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Religión católica

“Mi prioridad es una Iglesia hacia afuera, junto al pueblo”

Monseñor Eduardo Martín, de 60 años, fue designado por el papa Francisco para reemplazar a José Luis Mollaghan.


“El mío es un estilo pastoral, siempre me interesé por los temas sociales. Mi deseo es ser un obispo que tenga como prioridad la misión de una Iglesia hacia afuera, en salida, cercana a la gente. En la diócesis de Río IV he recorrido cada parroquia de la ciudad, las capillas de campo, siempre junto a la gente”, se definió monseñor Eduardo Martín, quien fue elegido por el papa Francisco para reemplazar a José Luis Mollaghan en el Arzobispado de Rosario.

Nacido hace 60 años en Venado Tuerto, “el Flaco”, como lo llaman sus ex compañeros de seminario, hincha de Boca, se comunicó con Mollaghan para cruzar saludos y ponerse de acuerdo en la fecha de traspaso de mando: “Tenemos dos meses para definir cuándo voy a Rosario”. Sobre la designación que hace una semana le confirmó el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, Martín agregó: “Me tomó por sorpresa y eso me da darle gracias a Dios y al Santo Padre que tuvo confianza en mi persona para tanta responsabilidad como es la diócesis de Rosario, me fío en la gracia del Señor y la Virgen para poder estar a la altura del desafío”.

Aseguró a este diario que adhiere al pensamiento de Francisco cuando hace un año dijo en Brasil que la Iglesia tenía que hacer “lío”: “Adhiero a lo que dijo el Papa con esto de hacer ‘lío’, no de cosas espectaculares, sino de un trabajo junto con la gente, con los sacerdotes, los fieles laicos; que los dones que la iglesia de Rosario tiene, quisiera ser el que busca la unidad en esa diversidad y pluriformidad, de poder cumplir la misión de llevar a Jesús a todos, tanto a la periferia geográfica como a las  existenciales de la diócesis. Los cambios profundos en la Iglesia son lentos, pero se está gestando algo nuevo, y con el tiempo va a brotar. Dios nos ama, y nos ha enviado a Jesucristo que está vivo entre nosotros, y eso nos anima todos los días”.

Monseñor Martín es integrante de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y será el séptimo arzobispo de Rosario desde que asumiera en 1934 Antonio Caggiano; luego siguieron Silvino Martínez, Guillermo Bolatti, Jorge Manuel López, Eduardo Mirás y José Luis Mollaghan. Un sello conservador que primó tras los paredones de Córdoba y España. Consultado sobre su perfil progresista, respecto a los anteriores y que justamente Francisco quería para Rosario señaló: “Creo que no son categorías que definen) la de progresista o conservador, eso encierra a las personas: o somos misioneros o morimos”.

Involucrado en los temas sociales y conocedor del flagelo de los hechos de violencia que azotan a la ciudad apuntó que “hay razones profundas para analizar sobre la raíz de la violencia. Es del corazón herido del hombre de donde surge la violencia, cuando contesto mal, en esa insatisfacción del hombre está la cuestión, por eso creo que el hombre solo no puede y es donde está la razón del cristianismo”.

También, consultado sobre el poder del narcotráfico y la posición de la Iglesia, desde el documento de la Pastoral Social, reunida en Mar del Plata la semana pasada, –de la que participaron legisladores, gremialistas y empresarios–, Martín destacó que “si cambian las personas, puede cambiar la sociedad. Nos preocupa, nos aflige lo que pasa entorno al narcotráfico, las víctimas de la droga, la corrupción, la Iglesia no tiene soluciones técnicas, pero tiene este aporte, esta riqueza, que es portadora pero no es dueña, animando a los cristianos a un compromiso más serio con la sociedad”, explicó.

“Es de la Iglesia de los pobres, de la periferia”

“Es de perfil bajo, muy simple, campechano, muy capaz intelectualmente. No es de los que fueron al Vaticano a sacarse fotos con el Papa. Necesitamos de manera urgente alguien con don de gobierno, que sea un pastor y él reúne esas condiciones”, afirmó un amigo y ex compañero de seminario, el padre Genaro Iachini, de la parroquia Nuestra Señora de Fátima de Puerto General San Martín. A mediados de la década del 70 se conocieron en el seminario San José de La Plata y recuerda las largas conversaciones y los partidos de fútbol que compartieron.

“Es un tipo simple, y va a necesitar de nuestra ayuda, que se sienta libre de tomar las decisiones correspondientes. Rosario es una diócesis muy grande, involucra a muchas ciudades y con su modo de ser, en donde enseguida te haces amigo…No tengo dudas que hará un gran trabajo. Que forme parte de la Pastoral Social ya te lo define, con un compromiso con la realidad social, cerca de los problemas de la gente, con testimonio y denuncia, no es un místico, es una persona dada. Él no se propuso y si lo eligieron es porque le vieron pasta. No fue a Roma a buscar una foto, Martín es de la Iglesia pobre y misionera, es de salir a las periferias”, afirmó Iachini.

El sacerdocio le gana a la química

Monseñor Eduardo Martín nació hace 60 en Venado Tuerto, donde hizo sus estudios primarios y secundarios; luego de haber comenzado a estudiar ingeniería química dejó para ingresar al seminario Metropolitano de Santa Fe. Completó estudios en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires y se ordenó sacerdote el 26 de diciembre de 1980 por el polémico obispo diocesano, monseñor Mario Picchi. “Cuando ingresé al seminario estaba monseñor Rossi, faltaban dos años para mi ordenación y llegó Picchi, pero cuando él tuvo los problemas que fueron de dominio público, yo estaba en el seminario de La Plata como formador”, recuerda monseñor Martín.

Fue profesor de Filosofía en el Instituto Santa Rosa; profesor de Teología y Política Social en el Instituto Católico de Enseñanza Superior; profesor en la subdelegación de la Universidad del Salvador; asesor eclesiástico del Grupo de Profesionales Católicos; asesor del Movimiento Jornadas de Vida Cristiana y del Movimiento de Cursillos de Cristiandad; Asesor de la Junta de Educación Católica de la diócesis venadense y miembro de la Fraternidad de Comunión y Liberación, todos en la diócesis de Venado Tuerto.

En la Conferencia Episcopal Argentina monseñor Martín es miembro de la Comisión Permanente en representación de los obispos de la Región Centro, e integra la Comisión Episcopal de Pastoral Social. El papa Benedicto XVI, en 2006, lo designó obispo de Río IV. Su ordenación episcopal tuvo lugar en el estadio del Club Olimpia de Venado Tuerto.

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