Será difícil de explicar para alguien que no entiende de fútbol y de pasiones, por qué 40 mil personas colmaron un estadio sino se jugaba un partido.
La respuesta puede parecer simple, pero no menos importante. Amor por los colores.
El tradicional Banderazo leproso se volvió a vivir a pleno después de tres años, previo al clásico del domingo ante Central en el Gigante de Arroyito a las 16.10 y con el arbitraje de Mauro Vigliano.
Desde las 17.30 la gente se fue acercando lentamente hasta el Marcelo Bielsa y en una hora ya se sentía el clima clásico.
El tradicional “el domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”, fue el primer hit que resonó en la tarde rojinegra.
Con él comenzaron a desplegarse las primeras banderas: “Mi dulce condena”, las del Tata, Bielsa, Zanabria, Messi y Cucurucho Santamaría, máximo goleador leproso en los clásicos que falleció en julio pasado.
Con la aparición del primer equipo, el Coloso latió al ritmo del “Soy de Newell’s, de Newell’s soy yo”.
Y tras el “Pan y queso”, el momento esperado.
Fuegos artificiales, bombas de estruendos y una coreografía de luces le dieron un marco impresionante a una fiesta única.
Los jugadores, contagiados por semejante demostración de apoyo y fanatismo, no pudieron controlar su entusiasmo y se treparon al travesaño del arco que da a la popular local.
Durante este espectáculo fue muy interesante ver como respondían a este estímulo cada uno de los integrantes del plantel.
Los referentes Lucas Bernardi, Diego Mateo, Gabriel Heinze y Maxi Rodríguez se divirtieron durante toda la tarde y contagiaron a sus compañeros. Los “nuevos” en esto del Banderazo como David Trezeguet, Marcos Cáceres o Franco Lazzaroni, tardaron varios minutos en comprender lo que estaba sucediendo en el campo.
Como siempre, el Patón Guzmán también hizo de las suyas, y como en el día de la consagración en el Inicial 2013, filmó todo con una cámara-vincha.
El sentimiento de todo el pueblo leproso se hizo bandera y le dio una inyección más de ánimo a un equipo que viene dulce y que intentará seguir dándole alegrías a toda su gente para que la fiesta se siga prolongando.
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