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Reflexiones

Macri-Massa: frenesí de negociaciones cruzadas

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Mano a mano con José Manuel de la Sota, el diputado Sergio Massa jugó la semana pasada su última carta presidencial. Le ofreció al gobernador de Córdoba convertirse en su compañero de fórmula, convite que De la Sota ya había rechazado previamente a través de su jefe de campaña, Carlos Caserio. Entonces, el terreno quedó fértil para las negociaciones entre el PRO y el Frente Renovador que, con avances y retrocesos, se extendieron frenéticas durante todo el fin de semana. En ambos espacios, ya salieron a medir a través de encuestas los resultados de un eventual choque entre Macri (presidente)-Massa (gobernador bonaerense) versus Daniel Scioli (presidente)-Florencio Randazzo (gobernador bonaerense).

Por primera vez, Massa ya no se concibe como candidato a presidente. A través de emisarios, Massa le dejó trascender a Macri su predisposición al diálogo para conformar un frente electoral que destrone al Frente para la Victoria después de 12 años de gobierno. Incluso Malena Galmarini salió a reclamar públicamente que la oposición una fuerzas de cara a las elecciones, ya sin definir el formato ni reclamar unas Paso ampliadas que incluyan a su marido en el lote de presidenciales de Cambiemos, que integran Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió.

Sin embargo, hasta la medianoche del próximo miércoles, el PRO mantendrá la doctrina de Jaime Durán Barba: ningunear al Frente Renovador para negociar con un Massa “desperonizado” y debilitado en medio de la fuga de intendentes. Más allá de la política, varios jefes comunales del Frente Renovador padecen una especie de “emotional rescue” desde la salida de José Eseverri, el alcalde radical de Olavarría que confirmó su retorno al kirchnerismo a través de una foto con Eduardo “Wado” de Pedro al día siguiente de jurar fidelidad a Massa.

Por ahora, Macri minimiza a Massa y descentraliza las negociaciones. Para un cara a cara con el tigrense todavía hay tiempo. La dosis de peronismo en el PRO la aporta Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas. El pasado miércoles, Massa asistió al hospital de esa localidad, uno de los más modernos y avanzados tecnológicamente del conurbano, para realizarse una resonancia magnética. Terminado el estudio médico, el diputado fue hasta la casa de Cariglino a tomar mate. En buenos términos, Cariglino, fundador del PRO-peronismo junto con Fernando “Chiche” Niembro, le explicó a Massa que el mejor escenario para su futuro político era convertirse en gobernador de la provincia de Buenos Aires. Un tobogán que, pese al descenso de aspiraciones, lo posicionaría a partir de 2016 como el virtual jefe del peronismo a nivel nacional con una silla en la liga de gobernadores PJ. Finalmente, y pese a declinar su candidatura presidencial, por esa vía Massa cumpliría su objetivo político: destronar a Scioli y convertirse en el heredero del poscristinismo.

La mesa política del PRO también mide costos y beneficios de ese escenario. Especulan con un refuerzo del caudal de votos en provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral del país, a partir del acuerdo con Massa. Ese sería el beneficio ante un Scioli inoxidable atado a una Cristina de Kirchner que, pese a su final de mandato, se encuentra en ascenso en términos de aprobación de su gestión. El costo, analizan Durán Barba y Marcos Peña, sería transformar a Massa en la “bestia negra” de una eventual presidencia Macri. Con el peronismo encolumnado detrás del tigrense, la cohabitación se tornaría dramáticamente inestable. Por las dudas, reforzaron su dosis de peronismo con Gerónimo “Momo” Venegas, quien tiene previsto inscribir su partido, FE, en el frente electoral de macristas, radicales y lilitos.

Debajo de Macri y Massa, todas las facciones del PRO y el Frente Renovador negocian descentralizadamente para cerrar el acuerdo. Esteban Bullrich, alineado con Horacio Rodríguez Larreta, también trabaja en ese sentido a pesar de ser un potencial compañero de fórmula de Macri. Las familias Rodríguez Larreta y Massa están unidas por un vínculo de amistad más allá de la política. El intendente massista de San Miguel, Joaquín de la Torre, ya no sólo habla con Emilio Monzó, el operador político del PRO a nivel nacional. También entró a negociar en línea directa con Macri.

El nivel de negociaciones previo a un mano a mano Macri-Massa, al filo del 10 de junio, lo regulan Malena Galmarini y Nicolás Caputo. Ya existe un preacuerdo pero tanto Macri como Massa quieren lograr unanimidad en sus filas. El massismo se iba el pasado viernes en Bella Vista, pero el encuentro fue reagendado para hoy al mediodía. Los números entusiasman. Un estudio de opinión reflejó un escenario de choque en la provincia de Buenos Aires entre dos boletas. Una que postule Macri Presidente/Massa Gobernador de Buenos Aires. Otra con Scioli Presidente/Randazzo Gobernador de Buenos Aires. En la primera sección electoral (Vicente López, Malvinas Argentinas, San Miguel, Hurlingham, San Isidro), donde anida el principal lote de intendentes del massismo y área de influencia de la Capital Federal, un frente Macri-Massa se impondría 50% a 28% sobre Scioli-Randazzo. En la tercera sección (La Matanza, Florencio Varela, Lomas de Zamora), ya en el conurbano más profundo, se impondría el dúo kirchnerista 42% a 34%.

El último jueves el massismo hizo circular un borrador de acuerdo, que se empecinó en distribuir por todos los medios, que fue rechazado tajantemente por Macri. Sus incumplibles puntos centrales disponían:

n Lista única de Macri como presidente de la Nación en las Paso.

n Una única lista de Massa como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, lo que implicaría bajar a María Eugenia Vidal para evitar unas Paso.

n Pluralidad de listas de candidatos a legisladores nacionales, intendentes y concejales en las Paso.

n Acuerdo de gobernabilidad: el FR exige que se incluya en la plataforma programática la propuesta de restablecer el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano como “garantía de gobernabilidad”. Además, se suscribiría un instrumento en el cual se refleje el “renunciamiento patriótico” de Massa a la candidatura a presidente de la Nación y una especie de “núcleo de coincidencias básicas” similar al del Pacto de Olivos.

n Distribución de cargos en el Poder Ejecutivo de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, entes autárquicos y descentralizados, bancos oficiales y otros organismos del Estado. Se negocian cupos para el FR en el gobierno nacional y para el PRO en el provincial.

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