calificación recayó sobre Pablo Jorge L. y Nelson Mariano A., con embargos de 20 mil pesos respectivamente.

Por último, como el comisario V. dio cuenta de que Fiordellino pagaba para tener salidas eventuales y no ser trasladado a otro penal, la resolución ordenó que investigue Asuntos Internos de la UR II.

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