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Cuento del tío: le robaron 20 mil pesos y 9 mil dólares

La víctima posee una casa con distintas medidas de seguridad; sin embargo no pudo evitar ser estafada.

Cándido tomó todas las medidas de seguridad para no ser asaltado, y por eso su casa de barrio Parque Casado desentona con el resto de las casas de la zona. Es que la vivienda del hombre de 65 años, ubicada a mitad de cuadra, tiene un cartel que indica que está protegida por un sistema de seguridad, al igual que las de algunos de sus vecinos, pero a esto el hombre le sumó otros implementos para reforzar su trinchera: dos cámaras protegidas por sendas jaulas apuntan sin piedad a la puerta, dejando registro de todo aquél que se acerca a tocar el timbre. Además, la finca cuenta con alarma. Ni siquiera el jardín delantero escapa a las medidas de seguridad, ya que un cerco de caños amarillos y negros, con una puertita cerrada con candado, protege la única planta de aloe vera existente entre pastos crecidos. El medidor del gas también tiene su candadito. Sin embargo, no pudo evitar ser víctima de un cuento del tío, por el cual terminó entregando voluntariamente 20 mil pesos y 9 mil dólares a un educado embaucador.

El timbre sonó en la casa de Cándido V., de 65 años, quien vive en Marcos Sastre 3334, en barrio Parque Casado. Corriendo apenas una cortina que cubría la totalidad de la puerta de metal y vidrio, el hombre se asomó sigilosamente. “No, no atiendo a nadie”, dijo al notar la presencia periodística.

Al observar la casa de Cándido, con sus dispositivos de seguridad a la vista, se puede inferir que es un hombre desconfiado. Y, seguramente, su aprensión hacia los extraños se incrementó luego de que anteayer fuera víctima de un cuento del tío, maniobra delictiva que consiste en engañar a la víctima del robo para que ésta entregue (en forma voluntaria o sin darse cuenta) el botín.

Según fuentes policiales, alrededor de las 13.30 de anteayer, el hombre recibió un llamado telefónico de quien dijo ser nieto, que le indicaba que una persona pasaría a buscar el dinero que tenía guardado en su casa. Cándido jamás sospechó que la persona al otro lado de la línea no era un familiar suyo sino un embaucador, por lo que siguió las instrucciones que le habían indicado.

No se sabe a ciencia cierta cómo fue que la persona que estaba del otro lado del teléfono, tenía tanta información, aunque para los pesquisas, pudo haber sido la propia víctima quien, en forma totalmente involuntaria, terminó dando los datos necesarios para armar la historia.

Lo cierto es que el hombre tomó los 9 mil dólares y los 20 mil pesos que su nieto había dejado en su casa y los guardó en un paquete. Pero por las dudas no los sacó a la calle.

Según fuentes policiales, salió de su casa, ubicada en inmediaciones de Marcos Sastre al 3300 y caminó hasta la cortada Juana Manso, ubicada a sólo cien metros, donde lo esperaba un hombre vestido con camisa clara, jean y zapatillas, a quien su “nieto” mencionó como socio de su contador.

Ambos charlaron unos segundos, mientras caminaban hasta la casa de Cándido, donde el hombre confiadamente le entregó la plata.

Tras esto, la charla siguió unos instantes, hasta que finalmente la persona que había ido a buscar el dinero para, según le dijeron, ir a depositarlo a un banco, se marchó.

Un rato más tarde Cándido se enteró de que había sido víctima de al menos un ladrón. Esta vez, ni las cámaras ni la alarma pudieron salvarlo. Sin embargo, las imágenes captadas fueron entregadas a la Policía para intentar identificar al sospechoso.

El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno, con la colaboración de personal de la Brigada de Investigaciones de la Agrupación de Unidades Especiales y de la comisaría 18ª, con jurisdicción en la zona.

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