Newell’s ganó y hubo justicia. La Lepra venció 2-1 a un desdibujado Argentinos Juniors en un partido donde el equipo de Roberto Sensini mostró su mejor versión y tuvo todo para triunfar con comodidad. Pero como no podía ser de otra manera, llegó a la victoria con mucho sufrimiento.
No importó que esta vez el equipo generara más de una docena de chances de gol. Ni que tuviera de rodillas al último campeón del fútbol argentino. A este Newell’s convertir le cuesta horrores y ya quedó demostrado que el partido más sencillo puede transformarse en un verdadero calvario. Una vez más el equipo tuvo que remontar el marcador, aunque en esta oportunidad le sobró entrega, físico y fútbol para revertir la historia.
Hubo aciertos de Sensini en el planteo. Volver a la línea de tres era un movimiento lógico, pero encontrarle la vuelta al ataque representa todo un desafío para el entrenador. Entonces, ubicar a Mauricio Sperduti como delantero resultaba una apuesta arriesgada pero que dio sus frutos. Este cambio táctica funcionó porque Luciano Vella pudo cumplir sin problemas con la función de carrilero derecho, un puesto en el que hasta ahora no se había destacado.
Pero el mayor mérito de la Lepra fue no bajar los brazos nunca. No se enloqueció por el penal no cobrado por una falta de Nicolás Navarro a Marcelo Estigarribia en la primera jugada del partido. Tampoco por las innumerables chances de gol desperdiciadas, palos incluidos, y mucho menos cuando Gonzalo Vargas aprovechó un buen desborde de Ciro Rius para adelantar al Bicho injustamente en el marcador.
El optimismo desenfrenado de Sperduti, el espíritu de Lucas Bernardi y los gritos de Rolando Schiavi y Sebastián Peratta contagiaron al resto para no claudicar. Y Argentinos no resistió la embestida leprosa, que dejó expuesto el cansancio del local por el partido del jueves pasado por la Copa Sudamericana.
La igualdad llegó tras varios rebotes, con Gabriel Cichero empujando la pelota casi como un delantero de área. Y la victoria se consumó tras una buena jugada colectiva que concluyó con un cabezazo goleador del ingresado Luis Rodríguez luego de un acertado centro de Vella.
El toque de dramatismo, infaltable para esta versión del elenco rojinegro, se lo puso Nicolás Blandi con un cabezazo a quemarropa que Peratta resolvió con solvencia para que la Lepra se quedara con tres puntos valiosos y con el ánimo en alza del cara al trascendental choque del jueves ante Estudiantes por la Copa Sudamericana.
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