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Obama ya presiona por los impuestos

Obama instó a la oposición a acordar en el Parlamento una reforma impositiva.

Sin descanso tras una campaña agotadora, Barack Obama afronta un desafío inminente de cara a su segundo período en la Casa Blanca, como es la reforma del esquema impositivo que vence a fin de año. El presidente reelecto utilizó el discurso de la victoria, que pronunció pasada la medianoche del martes ante unos 15.000 partidarios en Chicago, para instar a la oposición a sellar acuerdos parlamentarios y, en el marco de un día sin actividad oficial, se comunicó con los líderes de ambas cámaras.

La primera respuesta que obtuvo del titular de la Cámara de Representantes, John Boehner, fue en línea con el deseo de “trabajar juntos”, pero ello no adelanta demasiado lo que va a ocurrir en ese cuerpo legislativo, cuya mayoría republicana fue ratificada en las urnas.

La oposición, sin liderazgo a la vista tras la derrota de Mitt Romney, comenzó a pasarse facturas, amén del hecho de que Boehner, representante por Ohio, se ubica en un ala dialoguista, que no es hegemónica en el partido. Sólo trascendió que, antes de viajar a Washington DC, Obama trató de consensuar una agenda con Boehner y el titular del Senado, el demócrata Harry Reid.

Listos para gobernar

“Señor presidente, éste es su momento. Estamos listos para gobernar, no como demócratas o republicanos, sino como estadounidenses”, dijo Boehner. Sin embargo, el representante advirtió que su partido se opone a mayores cargas a los empresarios y a aumentar la tasa sobre el patrimonio. Por lo pronto, un objetivo de Obama es cobrar más impuestos a quienes ganan más de 250.000 dólares anuales.

En el cómputo nacional, el jefe de la Casa Blanca sumó 60,45 millones de votos, es decir, el 50,3 por ciento; contra 57,64 millones del ex gobernador de Massachusetts, un 48,1 por ciento. Obama había cosechado el 52,9 por ciento hace cuatro años, y también había vencido en Carolina del Norte e Indiana, donde perdió esta vez.

Si se observa la distribución del voto por condado, el colorado, que identifica a los republicanos, se presenta abrumador. Tiñe incluso varios estados obtenidos por Obama. La clave está en que el Partido Demócrata (PD) venció por amplio margen en las ciudades más pobladas, en un dato preocupante para los conservadores, en la medida en que es más representativo de la diversidad del país, que crece.

Un botón de muestra de hasta qué punto llega el dominio conservador en el centro del país es el condado de Cimarron, Oklahoma, en el que Romney sumó un 90,4 por ciento de los votos frente al 9,6 por ciento de su rival, pero allí votan menos de 1.500 personas.

Obama obtuvo una victoria abrumadora, en relación 9,3 a 0,7 en la comunidad negra (13 por ciento del total de los sufragantes), y contundente, 7 a 3, entre los latinos (10 por ciento) y asiáticos (3 por ciento). “Este escenario es un desafío muy grande para el Partido Republicano, porque si sigue así (de acuerdo con la proyección del crecimiento demográfico), en 2016 Arizona será un estado en riesgo, y Texas lo será en 2020”, indicó Daniel Di Salvo, docente de Ciencias Políticas del City College en la Universidad de Nueva York.

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