Política

Moreno reduce congelamiento: será de sólo 500 productos

Por Carlos Burgueño. Continuarán trabas a las importaciones; Supercard será primero para 100.000 clientes.


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El congelamiento de precios diseñado por Guillermo Moreno con los súper e hipermercados continuará después de junio, pero se reducirá a 500 productos (hoy son más de 10.000). Éstos se concentrarán en artículos de primera necesidad vinculados a la canasta básica, mientras que el resto se liberará “controladamente”. A cambio, no se abrirá la importación y el secretario de Comercio Interior se compromete a influir en las paritarias de este año. El funcionario prometió, además, presionar al sindicato de Empleados de Comercio de Armando Cavalieri para que divida su reclamo salarial en dos cuotas, la mayor en los sueldos de octubre. La idea es que el congelamiento se renegocie después de las elecciones legislativas del 27 de ese mes. Sobre lo que no hay por ahora fecha cierta es acerca del momento en que comenzará a operar la Supercard.

Moreno terminó de discutir ayer con los representantes de los súper e hipermercados Jumbo-Disco, Carrefour, Walmart y Coto (además de varios referentes de las cadenas del interior), la vigencia del acuerdo que nació en febrero pasado, y que en los últimos días corría riesgo de caer por la situación económica general. La baja en las ventas minoristas, las presiones alcistas de los fabricantes de alimentos, bebidas, productos de consumo masivo (que nunca llegaron a acordar con Moreno una política de precios seria que sostenga el congelamiento) y los aumentos generales de costos (especialmente ante la inminencia del cierre de las paritarias 2013) hicieron que la vigencia del acuerdo de precios se encamine a un callejón difícil de superar para todas las partes involucradas. En los últimos días además se veían serios faltantes de productos básicos, además de diferentes estrategias de los fabricantes para salvar la situación (menor cantidad de mercadería en los envases, caída de la calidad y falta de distribución masiva de los productos más importantes).

Además, los supermercados ya habían sido informados de que una de las claves del acuerdo no podría continuar aplicándose: la libertad para importar bienes premium sin tope para que puedan ser vendidos a destajo por las cadenas. La caída de las exportaciones, la salida de divisas del sistema financiero, la necesidad de contar con más fondos para la importación de combustibles y el alza del “blue” hicieron que nuevamente el grifo para las compras del exterior de las cadenas se cierre desde la Secretaría de Comercio.

Ante ese panorama era indispensable una nueva renegociación del acuerdo, que en teoría culminaría en junio próximo. Moreno ya había autorizado casi en silencio subas de productos selectivos la semana anterior, incluyendo gaseosas, lácteos, artículos de tocador, limpieza, carnes y embutidos. Ahora directamente liberó todos los precios, salvo el listado de unos 500 productos básicos que tendrán pisos y techos que los súper e hipermercados deberán respetar. Además, 300 de éstos también tendrán precios tope en todos los comercios, incluyendo los supermercados chinos y pequeños y medianos almacenes.

En la lista de estos 500 artículos se sumarían alimentos (incluyendo carne vacuna y pollo), bebidas (no alcohólicas), lácteos, artículos de limpieza e higiene personal. La elaboración de esta lista libera, según fuentes del sector, los precios de no menos de otros 10.000 bienes, que podrán ser ofrecidos a precios más altos y que, obviamente, no serán medidos por el INDEC.

Moreno además les prometió a los privados que intervendrá directamente en las paritarias que desde esta semana mantendrán los representantes de las cámaras del sector y el gremio mercantil. La clave de las negociaciones de este año es que el aumento no será muy diferente al del resto de la economía (entre 22% y 24% anual), pero se buscará que se divida en dos pagos: uno inmediato de no más del 10% y otro después de octubre. Los privados se comprometerían a no trasladar a los precios de los 500 productos este incremento, al menos hasta la liquidación de los salarios dentro del segundo pago que los empleados percibirán en sus bolsillos en noviembre.

Mientras tanto, también se determinó que la Supercard comience a aplicarse, pero con un nivel mucho menos entusiasta y masivo que los 5 millones de usuarios que Moreno y los supermercados pensaban tener en un primer momento. En total, habrá no más de 100.000 plásticos, y los usuarios provendrán de los listados de los clientes de los propios establecimientos y del Banco Hipotecario, que será el que administre la tarjeta. Las comisiones serán del 0,75% en lugar del 3%. Hay que recordar que en un primer momento la ansiedad por el lanzamiento de la tarjeta había llevado a los representantes de los supermercados a asegurar la premisa morenista de que no se utilizarían más tarjetas de crédito y que se reemplazarían por el plástico. Finalmente el entusiasmo se moderó, las embestidas quedaron archivadas, y la convivencia entre los súper e hipermercados y los bancos emisores de las tarjetas continúan igual que siempre. Incluso aún no se aplicaron las rebajas en las comisiones que se prometieron desde los bancos privados nacionales de (ADEBA) y los planes de cuotas de los privados internacionales (ABA).

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