Ciudad

Preocupa a líderes religiosos el nivel de violencia cotidiana

Llevaron su inquietud al Palacio de los Leones, donde coincidieron con Mónica Fein en reforzar los lazos sociales.


Unos veinte representantes de los principales credos de la ciudad se reunieron ayer con la intendenta Mónica Fein y funcionarios municipales, ocasión en la que expresaron su preocupación sobre “la violencia social que aflora hoy en la sociedad”. Durante el encuentro, realizado en el Salón Belgrano del Palacio de Los Leones, los líderes religiosos coincidieron en que “es necesario reforzar los lazos sociales y mejorar la convivencia entre ciudadanos”.

Tras la reunión, la intendenta dijo que “en Rosario, como en todo el territorio nacional, se viven momentos muy complejos inmersos en una situación de violencia”. “Debemos unirnos para tratar de bajar ese nivel de conflictividad”, añadió.

Por su parte, funcionarios que acompañaban a la jefa de la comuna informaron a los religiosos acerca de las estrategias y trabajos que se llevan a cabo desde el Ejecutivo con el fin de contribuir al orden y la paz.

Justicia, no violencia

En diálogo con El Ciudadano, el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan, resumió el encuentro de ayer en tres ejes: toma de conciencia de la población de Rosario sobre la necesidad de una vida sin violencia, utilización de la próxima fiesta de Pascuas para transmitir un mensaje sobre la necesidad de paz social y pedido a las autoridades para que exista más protección en las calles.

“Debemos hacer visible a la justicia para lograr esto. Una justicia con los pies en la tierra”, indicó el prelado.

“La gente está como «cansada» de esta situación de no poder salir a la calle. Queremos que se vuelva a la calle, a conversar, a encontrarse, a vivir situaciones propias de la convivencia”, agregó.

En la reunión, lejos de justificar ese “cansancio”, el arzobispo condenó los linchamientos.

“Aún con todos los elementos que tenemos de cansancio y exasperación en la sociedad, nunca se justifica esta violencia, esta forma de buscar represalias que tal vez es instintivo, es algo espontáneo. Pero cuando la persona ya está en el suelo y acuden a patear, cuando otros miran sin hacer nada, eso ya supera la defensa propia o esa reacción instintiva que es lógica cuando alguien viene a hacernos un daño. Porque entonces entra otra pasión, otra forma de ver al hermano, donde realmente queremos destruirlo, no solamente hacer justicia”, analizó el titular de la arquidiócesis.

Para Mollaghan, fue beneficioso para la sociedad que los distintos representantes de los credos que tienen arraigo local se hayan unido en el mismo diálogo con la intendenta Fein.

“Es importante que los rosarinos vean lo necesario de practicar una cultura de vida. Que vean a la sociedad con reacciones que incluyen hechos de violencia que no se justifican. No se trata de defensa personal”, indicó el obispo, quien admitió que las Pascuas serán un momento preciado “para comunicar a los fieles estos valores de paz y convivencia”.

“Tenemos esperanza en la ciudad de Rosario. Tiene muchos valores, familias y jóvenes con aspiraciones positivas. Debemos seguir con estas reuniones y llevar el mensaje hacia adentro de Rosario, a los barrios que más sufren estos problemas”, apuntó Mollaghan. Además, el religioso destacó que una de las formas de combatir los hechos de violencia relacionados con el narcotráfico es aumentar la enseñanza en las escuelas sobre el mal de la drogadependencia.

Del encuentro de ayer participaron, además de Mollaghan, la pastora de la Iglesia Anglicana San Bartolomé, Mónica Tompkins; el responsable de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa San Jorge, padre Alejandro Saba; el pastor de la iglesia Luterana, Santiago Bauer; el de la Iglesia Presbiteriana Reformada Ortodoxa San Andrés, Sergio Ricardo Rojas, y los pastores Aldo Martín y Juan Herrera.

También estuvieron presentes el obispo emérito de la Iglesia Evangélica Metodista de Rosario, Federico Pagura, y el superintendente de esa institución, Américo Jara Reyes; el rabino Daniel Dolinsky, autoridades de la Kehilá y miembros de la comunidad judía, y el presidente de la Asociación Unión Islámica, Akhlaq Muhammad, entre otros.

Todo el arco religioso coincidió en trasladar a las autoridades del Ejecutivo la preocupación por la violencia e inseguridad que castigan a la ciudad.

Como causa principal apuntaron al narcotráfico, pero también pusieron el eje en los linchamientos sucedidos en las últimas semanas.

Por la paz

Federico Pagura, obispo emérito del Consejo Latinoamericano de Iglesias, se mostró satisfecho con el encuentro que mantuvieron referentes de diferentes credos con la intendenta Mónica Fein. El religioso sostuvo que “se vive actualmente una crisis de civilización que nos está desafiando a nosotros a buscar la contribución que podemos hacer como hombres y mujeres de fe”. También dijo que durante la reunión se trazaron los primeros pasos para hacer una caminata, una marcha por la paz y convocar a todos los que quieran acompañar en el esfuerzo.

El rabino Daniel Dolinski, por su parte, reflexionó al respecto: “El diagnóstico está; todos tenemos claro dónde estamos. Reconocer la enfermedad que tenemos como sociedad, ése es el primer paso, y luego, cuando uno reconoce las dificultades que tiene, empezar a pensar cómo curarnos, cómo mejorarnos como sociedad”.

Preocupan agresiones a trabajadores de prensa

Durante una reunión que mantuvieron ayer con el ministro de Seguridad de la provincia, Raúl Lamberto, y jefes policiales, integrantes de la Comisión de Libertad de Expresión del Sindicato de Prensa de Rosario plantearon su preocupación por las amenazas que sufrieron tres trabajadores de medios el viernes pasado en la División Judiciales de la UR II. La preocupación se  hizo extensiva a los golpes propinados por policías al fotógrafo de Télam José Granata, entre otros hechos.

Un tema del pasado

Ayer por la mañana en declaraciones radiales, el arzobispo José Luis Mollaghan también se refirió a la polémica por la investigación abierta por el Vaticano sobre su gestión relacionada con el manejo de fondos en Cáritas Rosario cuando estaba a cargo del presbítero Edgardo Buffarini.

“El paso del tiempo demostró que no había irregularidades. Lo que vimos y vivimos fue una interpretación del periodismo que se aclaró en su momento, y seguimos trabajando para lo que se aproxima que es la Pascua”, indicó el arzobispo.

Además aseguró que el avance del informe era el esperado.

“Lo que recibimos en diciembre (del 2013) cuando se fue la persona que vino a hacer la visita y ver a algunos aspectos que quería conocer y profundizar, y nada más”, explicó en referencia con la auditoría que practicó el obispo José María Arancibia, comisionado para el caso.

“Eso terminó y se supera con la misma realidad que vemos, trabajando con la misma intensidad de siempre”, insistió Mollaghan.

Según versiones periodísticas que se publicaron a principios de año, cuando Buffarini estuvo al frente de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Grandoli al 4500 en el barrio La Tablada, dirigió un emprendimiento productivo que dejó una cuantiosa deuda.

“Hubo cheques que nunca se pudieron pagar”, se difundió en su momento. En tanto, la justicia tramita la quiebra personal del padre Buffarini.

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